domingo, 16 de mayo de 2010

Extraordinaria remontada de Alonso en Mónaco con otra victoria de Webber y doblete de Red Bull

Alonso, rodando en el circuito de Mónaco -EFE.


Los resultados siempre deben valorarse según las circunstancias. Una nota baja en un examen puede resultar fantástica si casi nadie ha podido aprobarlo o el profesor no reparte nunca más que sietes. En un contexto normal un sexto puesto en el GP de Mónaco hubiese sido un fracaso para Fernando Alonso, vencedor en el circuito de Montecarlo en 2006 y 2007. Después de estrellarse en la última sesión de entrenamientos libres, no poder formar parte de la calificación y verse obligado a salir el último y desde el pit lane, el balance es diferente: el puesto es extraordinario. Un lugar de mérito para Alonso y Ferrari, que apostaron por hacer la única parada en la primera vuelta y les salió de rechupete. Sólo se atragantaron por la maniobra de Michael Schumacher en la última curva de la última vuelta, justo después de que se fuese el coche de seguridad. Schumi superó al asturiano y le quitó temporalmente el sexto puesto, pues según se desprende del artículo 40.13 del reglamento, cuando el coche de seguridad abandona la pista es imposible adelantar hasta que pasar la línea de meta. “El equipo me dijo que no se podía rebasar a nadie”, dijo Alonso, convencido de que iban a sancionar a Schumacher -como así sucedió, el castigo fue de 20 segundos, por lo que el aleman concluyó 12º y último de los que acabaron- en una carrera que Jenson Button, el hasta ahora líder, tuvo que en la tercer vuelta por un despiste infantil de McLaren, que no le retiró un tapón para mantener la temperatura. En Montecarlo Red Bull logró su segundo doblete después del logrado en Malasia: Mark Webber, además, firmó su segundo triunfo consecutivo tras el de Montmeló y comparte con Sebastian Vettel, segundo, el liderato del Mundial con 78 puntos. Robert Kubica (Renault), tercero, completó el simbólico podio del circuito más glamuroso del Mundial, ya que es el único que no cuenta con cajón y los trofeos se reparten empezando por el ganador. Felipe Massa acabó cuarto y Lewis Hamilton, quinto, en una carrera en la que el coche de seguridad tuvo que aparecer hasta cuatro veces y donde hubo hasta doce retirados.

“Es el día más increíble de mi vida. Es algo muy especial ganar aquí en una prueba tan cambiante”, razonó, eufórico, Webber. El piloto australiano supo mantener su posición de pole en la salida y su compañero Vettel, que le birló la segunda plaza a Kubica en los primeros metros, nunca tuvo opciones reales de alcanzarle, ni tan siquiera tras la presencia de los coches de seguridad. El primero hizo acto de presencia en la primera vuelta tras el accidente de Nico Hulkenberg.

Di Grassi

Alonso condicionó a los realizadores de la carrera, que se centraron exclusivamente en sus adelantamientos, viendo cómo no sucedía nada relevante en los primeros puestos. El piloto de Ferrari se desesperó intentando adelantar a Lucas di Grassi (Virgin), que le hizo perder mucho tiempo con su ritmo de máquina de cuarta categoría. Cuatro giros necesitó Alonso para lograr su objetivo, en la 11ª vuelta, la misma en la que su ex compañero en Renault Jarno Trulli le cedió el puesto con amabilidad. El italiano protagonizaría después el incidente de la jornada cuando el Hispania Racing de Karun Chandhok le pasó por encima: salió ileso. Alonso también pasaría a Timo Glock en el 15º giro para ponerse 16º. Cuando todos los pilotos habían pasado por boxes, el asturiano ya rodaba sexto, con Hamilton por delante y el incómodo Schumacher por detrás. Le sobran rencillas y viejas historias con ambos.

Continuaron los incicentes. En esta ocasión el perjudicado fue el Williams de Rubens Barrichello, que el coche de seguridad saldría de nuevo. El brasileño cometió la imprudencia de lanzar el volante al trazado –“quería salir lo más rápido del coche”, se justificó– justo antes de que pasase a toda velocidad el McLaren de Hamilton, incapaz de alcanzar a Massa, que a su vez siempre tuvo demasiado lejos coger a Kubica.

El tercer safety car (esta vez salió porque se soltó una tapa de cloaca, lo nunca visto) coincidió con las declaraciones de Pedro Martínez de la Rosa para Laia Ferrer en TV3. El piloto de Sauber, desesperado y mordiéndose la lengua, no quiso hacer sangre: “Es igual de quién es la culpa. Tenemos que mejorar”. Un discurso más que correcto para el catalán, que de nuevo vio como un problema hidráulico no le permitía ni tan siquiera acabar: “Haciendo las cosas normal y estando alejados de los percances era posible puntuar”. Un objetivo que tampoco alcanzó Jaime Alguersuari, que ascendió un puesto (11º) tras la sanción a Schumacher.

A Alonso le dijeron desde la radio que no arriesgase y no desgastase los neumáticos, así que fue conservador y levantó el acelerador durante varias vueltas, incluso ante la insistencia de Schumacher, que sólo le rebasaría en la última curva y en una maniobra ilegal. “Mucho mejor porque le penalizarán”, pronosticó Alonso, que sancionó la actitud de di Grassi y puntuó con un diez a su equipo.

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