No es muy común, pero hay profesores que realizan tutorías para pedir a los alumnos que sean ellos mismos quienes se pongan nota y den los argumentos pertinentes para defender dicho criterio. Responder esa cuestión no supone ninguna sorpresa para cualquier entrenador, pero siempre resulta incómoda para aquellos que no han logrado alcanzar los objetivos marcados. La nota de Messina sobre su Madrid tendrá que esperar, si es que realmente llega a producirse. El técnico italiano no quiso valorar el curso. “No es el momento para hablar de eso”, concedió Messina, “lo haré cuando el club me lo pida”. Justificar que el Madrid no haya sido capaz de ganar ni un título después de una inversión exagerada suena a ejercicio para redactar en casa para quienes aspiren a ser políticos o vendedores de humo. La trayectoria del conjunto blanco no es suficiente: subcampeón de Copa y Supercopa, cuartofinalista en Euroliga y semifinalista de Liga ACB, después de perder 64-56 el quinto y último partido ante el Caja Laboral. El grupo de Ivanovic, que como técnico sólo había superado una eliminatoria de siete en esas circunstancias, se enfrentará por tercera temporada consecutiva al Barça tras otra gran actuación de Huertas (ocho puntos y cinco asistencias) y Splitter (18 tantos y nueve rebotes).
Messina prefirió hablar de lo particular sobre lo general: se refirió a la serie. Dijo que se había resuelto por “cuestiones de acierto y efectividad” y no por los pequeños detalles –“rebotes, pérdidas o recuperaciones”–. Un discurso más amable (tiernos incluso) que el que dio tras perder los dos primeros partidos, cuando criticó que a sus jugadores les faltase “instinto de killer” por no haber sabido jugar bien con presión. Al menos en esos dos partidos el Madrid pudo ganar, algo que tuvo imposible en el quinto y definitivo partido, pues sólo anotó dos canastas en los últimos 4m y 11s. Puro simbolismo: sus autores fueron Reyes y Tomic. Sobre el primero, intermitente por las lesiones y la falta de confianza de Messina y uno de los cuatro jugadores que sobreviven de la campana anterior, se dice que podría abandonar el club en verano (se habla de una posible oferta desde Bilbao). Mientras que pocos dudan que Tomic vaya a continuar en la plantilla. Sería una de los supervivientes de un grupo que en contadas ocasiones a conseguido unidad y equilibrio. Sus mejores partidos han sido más una lección de fe y entereza que una clase de cómo se debe jugar bien.
Inicio “fuerte”
Eso, defender su mejor versión era lo que había conseguir el Madrid en sus dos últimos partidos. Tras la apurada serie ante el Cajasol y los tropezones en Vitoria, el Madrid había convencido por su propuesta, especialmente en el cuarto partido de la serie y con Tomic como protagonista en los puntos (19) y en la defensa a Splitter. Un aspecto cuestionado por Ivanovic, crítico con la supuesta permisividad de los árbitros con el llamado Gasol del Este. Sea como fuere, Tomic (siete puntos, -1) ya llevaba dos personales en el ecuador el primer cuarto, empezado “fuerte” por el Caja Laboral, imparable e infalible en los primeros minutos en pista, empeñado en demostrar y demostrarse que sus dos derrotas en Vistalegre eran algo ya superado. El grupo de Ivanovic encontró su tranquilidad en la puntería de los primeros tiros (7/10 para un 15-5 a los 4m 22s). Los focos eran para Teletovic y Oleson, capital en la eliminatoria ante el equipo que le rechazó. Ya se sabe, no hay mayor motivación que triunfar donde no te quisieron.
El Madrid funcionaba como una persiana que hace tiempo que nadie engrasa. Su disposición era discontinua, la propia de un equipo que sólo necesitó cuatro minutos para perder otras tantas pelotas. No había ningún jugador más superado que Tomic hasta que apareció su primer recambio, Lavrinovic, que tuvo una aparición estrepitosa y fue capaz de cargarse con tres personales en sólo 1m 55s. Para suerte del Madrid ya estaba en pista y empezaba a carburar Llull, duda para el partido y reclamo del club en la publicidad que anuncia su trabajo de base en los carteles de los aledaños del Santiago Bernabéu. Llull (13 puntos como Reyes) jugó tanto de base como de escolta y fue el primero en hacer reaccionar a su equipo (18-12 a los 9m 33s), además de cerrar la primera parte (28-23) y un segundo cuarto lento, defensivo y repleto de errores (10-11).
La segunda reacción del Madrid correspondió a Reyes, que no había anotado en los dos primeros cuartos y sumó nueve en el tercero, en un interesante duelo con Splitter y con la ayuda de Bullock y Llull (46-43 a los 29m 30s). Una canasta a aro pasado de Velickovic y un triple de ex baskonista Vidal supusieron las únicas ventajas de los visitantes (46-47 a 9m 08s y 49-50 a 8m 23s). Pero entre la pareja Splitter-Huertas, la irrupción de Eliyahu (diez puntos) y dos canastas seguidas) desarbolaron a un Madrid que, siguiendo órdenes de Messina, ni tan siquiera hizo personales cuando a falta de 42 segundos (64-56) Llull falló un triple. El técnico visitante lo vio irremontable y con ese conformismo se acabó el curso para su equipo. Se prevén muchos cambios en el Madrid. El primero podría ser en el banquillo.
Messina prefirió hablar de lo particular sobre lo general: se refirió a la serie. Dijo que se había resuelto por “cuestiones de acierto y efectividad” y no por los pequeños detalles –“rebotes, pérdidas o recuperaciones”–. Un discurso más amable (tiernos incluso) que el que dio tras perder los dos primeros partidos, cuando criticó que a sus jugadores les faltase “instinto de killer” por no haber sabido jugar bien con presión. Al menos en esos dos partidos el Madrid pudo ganar, algo que tuvo imposible en el quinto y definitivo partido, pues sólo anotó dos canastas en los últimos 4m y 11s. Puro simbolismo: sus autores fueron Reyes y Tomic. Sobre el primero, intermitente por las lesiones y la falta de confianza de Messina y uno de los cuatro jugadores que sobreviven de la campana anterior, se dice que podría abandonar el club en verano (se habla de una posible oferta desde Bilbao). Mientras que pocos dudan que Tomic vaya a continuar en la plantilla. Sería una de los supervivientes de un grupo que en contadas ocasiones a conseguido unidad y equilibrio. Sus mejores partidos han sido más una lección de fe y entereza que una clase de cómo se debe jugar bien.
Inicio “fuerte”
Eso, defender su mejor versión era lo que había conseguir el Madrid en sus dos últimos partidos. Tras la apurada serie ante el Cajasol y los tropezones en Vitoria, el Madrid había convencido por su propuesta, especialmente en el cuarto partido de la serie y con Tomic como protagonista en los puntos (19) y en la defensa a Splitter. Un aspecto cuestionado por Ivanovic, crítico con la supuesta permisividad de los árbitros con el llamado Gasol del Este. Sea como fuere, Tomic (siete puntos, -1) ya llevaba dos personales en el ecuador el primer cuarto, empezado “fuerte” por el Caja Laboral, imparable e infalible en los primeros minutos en pista, empeñado en demostrar y demostrarse que sus dos derrotas en Vistalegre eran algo ya superado. El grupo de Ivanovic encontró su tranquilidad en la puntería de los primeros tiros (7/10 para un 15-5 a los 4m 22s). Los focos eran para Teletovic y Oleson, capital en la eliminatoria ante el equipo que le rechazó. Ya se sabe, no hay mayor motivación que triunfar donde no te quisieron.
El Madrid funcionaba como una persiana que hace tiempo que nadie engrasa. Su disposición era discontinua, la propia de un equipo que sólo necesitó cuatro minutos para perder otras tantas pelotas. No había ningún jugador más superado que Tomic hasta que apareció su primer recambio, Lavrinovic, que tuvo una aparición estrepitosa y fue capaz de cargarse con tres personales en sólo 1m 55s. Para suerte del Madrid ya estaba en pista y empezaba a carburar Llull, duda para el partido y reclamo del club en la publicidad que anuncia su trabajo de base en los carteles de los aledaños del Santiago Bernabéu. Llull (13 puntos como Reyes) jugó tanto de base como de escolta y fue el primero en hacer reaccionar a su equipo (18-12 a los 9m 33s), además de cerrar la primera parte (28-23) y un segundo cuarto lento, defensivo y repleto de errores (10-11).
La segunda reacción del Madrid correspondió a Reyes, que no había anotado en los dos primeros cuartos y sumó nueve en el tercero, en un interesante duelo con Splitter y con la ayuda de Bullock y Llull (46-43 a los 29m 30s). Una canasta a aro pasado de Velickovic y un triple de ex baskonista Vidal supusieron las únicas ventajas de los visitantes (46-47 a 9m 08s y 49-50 a 8m 23s). Pero entre la pareja Splitter-Huertas, la irrupción de Eliyahu (diez puntos) y dos canastas seguidas) desarbolaron a un Madrid que, siguiendo órdenes de Messina, ni tan siquiera hizo personales cuando a falta de 42 segundos (64-56) Llull falló un triple. El técnico visitante lo vio irremontable y con ese conformismo se acabó el curso para su equipo. Se prevén muchos cambios en el Madrid. El primero podría ser en el banquillo.
2 comentarios :
Messina ha tenido, posiblemente, la peor temporada de su vida. Se le ha fichado TODO lo que ha querido... y no ha hecho nada. Jaric?? un fiasco hasta el momento. Tomic?, un tipo muy bueno, pero sumamente torpe en defensa. Velickovic?? para mí el jugador más desaprovechado, tiene muy buenas maneras.
Hola Fujur!
Más de un fichaje parece un antojo de embarazada. ¿Para qué se fichó a Almond? ¿Por qué Jaric empezó como el base con mejores números y apenas jugó después? Tomic un día era el nuevo Gasol y otro acumulaba personales sin sentido. Estoy de acuerdo con lo de Velickovic, aunque le ha sacado más partido que a la mayoría.
Un abrazo!
Toni
Publicar un comentario