domingo, 9 de mayo de 2010

Caramelo para Alonso en un triunfo plácido para Webber en Montmeló

Webber y Alonso celebran sus resultados en el podio del Circuit de Catalunya -EFE.


Antes y después de comenzar el Mundial, el discurso de Fernando Alonso (Oviedo, 1981) siempre ha ido, y continúa yendo, en una misma dirección: Ferrari debe emplearse a fondo para reducir cuanto antes las diferencias con respecto a Red Bull sobre todo en la calificación, pues Sebastian Vettel y Mark Webber se han repartido las cinco poles del curso. La última, de una forma irreverente. “Lo único que puedes pensar es que no se alejen demasiado”, soltó Alonso tras la calificación en Montmeló, donde obtuvo un registro de casi un segundo peor que el del mejor, Webber. “La diferencia nos preocupa”, insistía el piloto asturiano, que venía a decir que los monoplazas de Adrian Newey sólo serían vulnerables por errores propios o causas ajenas. Deseo que se cumplió para su suerte, pues Vettel perdería la segunda posición tras ser superado por Lewis Hamilton, cuando se reincorporaba tras pasar por boxes y se despidió momentáneamente de la tercera obligado a cambiar sus desgastados neumáticos. Alonso, incrédulo, pasó a rodar en la última posición de podio e incluso escalaría un puesto más a falta de dos vueltas, también por otro percance, esta vez de Hamilton, al que se le reventó la rueda trasera izquierda y tuvo que abandonar con el morro destrozado. Vitoreado por gran parte de los casi 100.000 espectadores que asistieron al Circuit de Catalunya, Alonso recogió un caramelo inesperado, un segundo puesto en el GP de España por detrás de Webber y por delante de Vettel, que le coloca con 67 puntos en la clasificación. Jenson Button (70) conservó el liderato con su quinta plaza.

“Este mini regalo es un gran reconocimiento para mí, para el equipo y sobre todo para la afición”, valoró Alonso, encantado de poder celebrar en casa un resultado que no podía haberse imaginado, pero que se trabajó forzando al máximo su Ferrari para reducir las distancias primero con Hamilton y después con Vettel. El piloto asturiano no entiende de conservadurismos y siempre intenta dar lo máximo, aunque con más cabeza y serenidad que Hamilton. El británico ha hecho de la conducción agresiva y hasta cierto punto kamikaze, su razón de ser. Ya pretendió adelantar en la primera curva a Webber, que le taponó bien y también pudo contener a su compañero Vettel, que como reconocería después no insistió “porque no quería arriesgar”. Una jugada que podía haber acabado con los tres implicados fuera de carrera, pero que no pasó a mayores y Webber no tuvo otro momento más de agobio para lograr su tercera carrera: “Sabía que si conservaba la primera posición, tendría el triunfo bastante cerca”. Conocía el australiano la tradición del Circuit de Catalunya, donde desde 2001 ha ganado siempre quien partía con la pole.

Schumacher y Button

Al margen de los protagonistas en el podio, hubo una gran lucha entre dos campeones del mundo. El más grande de la historia, Michael Schumacher, y el último en ganar el título, Button, que intentó varias veces y siempre sin éxito superar al heptacampeón alemán. Schumacher siempre supo y podo taponar a Button, quinto –“no ha hecho errores”–. Como espectador de lujo de dicho enfrentamiento y pendiente de sacar algo de provecho de la lucha de dos colosos estaba Felipe Massa (sexto, tiene 49 puntos como Hamilton). Felipinho fue uno de los que mejor salieron (recuperó dos plazas, se puso séptimo), pero luego tuvo “demasiados problemas en el último sector” y le fue imposible alcanzar a Button y Schumacher, que por fin pudo acabar por delante de su compañero Nico Rosberg (13º). Se dice y se escribe que Mercedes está adaptando más el coche al estilo de conducción del heptacampeón. Una hipótesis que, de ser cierta, ya se está notando.

No hubo piloto más brillante en la salida que Jaime Alguersuari, que en una excelente lección de pilotaje superó a seis pilotos y se colocó noveno. Al final acabaría décimo, perjudicado por ser sancionado con un drive through por un incidente con un doblado, Karun Chandhok, que también había chocado con Massa. El piloto indio no pudo acabar la carrera, como Pedro Martínez de la Rosa, que continuará teniendo un mal recuerdo de la prueba. “Nuestro objetivo era poder acabar, pero el coche era inconducible. Faltaba la mitad del difusor”, lamentó el piloto de Sauber, que no ha finalizado en tres de sus cuatro participaciones en Montmeló. De la Rosa no pudo empezar peor y en la tercera curva de la primera vuelta recibió el impacto por detrás del Renault de Vitaly Petrov y tuvo que pasar por boxes. Puro contraste con Alonso, que saboreó su caramelo en casa. Algo que no le hizo abandonar su discurso de los últimos tiempos: “Esto no quiere decir que aún no tengamos que mejorar. Tenemos que hacerlo sobre todo en la calificación”.

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