Complacido por su extrema victoria en la Copa del Rey, el Barça acabó celebrando un triunfo fantástico en Atenas por la repercusión inmediata que tiene –eliminar al actual campeón de la Euroliga, Panathinaikos– como por el cómo se produjo dicha victoria (67-70). Tras una reacción final ciertamente prodigiosa de los azulgrana, que en poco más de cuatro minutos pasaron de perder por once ganar por dos y que ya no cedieron. Todo empezó con dos triples de Lakovic (ocho puntos) y continuó con la determinación de Navarro (15) desde la línea de tiros libres. Un epílogo que no exime al Barça de sus vaivenes, de haber jugado su peor inicio del curso y de disputar minutos horribles entre el final del segundo y el inicio del último. Los azulgrana se impusieron, por tanto, en un enfrentamiento en el que fueron más dominados que dominadores y, previsiblemente, opositarán por la primera plaza del grupo E con el Partizán, vencedor en Belgrado ante el próximo rival de los azulgrana, Maroussis (79-76).
Antes de la Copa y, en unas declaraciones que no tuvieron excesiva relevancia, Ricky Rubio dijo estar convencido de que el Panathinaikos pasaría a cuartos de final pese a haber perdido los tres primeros partidos del Top 16. La interpretación de ese comentario era de lo más noticiable: el base venía a predecir, la derrota del Barça en el OAKA de Atenas. Una idea que tanto él como el resto de sus compañeros parecieron defender en varias fases del partido, especialmente en el inicio. Salieron los azulgrana desconectados, desordenados y confundidos. Cualquier calificativo negativo hubiese servido para describir su juego, actitud y predisposición. En Ricky comenzaba el caos, que terminaba en la pareja interior titular, Ndong y Morris, puros muñecos de trapo ante Fotsis y sobre todo Pekovic (20 puntos). La mejor defensa de Europa quedaba retrataba por completo ante un Pana que acertó en sus siete primeros tiros (19-5 a los 5m 43s).
Mickeal, clave
Al Barça le sobra seguridad en sí mismo incluso cuando no tiene motivos para tenerla. Saben reaccionar los azulgrana con la misma facilidad en la que se despistaron. En esta ocasión la transformación llegó desde el banquillo: Pascual cambió a todo su quinteto inicial a excepción de Mickeal. El único que se salvó de su equipo en el primer cuarto, en el que contabilizó sus puntos (20-14). También destacaría su sustituto, Grimau, quien poco después de comparecer en la pista encadenaría un par de triples para confirmar la reacción del Barça y proporcionarle su mayor renta (24-31 a los 15m 34s).
Inexplicablemente, los azulgrana volvieron a relajar otra vez, a ser un grupo previsible, inocente y al que coger un rebote le producía cierta urticaria. Y la consecuencia de tanta parsimonia resultó contundente: parcial de 11-0 y 37-33 al descanso. Un balance incluso peor si se suma a lo ocurrido en el tercer cuarto, hasta la segunda canasta en juego de Batiste (sólo ocho puntos) y el tiempo muerto de Pascual (53-42 a los 25m 42s): 27-9. Hasta ese momento el Barça fue tan efectivo en defensa como quien pretenda hacer una tortilla sin huevos, regalando hasta seis pelotas en dicho cuarto y dándole todo tipo de facilidades a Diamantidis y Spanoulis.
El quinteto más defensivo
Solventando ese déficit, se recuperó el Barça. Sólo se rehizo desde la defensa con el quinteto más adecuado para esa faceta de los que dispone. A saber: Lakovic, Basile, Grimau, Ndong y Lorbek. Se transformaron los azulgrana y quedó reducido a muy poco el Panathinaikos, frustrado por ver cómo en un santiamén pasó de vencer por once (61-50 a 5m 21s) a encajar un parcial de 0-10 con dos triples de su ex jugador, Lakovic (61-60 a 3m 12s). Con Pekovic ya eliminado, Vázquez hizo su primer y único alley oop del partido y participó en una triangulación espléndida que supuso el empate a 64 (a 1m 52s). Navarro anotaría a tablero, Lorbek fallaría dos tiros libres, pero de nuevo Vázquez, MVP de la Copa, cogió un rebote fundamental. La jugada acabaría con La Bomba lanzando, sin fallo, desde la línea de personal.
No se rindió el Pana y Diamantidis anotaría un triple a 11’9s (67-68). Ricky sacaría desde la mitad de la pista y Nicholas paró con falta a Navarro, que sumó dos tiros más. El triple de Nicholas no entró y Ricky cogió el rebote y tiró la pelota bien lejos para que se consumieran las últimas décimas. Seguro que no se acordaba de su extraño pronostico de antes de la Copa. Sí, su equipo ha eliminado al campeón. Un rival de peso menos en su camino hacia la Final Four de París.
1 comentario :
En la Euroliga no hay partidos fáciles. Parece que el equipo azulgrana tiene que ganar todos los partidos debido a su potencial, pero los rivales también tienen sus armas.
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