El Tour bajó el telón como marca la tradición: con una etapa acabada con minutos de retraso respecto al horario previsto por la organización, fotos distendidas -casi posados entre los competidores-, buen rollo y gestos. El mejor, sin duda, fue el de los corredores del RadioShack, que a iniciativa de Lance Armstrong se pusieron un maillot negro con un 28 en la espalda para recordar que en el mundo hay 28 millones de personas enfermas de cáncer. En una interpretación un tanto estricta de las normas se les obligó a que se vistiesen la indumentaria habitual. Otra de las instantáneas fue ver a Alberto Contador sonriente pedaleando con Andy Schleck mientras jugaba con una mini pistola de agua que le habían regalado desde una moto. Los grandes protagonistas del Tour no dejaban de hablar y reírse: su amistad parece intacta, pese a las polémicas absurdas de juego limpio. Contador dijo que ha recibido mensajes de felicitación de Andrés Iniesta y de Rafa Nadal, otros dos culpables de que el deporte español esté viviendo el mejor momento de su historia. Julio ha sido mágico por la victoria de la selección de fútbol en el Mundial, de Sudáfrica, el segundo Wimbledon de Nadal y, claro, el tercer Tour de Contador, el quinto consecutivo de un español, finalizado en París con el desenlace habitual: escapadas de cartón piedra y ganador al sprint. Y en ese territorio hay un corredor que no tiene rival, Mark Cavendish, que tras un inicio irregular se marchó con cinco triunfos. Con tan sólo 25 años el británico acumula 15 triunfos en Francia, es ya el mejor sprinter del Tour y está a poco menos de la mitad de quien más victorias acumula en la prueba, Eddy Merckx (34).
“La llegada de los Campos Eliseos es diferente de todas, pues ya no hay que ahorrar fuerzas y uno saca todo lo que tiene dentro”, dijo Cavendish, al que le costó abrirse un hueco en los últimos metros. A ello le ayudaron sus compañeros de Columbia –aunque sin métodos tan poco ortodoxos como los de Renshaw, expulsado por ganar terreno a cabezazos–. Luego Cavendish se las apañó sólo para irse por la derecha y ganar con la gorra, como casi siempre. Pero el británico no quedó contento con su botín, pues también aspiraba a ganar el maillot verde de la regularidad. Un premio que se llevó Alessandro Petacchi, que ganó a Cavendish los dos primeros sprints del Tour. Envuelto en un serial de dopaje del que informa la prensa de su país, Petacchi acumuló 243 puntos por los 232 de Cavendish.
“Pasé momentos muy difíciles”
Armstrong subió al podio como integrante del mejor equipo en cuanto a tiempos, RadioShack, y el público francés ovacionó a su compatriota Anthony Charteau cuando le pusieron el último maillot de puntos rojos como ganador de la montaña en una edición en los franceses han ganado seis etapas. Andy Schleck resultó el mejor joven y acompañó en el podio a Contador y a Denis Menchov, tercero. El español compareció enérgico, dando saltos, mientras parte del público le pitaba. Algunos no acaban de entender qué es la competición. Contador estuvo correcto, a pesar de que durante su discurso se oyese algún murmullo fuera de lugar: “Gracias a todo el mundo por el cariño que me han mostrado. Ha sido complicado, físicamente no estuve todo lo bien que quería, y psicológicamente también he pasado momentos difíciles. Un Tour especialmente difícil, por lo que no puedo expresar toda la felicidad que siento”.
Ésta es la edición que más participantes han concluido (170). El italiano Adriano Malori (Lampre) fue el último clasificado a 4:26:26 de Contador. Una posición a la que cayó en la contrarreloj de Burdeos-Pauillac, en su especialidad. Claro que su rival directo no era otro que Bert Grabsch, campeón alemán de la especialidad y tercero en la etapa a 1m 48s de Fabian Cancellara. Malori tiene tres medallas de oro en contrarreloj, dos en la sub 23 (Mundial de Varese y Europeo de Stresa, ambos en 2008) y otra en los Juegos Mediterráneos de Pescara del año pasado. Malori también se merecía una mención en este punto y final del Tour de 2010.
“La llegada de los Campos Eliseos es diferente de todas, pues ya no hay que ahorrar fuerzas y uno saca todo lo que tiene dentro”, dijo Cavendish, al que le costó abrirse un hueco en los últimos metros. A ello le ayudaron sus compañeros de Columbia –aunque sin métodos tan poco ortodoxos como los de Renshaw, expulsado por ganar terreno a cabezazos–. Luego Cavendish se las apañó sólo para irse por la derecha y ganar con la gorra, como casi siempre. Pero el británico no quedó contento con su botín, pues también aspiraba a ganar el maillot verde de la regularidad. Un premio que se llevó Alessandro Petacchi, que ganó a Cavendish los dos primeros sprints del Tour. Envuelto en un serial de dopaje del que informa la prensa de su país, Petacchi acumuló 243 puntos por los 232 de Cavendish.
“Pasé momentos muy difíciles”
Armstrong subió al podio como integrante del mejor equipo en cuanto a tiempos, RadioShack, y el público francés ovacionó a su compatriota Anthony Charteau cuando le pusieron el último maillot de puntos rojos como ganador de la montaña en una edición en los franceses han ganado seis etapas. Andy Schleck resultó el mejor joven y acompañó en el podio a Contador y a Denis Menchov, tercero. El español compareció enérgico, dando saltos, mientras parte del público le pitaba. Algunos no acaban de entender qué es la competición. Contador estuvo correcto, a pesar de que durante su discurso se oyese algún murmullo fuera de lugar: “Gracias a todo el mundo por el cariño que me han mostrado. Ha sido complicado, físicamente no estuve todo lo bien que quería, y psicológicamente también he pasado momentos difíciles. Un Tour especialmente difícil, por lo que no puedo expresar toda la felicidad que siento”.
Ésta es la edición que más participantes han concluido (170). El italiano Adriano Malori (Lampre) fue el último clasificado a 4:26:26 de Contador. Una posición a la que cayó en la contrarreloj de Burdeos-Pauillac, en su especialidad. Claro que su rival directo no era otro que Bert Grabsch, campeón alemán de la especialidad y tercero en la etapa a 1m 48s de Fabian Cancellara. Malori tiene tres medallas de oro en contrarreloj, dos en la sub 23 (Mundial de Varese y Europeo de Stresa, ambos en 2008) y otra en los Juegos Mediterráneos de Pescara del año pasado. Malori también se merecía una mención en este punto y final del Tour de 2010.
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