El líder de la Vuelta vuelve a resistir los picotazos de
Contador y le saca seis segundos más en la meta el día del desplome definitivo
de Froome
Purito, a punto de cruzar la línea de meta, seguido por Contador - EFE. |
Las oportunidades se merecen en
la bicicleta, donde no hay regalos, salvo los contratiempos humanos –el ya no
puedo más– y los problemas técnicos –los pinchazos, caídas o salidas de cadena–.
Bien lo sabe Purito Rodríguez, que no sólo aguanta los picotazos de Alberto
Contador, esta vez en el inédito ascenso al Cuitu Negru, sino que es capaz de
contraatacar y sacarle seis segundos más, cuatro por la bonificación como
tercer clasificado de una etapa que coronó al italiano Dario Cataldo, tan
exhausto que apenas pudo girar la cabeza para asegurarse que no estaba cerca Thomas
de Gendt, su inseparable compañero de fuga que le había dicho que “era más o
menos imposible” su propósito en común después de escuchar por el pinganillo cómo era de endiablado el
ritmo de Saxo Bank y Euskaltel. Se equivocó el belga para suerte de Cataldo, al
que el último kilómetro se le hizo eterno y que acabó tan deshecho que su celebración consistió en mover el puño, colocarse
las gafas y los brazos a la altura del cuello. Agarrado al manillar y a más de
cinco minutos del vencedor llegó Chris Froome, roto por completo a 2m 46s de la
última plaza del podio, que atesora Alejandro Valverde, y a 4m 52s del líder,
Purito, que aventaja a Contador en 28s y en 2m 04s al murciano antes de la segunda y última etapa de descanso.
Sabe Purito que tiene la carrera
donde había soñado y en el punto donde se la ha merecido tener. Está siendo el
mejor y ya se viste con los maillots de la combinada, la regularidad y de la
general. Sólo se le resiste el de la montaña, aunque Simon Clarke no puede
despistarse, ya que le saca sólo dos puntos. El premio al más combativo de la
jornada fue para Cataldo, que vive una temporada feliz, ya que a su extraordinario
triunfo en Cuitu Negru suma el título de contrarreloj de
su país. Nada paró al italiano, constante para pelearse como un jabato domando
la bici con rampas de hasta el 24%. El contexto donde Contador
quiso dejar atrás a Purito, a quien había visto rodar detrás en La Cobertoria y
al que fue a observar: “Siempre quieres ver cómo está cada uno”. Piensa
Contador que cualquier información extra es de utilidad y anhela un día de
perros, “de lluvia” a poder ser. Un deseo que Purito ve como pesadilla: “Que se
deje de rollos, que bastante bien nos va. Estamos teniendo suerte con el
tiempo”.
Contador dijo estar satisfecho
con el rendimiento de su equipo, el Saxo Bank –protagonista de nuevo de otra
selección notable con David Navarro, Majka o Jesús Hernández como torturadores–
y de él mismo, que no pudo descolgar al líder, pero que vio cómo Valverde cedía
en cada uno de sus ataques –Nairo Quintana rescató al exponente del Movistar– y
se tranquilizó comprobando que Froome, después del Tour y de los Juegos, no
está para mucho más. Hasta cinco veces lo probó Contador y tras la última
contraatacó, poderoso, Purito, capaz de no sólo no ceder, sino de coger más
colchón. Un líder con mayúsculas.
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