De explosión tardía y siempre lejos de los grandes focos, Diego Milito (Bernal, Argentina, 1979) llegó a Italia con 24 años y le tocó picar piedra en la Serie B con el Génova para que le llegase una oferta de acorde con su calidad. Diegol aterrizó en Zaragoza, donde se convirtió en el ídolo para la afición hasta que el club bajó a Segunda y firmó a última hora su retorno al Génova, ya instalado en la Serie A. Sólo estuvo un año, pues Mourinho exigió su fichaje, que ha resultado ser la incorporación capital para el triplete del Inter en un curso memorable. El técnico ha dado a Milito el privilegio de ser el delantero centro en detrimento de Eto’o y El Príncipe le ha devuelto la confianza con 30 goles, los dos últimos suficientes para vencer al Bayern de Múnich (0-2) y alzar la tercera Champions del Inter 45 años después de la última. “No tengo palabras para agradecerle lo que ha hecho por mí. Nos ha dado una verdadera identidad”, se sinceró, con los ojos vidriosos, Milito. Fue su particular homenaje a Mourinho, que confirmó que se va de Italia y negociará el lunes con el Madrid: “Les prometí hablar con ellos después de la final. Es el único equipo que se ha interesado por mí”. “Nos ha dado mucho”, dijo Eto’o, de nuevo lejos de la portería, en un rol muy diferente al que tenía en el Barça. Poco le importa al camerunés, que celebró su segunda triple corona consecutiva y la cuarta Champions de su carrera.
Nombrado el mejor jugador de la final, Milito ha sido decisivo en la consecución de los tres títulos: con un gol materializó la victoria mínima sobre en Siena para lograr el Scudetto, marcó el tanto del triunfo ante la Roma en la Coppa y sentenció la Champions. El delantero argentino avisó de sus intenciones ya en el primer minuto, incordiando a Van Buyten en el área y tres después, prácticamente en el mismo sitio, perdió el equilibrio ante el otro central, Demichelis. Diegol no fallaría en su tercera incursión, en una jugada de fútbol primitivo, clásico y, sobre todo, directo. Julio César sacó de portería, Milito tocó la cabeza para ganarle la posición a Demichelis y Snjeider recogió el balón para habilitarle. El goleador cumplió con su cometido tras un amago de disparo. Sexta asistencia del holandés, más que nadie en el torneo, y quinto tanto en el torneo del argentino. Dupla de oro.
Robben, piedra angular
Un golpe, un golpazo resultó el gol para el Bayern de Múnich, dominador del juego con Robben como piedra angular de principio a fin, pues ha sido para los alemanes lo que Milito al Inter. Robben se fue refunfuñando de Madrid porque Florentino Pérez le obligó a irse y en Alemania, y junto a su compatriota Van Gaal, Robben ha recuperado el carácter ganador del Bayern de Múnich, que de ganar la final hubiese completado también el triplete. Haber optado a éste y lograr la Bundesliga y la Copa son mérito, por encima de cualquier otro jugador, de Robben, autor de 23 goles y salvador una y otra vez de que su equipo quedase eliminado de esta Champions.
Jugaba el Inter a la contra y proponía el Bayern, aunque antes del descanso estuvo a punto de encajar el segundo en una acción de Milito para Snjeider. Con los papeles cambiados, con el asistente como goleador y el goleador como asistente, el desenlace no fue el mismo. Falló el holandés falló ante Butt, que en el primer minuto de la segunda parte volaría para despejar un tiro de Pandev. Segundos antes, y en la otra portería, Julio César era exigido por Müller, al que frustró despejando con los pies. Cambiasso salvaría con la cabeza otro tiro de Müller.
Pase interior de Eto’o
Van Gaal quiso encontrar la fórmula de la verticalidad y del gol dando entrada a Klose, espigado y resolutivo, por Altintop, pero el gol lo encontraría Milito. Le habitó Eto’o, sacrificado en la banda como lateral. El argentino se marchó de Van Buyten y superó con elegancia, sangre fría y varias cualidades más al portero. Era el minuto 70, y por si quedaban dudas, ya había nuevo campeón de Europa.
El director de orquesta, Mourinho, pedía calma con sus manos, exigía concentración y abstraerse de un triunfo que le hizo entrar en el selecto grupo de técnicos con dos Champions con dos equipos distintos: Ernst Happel (Feyenoord, 1970 y Hamburgo, 1983); Ottmar Hitzfeld (Borussia Dortmund, 1997 y Bayern de Múnich, 2001). Y con el tercer trofeo del Inter Italia iguala con 12 los títulos españoles (nueve del Madrid y tres del Barça). Milan (siete) y Juventus (dos) son los otros que han ganado el trofeo europeo más prestigioso.
Los informes a su padre
Mourinho tuvo claro desde bien pequeño que su destino tenía que estar ligado a un banquillo, que tenía que ser entrenador como fuese. Así, con 14 años se pasaba el fin de semana recorriendo los campos haciendo informes sobre los rivales para su padre, entrenador y que había sido portero de Os Belenenses y la selección portuguesa. A los 23 se marchó a Inglaterra para aprender inglés con la idea de poder leer todos aquellos libros sobre fútbol que no podía descifrar por no dominar el idioma de William Shakespeare.
El técnico portugués es un estudioso del fútbol. Amante de apuntar cuanto ve y se le pasa por la cabeza durante los partidos, como su rival en la final, Van Gaal, que ha confesado que le permitió entrenar en alguna ocasión cuando Mourinho fue su ayudante en el Barça, de donde se fue en 2000 tras el fichaje como técnico de Llorenç Serra Ferrer, que se trajo como segundo entrenador a Pep Alomar. “Han sido cuatro años inolvidables. El primer año, un año clave y difícil tras la salida de Cruyff, fue el año de mi vida profesional el que más he disfrutado y el que más he aprendido, sobre todo por el nivel del club, su entorno y la calidad de sus jugadores”, explicaba a Joan Poquí en Mundo Deportivo. Un discurso amable sobre el Barça que Mourinho, dolido por haber sido siempre catalogado como el simple traductor de Robson, no ha vuelto a pronunciar. Le motiva derrotar al Barça. Lo ha hecho con el Chelsea y este año con el Inter y sueña continuar con haciéndolo el próximo año en “mi nueva vida profesional”. En el escenario de su segunda Champions, el Santiago Bernabéu, y dirigiendo al Madrid.
1 comentario :
Aquí lo esperaremos... listos para arruinarle su carrera deportiva. Mourinho es un "grano" para el fútbol, una demostración de que, a veces, puede llegarse a atacar al espectáculo, impunemente, ganando títulos. En fin...
Quizá en As y otros debieran recordar el arbitraje de Olegario, en el primer partido contra el Inter, y olvidarse de su "Ovredo".
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