Palop levanta la Copa junta a José Montilla, el Príncipe Felipe, Joan Laporta y José María del Nido -EFE.
Castigados por sus fallos y poco elogiados cuando son decisivos, los porteros representan el eslabón más débil ante la crítica. Lo sabe y lo asume Andrés Palop (Alcudia de Carlet, 1973), al fin y al cabo el primer quisquilloso en analizar sus actuaciones. El primero en rememorar una y otra vez su error en el gol que supuso la eliminación de la Champions ante el CSKA de Moscú, allá por el mes de marzo. Una equivocación cruel que desmerecía a alguien cuya puesta en escena recordaba a veces a aquel icono juvenil de dibujos de otros tiempos: Benji Paralotodo. Palop representa el triunfo de la constancia y la tenacidad: no perdió la ilusión en Valencia a pesar de vivir a la sombra de Santi Cañizares y recuperó el protagonismo alcanzado en Villarreal siendo partícipe del mejor Sevilla de la historia. La Copa del Rey ganada al Atlético de Madrid en el Camp Nou (0-2) supone el sexto título en cuatro años para el Sevilla, siempre con Palop como referente, esta vez con sus extremos, Diego Capel y Jesús Navas, como finalizadores. Siempre con Palop como detallista. Retirado Javi Navarro, él es ahora el capitán y el gesto que tuvo, ponerse la camiseta su compañero fallecido Antonio Puerta para ir a recibir el trofeo, aún resultó más generoso. Palop ya se había acordado de Gonzalo Arconada en la celebración de la Eurocopa, en otro detalle fantástico para homenajear a un excelente guardameta que había fallado en otra final del campeonato europeo 24 años antes.
Esta Copa tiene el sello de Palop, capaz de desconsolar a un Barça soberbio en Sevilla, a un Getafe volcado en Madrid o a un Atlético descarado en Barcelona. “Ha sido una temporada difícil, pero extraordinaria al final”, valoraba el portero junto a Silvia Barba, de TVE. En cuanto la periodista le preguntó por sus méritos, él mencionó al equipo y a los goleadores. No le gustan los protagonismos, pero no sabe ser secundario: en 2007 incluso marcó un gol y forzó la prórroga en el minuto 94 ante el Shakhtar Donetsk.
El cumpleaños de Forlán
Palop amargó a Diego Forlán el día de su cumpleaños. Capital en la final de la Europa League y extremadamente decisivo en las segundas vueltas, el delantero uruguayo no encontró la fórmula para salir vencedor ante Palop. Siempre encontró los puños del portero. La primera vez en la segunda oportunidad de las tres seguidas de las que dispusieron los rojiblancos: un defensa salvó en la línea un disparo del Kun, Palop el tiro de Forlán y la tercera intentona salió muy alta.
El conjunto de Quique Sánchez Flores no se incomodó por el gol inicial de Capel, un señor tanto de un jugador al que hace un año querían los equipos más poderosos de Europa y que este curso ha funcionado a cuentagotas. Persistía el Atlético y se resistía el Sevilla, en el que Palop hacía algún que otro amago de duda, pero sin dudar del todo. Atento a esos detalles estaba su equipo, y poco le faltaría a Squillacci para sorprender a De Gea tras una confusión de Perea, que se tenía despejar la pelota con una pierna y escogió la otra. Despejar al aire es inútil, molinos de viento.
Negredo
Se llegó al descanso con el Atlético ganador en ocasiones y el partido se reanudó con un Sevilla incompleto. Incompleto porque sus jugadas carecían de la guinda final: un defensor desbarataba un centro de Navas y Negredo erraba ante De Gea. El delantero madrileño pudo jugar tras ser perdonado por su lamentable expulsión en Almería después de protestarle a un asistente la noche en que el canterano Rodri metió en la liguilla de la Champions con un gol en el descuento. Un trabajo para el que Negredo fue contratado. De hecho, es el fichaje más caro de la historia de un club experto desde que está Monchi como director deportivo de incorporar a desconocidos que funcionan de maravilla. Con Negredo se apostó por un joven valor con buenos números en Almería, pero 14 goles no se corresponden con los 15 millones invertidos. Tampoco se entiende que forme parte de los posibles mundialistas. Soldado lo ha hecho bastante mejor y pasándose varias semanas lesionado.
Rugía el Camp Nou con dos aficiones encendidas por la ilusión de ver triunfar a sus equipos en una temporada con momentos horrorosos para ambos. Navas estaba de aprovechar una mala cesión a De Gea y Perea sacaba un centro de Konko y después se llevaba por delante a Capel, en una acción que derivó en una tángana que acabó con el delegado del Sevilla, Cristóbal Soria, expulsado y con Antonio Álvarez intentando calmar a Quique.
Lo arriesgó todo el Atlético, forzando saques de esquina, ya con Jurado como recambio de Simao, con Forlán intentándolo desde fuera del área, con Reyes, ex jugador del Sevilla, hiperactivo, pero a la contra marcaría, con total frialdad, Navas. El jugador que hasta hace poco no era llamado por la selección por sus problemas de ansiedad evitó la entrada de Domínguez y, de forma elegante, supo recortar al portero rojiblanco. Gol en el descuento que hizo que la fiesta del sevillismo fuese ya oficial. Su presidente, José María del Nido, intervendría en el palco poniéndole su sombrero de la suerte a la Copa. Un talismán que se había puesto por primera vez en el mismo estadio y ante el Barça en octavos. Le ha funcionado todo el torneo. Pura anécdota viendo a quién tiene de portero.
Esta Copa tiene el sello de Palop, capaz de desconsolar a un Barça soberbio en Sevilla, a un Getafe volcado en Madrid o a un Atlético descarado en Barcelona. “Ha sido una temporada difícil, pero extraordinaria al final”, valoraba el portero junto a Silvia Barba, de TVE. En cuanto la periodista le preguntó por sus méritos, él mencionó al equipo y a los goleadores. No le gustan los protagonismos, pero no sabe ser secundario: en 2007 incluso marcó un gol y forzó la prórroga en el minuto 94 ante el Shakhtar Donetsk.
El cumpleaños de Forlán
Palop amargó a Diego Forlán el día de su cumpleaños. Capital en la final de la Europa League y extremadamente decisivo en las segundas vueltas, el delantero uruguayo no encontró la fórmula para salir vencedor ante Palop. Siempre encontró los puños del portero. La primera vez en la segunda oportunidad de las tres seguidas de las que dispusieron los rojiblancos: un defensa salvó en la línea un disparo del Kun, Palop el tiro de Forlán y la tercera intentona salió muy alta.
El conjunto de Quique Sánchez Flores no se incomodó por el gol inicial de Capel, un señor tanto de un jugador al que hace un año querían los equipos más poderosos de Europa y que este curso ha funcionado a cuentagotas. Persistía el Atlético y se resistía el Sevilla, en el que Palop hacía algún que otro amago de duda, pero sin dudar del todo. Atento a esos detalles estaba su equipo, y poco le faltaría a Squillacci para sorprender a De Gea tras una confusión de Perea, que se tenía despejar la pelota con una pierna y escogió la otra. Despejar al aire es inútil, molinos de viento.
Negredo
Se llegó al descanso con el Atlético ganador en ocasiones y el partido se reanudó con un Sevilla incompleto. Incompleto porque sus jugadas carecían de la guinda final: un defensor desbarataba un centro de Navas y Negredo erraba ante De Gea. El delantero madrileño pudo jugar tras ser perdonado por su lamentable expulsión en Almería después de protestarle a un asistente la noche en que el canterano Rodri metió en la liguilla de la Champions con un gol en el descuento. Un trabajo para el que Negredo fue contratado. De hecho, es el fichaje más caro de la historia de un club experto desde que está Monchi como director deportivo de incorporar a desconocidos que funcionan de maravilla. Con Negredo se apostó por un joven valor con buenos números en Almería, pero 14 goles no se corresponden con los 15 millones invertidos. Tampoco se entiende que forme parte de los posibles mundialistas. Soldado lo ha hecho bastante mejor y pasándose varias semanas lesionado.
Rugía el Camp Nou con dos aficiones encendidas por la ilusión de ver triunfar a sus equipos en una temporada con momentos horrorosos para ambos. Navas estaba de aprovechar una mala cesión a De Gea y Perea sacaba un centro de Konko y después se llevaba por delante a Capel, en una acción que derivó en una tángana que acabó con el delegado del Sevilla, Cristóbal Soria, expulsado y con Antonio Álvarez intentando calmar a Quique.
Lo arriesgó todo el Atlético, forzando saques de esquina, ya con Jurado como recambio de Simao, con Forlán intentándolo desde fuera del área, con Reyes, ex jugador del Sevilla, hiperactivo, pero a la contra marcaría, con total frialdad, Navas. El jugador que hasta hace poco no era llamado por la selección por sus problemas de ansiedad evitó la entrada de Domínguez y, de forma elegante, supo recortar al portero rojiblanco. Gol en el descuento que hizo que la fiesta del sevillismo fuese ya oficial. Su presidente, José María del Nido, intervendría en el palco poniéndole su sombrero de la suerte a la Copa. Un talismán que se había puesto por primera vez en el mismo estadio y ante el Barça en octavos. Le ha funcionado todo el torneo. Pura anécdota viendo a quién tiene de portero.
1 comentario :
Palop es un muy buen portero, pero a mi ver, está en un nivel muy inferior a Valdés o De Gea, vamos, que por mí no iría a la Selección. Domínguez del Atleti ha sido un descubrimiento "colosal", pensaba que ese tío no podía ser español jajaja. Muy buen jugador.
Del Sevilla me quedo con Navas. Los grandes jugadores son aquellos "que aún no ha fichado un grande", generalmente, "no aquellos que no ha querido un grande", véase Negredo, que por más que digan, es muchísimo peor que Benzema.
Un abrazo crack!
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