Vettel, eufórico, en el podio de Marina Bay - EFE. |
Tiene un cierto aire al jugador del Tottenham Rafael Van der Vaart y posee la misma ambición competitiva que Michael Schumacher, al que le gustaría igualar y, más todavía, superar. A los 24 años Sebastian Vettel camina, o más bien vuela, por el buen camino, y tras su 19ª victoria, la novena del año, el alemán tiene a un punto los festejos de su segundo bicampeonato y si lo está celebrando ahora es por el segundo puesto de Jenson Button. Vettel podría lograr dentro de 15 días en Japón, con lo que Vettel arrebataría el récord de precocidad a Fernando Alonso, cuarto en Marina Bay y que matemáticamente ya no puede aspirar al título.
Quié sabe qué caras pone Vettel bajo su casco, si a veces incluso bosteza de lo fácil que hace las cosas montado con el maravilloso RB7, el mismo que su compañero Mark Webber parece no entender en las salidas, cuando el australiano se deja lo ganado a golpe de cronómetro en la calificación. Webber acabó tercero para desdicha de Alonso, genial en el arranque y al que le dolió perderse la foto de un podio con un Vettel emocionado y seguro como lo fue en la pista. Baby Schumi no se dejó sorprender en la salida y se escapó sin remedio para acumular, por ejemplo, un segundo de margen por cada una de las primeras 20 vueltas. Y con la misma facilidad se fue después de que se marchase el coche de seguridad tras el accidente de Schumacher, pero el tráfico de doblados y la persistencia de Button hicieron que sólo aventajase en poco más de un segundo al británico, el único que todavía tiene posibilidades (tan grandes como una miga de pan) de quitarle el campeonato al alemán que celebra sus triunfo enseñando el dedo índice.
Massa: "Hamilton escucha ni a su padre"
El hacha de guerra le enseñó Felipe Massa a Lewis Hamilton. El brasileño acabó muy molesto con el piloto de McLaren, que "arruinó mi carrera" dándole por detrás, rompiéndole el alerón trasero, un contratiempo que obligó a Massa a pasar por boxes sólo una vuelta después de su primera parada: llegó con el neumático derecho trasero destrozado tras pinchar la rueda. Felipinho finalizó noveno y doblado por Vettel, mientras que Hamilton alcanzó la quinta plaza pese al incidente, por el que fue sancionado con un drive through y una reprimenda de Massa ante los medios: "Bien hecho, ¿eh?". Se lo dijo mientras le daba en el hombre. Hamilton se revolvió y le dijo que no le tocase. El piloto de Ferrari continuó la guerra después solo ante los micrófonos: "Ha vuelto a perder la cabeza. ¿Cuántas sanciones ha recibido ya? Pese a todo no aprende. No escucha ni a su padre". En la pista Hamilton acabó pasando limpiamente al brasileño, cuando los dos todavía corrían fuera de los puntos. Ha nacido una nueva enemistad, porque ambos ya se las habían tenido en la Q3 -entonces el británico adelantó a Massa en una acción innecesaria- y también en el GP de Mónaco, cuando Hamilton destrozó el 150º Italia de su rival en la curva de Loewes.
Hamilton -enorme su remontada- hubiese quedado por encima de Alonso de no ser ser por su temeridad, pues el 150º Italia no está para muchos trotes y si acaba entre los mejores es sólo por el talento del asturiano. Esta vez sí que funcionó la estrategia y después de perder el puesto con Webber y Massa antes de entrar en boxes, les pasó tras la primera visita al garaje. Pero no pudo contener a Webber cuando se fue el coche de seguridad, presente por un accidente sin consecuencias de Schumacher. Schumi se subió al Sauber de Checo Pérez y acabó estampado en el muro. A una vuelta de completar el gran premio se quedó Jaume Alguersuari, al que desde Ferrari acusaron de obstaculizar a Alonso, que se quedó de los doblados sin mencionar directamente a su compatriota. Unos metros reparadores para Vettel, que no se cansa de ganar -¿alguien lo hace?- y que sigue gritando como el primer día: "Yes! Yes! Yes!". Sí, ahora ya habla del título, ya aparca la prudencia maquillada: "Tendremos otra oportunidad en Japón". Le basta un puntito de nada. Muy poco para él. Para el tercer piloto en la historia, tras Schumacher y Nigel Mansell, en lograr nueve triunfos en una temporada.
Quié sabe qué caras pone Vettel bajo su casco, si a veces incluso bosteza de lo fácil que hace las cosas montado con el maravilloso RB7, el mismo que su compañero Mark Webber parece no entender en las salidas, cuando el australiano se deja lo ganado a golpe de cronómetro en la calificación. Webber acabó tercero para desdicha de Alonso, genial en el arranque y al que le dolió perderse la foto de un podio con un Vettel emocionado y seguro como lo fue en la pista. Baby Schumi no se dejó sorprender en la salida y se escapó sin remedio para acumular, por ejemplo, un segundo de margen por cada una de las primeras 20 vueltas. Y con la misma facilidad se fue después de que se marchase el coche de seguridad tras el accidente de Schumacher, pero el tráfico de doblados y la persistencia de Button hicieron que sólo aventajase en poco más de un segundo al británico, el único que todavía tiene posibilidades (tan grandes como una miga de pan) de quitarle el campeonato al alemán que celebra sus triunfo enseñando el dedo índice.
Massa: "Hamilton escucha ni a su padre"
El hacha de guerra le enseñó Felipe Massa a Lewis Hamilton. El brasileño acabó muy molesto con el piloto de McLaren, que "arruinó mi carrera" dándole por detrás, rompiéndole el alerón trasero, un contratiempo que obligó a Massa a pasar por boxes sólo una vuelta después de su primera parada: llegó con el neumático derecho trasero destrozado tras pinchar la rueda. Felipinho finalizó noveno y doblado por Vettel, mientras que Hamilton alcanzó la quinta plaza pese al incidente, por el que fue sancionado con un drive through y una reprimenda de Massa ante los medios: "Bien hecho, ¿eh?". Se lo dijo mientras le daba en el hombre. Hamilton se revolvió y le dijo que no le tocase. El piloto de Ferrari continuó la guerra después solo ante los micrófonos: "Ha vuelto a perder la cabeza. ¿Cuántas sanciones ha recibido ya? Pese a todo no aprende. No escucha ni a su padre". En la pista Hamilton acabó pasando limpiamente al brasileño, cuando los dos todavía corrían fuera de los puntos. Ha nacido una nueva enemistad, porque ambos ya se las habían tenido en la Q3 -entonces el británico adelantó a Massa en una acción innecesaria- y también en el GP de Mónaco, cuando Hamilton destrozó el 150º Italia de su rival en la curva de Loewes.
Hamilton -enorme su remontada- hubiese quedado por encima de Alonso de no ser ser por su temeridad, pues el 150º Italia no está para muchos trotes y si acaba entre los mejores es sólo por el talento del asturiano. Esta vez sí que funcionó la estrategia y después de perder el puesto con Webber y Massa antes de entrar en boxes, les pasó tras la primera visita al garaje. Pero no pudo contener a Webber cuando se fue el coche de seguridad, presente por un accidente sin consecuencias de Schumacher. Schumi se subió al Sauber de Checo Pérez y acabó estampado en el muro. A una vuelta de completar el gran premio se quedó Jaume Alguersuari, al que desde Ferrari acusaron de obstaculizar a Alonso, que se quedó de los doblados sin mencionar directamente a su compatriota. Unos metros reparadores para Vettel, que no se cansa de ganar -¿alguien lo hace?- y que sigue gritando como el primer día: "Yes! Yes! Yes!". Sí, ahora ya habla del título, ya aparca la prudencia maquillada: "Tendremos otra oportunidad en Japón". Le basta un puntito de nada. Muy poco para él. Para el tercer piloto en la historia, tras Schumacher y Nigel Mansell, en lograr nueve triunfos en una temporada.
1 comentario :
Estupendo blog y enhorabuena por vuestra clasificación preliminar en los premios Bitácoras. Seguiremos de cerca vuestro blog, os deseamos mucha suerte. Un saludo.
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