El conformismo es el peor de los ejemplos, incluso cuando la renta es muy considerable, en este caso 25 puntos (52-77 al final del tercer cuarto), y el rival, muy menor, como Portugal, último en clasificarse para el torneo (73-87). La imagen también cuenta y un parcial de 21-10 en el último período corroboró que España está en busca de sí misma, que el seleccionador todavía no acaba de cuadrar las piezas para que el grupo sea estable y no conceda tantas facilidades en defensa y ataque con más criterio. Mientras mejora, la selección cuenta con dos triunfos ante rivales débiles, pero el próximo ya será Gran Bretaña, el plantel que a punto estuvo de eliminarle del Eurobásket de Polonia. Entonces su progresión fue de muy mal al excelente.
Ante el rival más bajo y veterano del torneo España se permitió ciertas relajaciones, que compensó con parciales solventes. Rudy Fernández se comió el mundo, sobre todo en el primer cuarto y acabó siendo el mejor repartidor con seis asistencias. Resultó un bálsamo para lo que está sufriendo fuera de la pista por culpa de las toallas que reparte la FIBA y a las que es alérgico y le han dado problemas para respirar cuando las ha utilizado. El alero de los Mavericks y que según algunos medios ha firmado por el Madrid utilitza ahora otras, totalmente blancas. Además, Rudy se está tratando con corticoides y antiestamínicos para recuperarse y, por lo visto, está mucho mejor. Aunque en ataque el referente continúa siendo Pau Gasol (20 puntos), el principal reclamo y que anotó algunas canastas tan tranquilo como si fuese un entrenamiento. La diferencia de altura -y de talento- era abismal. Ahí estaba su hermano Marc para devolverle un tapón en la jugada siguiente a Tavares, máximo anotador portugués. Ésa es la actitud a seguir. Y para ejemplo, el de Felipe Reyes, con más tiempo en pista después de su desgracia familiar: 10 puntos.
Cargados de personales
El mérito de Portugal fue no rendirse. Compitió cuando el partido se convirtió en un intercambio de canastas cordial y con defensas blandas, como sucedió al principio, cuando algunos de sus mejores hombres, como Miranda, Évora y Fonseca, se cargaron de personales. Al primer parcial contundente de España los lusos respondieron con un 0-5 de Tavares, protagonista de un 9-2 con el que Portugal rebajó a un dígito la diferencia antes de que Calderón y Navarro con cuatro tiples entre ambos y Pau Gasol dejasen las cosas muy fáciles al descanso (36-53).
España siguió gustándose más en el tercer cuarto, aunque San Emeterio, Claver o Llull mostrasen que deben afinar la puntería. E incomprensiblemente al equipo se le acabó la batería -¿quizás motivación?- y España pudo vivir de rentas ante la espera de los rivales de verdad. Está, en palabras de Navarro a RAC1 al 50 o 60%. A la espera de encontrar la versión que puede dar y que no es la que está ofreciendo en Lituania.
ESPAÑA 87 (26+27+24+10): Pau Gasol (20), Rudy (9), Navarro (17), Calderón (7) y Marc Gasol (10) -equipo inicial-, Reyes (10), San Emeterio (1), Ricky (5), Ibaka (4), Claver, Llull (2) y Sada (2). PORTUGAL 73 (16+20+16+21): Da Silva (2), Andrade (11), Evora (6), Miranda (13) y Santos (9) -quinteto inicial-, Tavares (17), Costa (3), Minhava (2), Fonseca (4), Silva y Gonçalves (6). Árbitros: Robert Vyklicky (CZE), Petar Obradovic (BIH) y Miroslav Tomov (BUL). Sin eliminados. Incidencias: partido correspondiente a la segunda jornada del grupo A del Eurobasket disputado en el Cido Arena de Panevezys ante unos mil espectadores.
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