Navarro, a punto de lanzar un triple - EFE. |
Había dicho
antes del partido de cuartos que tenía que suplir el no estar bien
físicamente con corazón y talento. O lo que es lo mismo con
entereza y clase. “Las sensaciones al final no fueron malas”,
valoró Juan Carlos Navarro (Sant Feliu de Llobregat, 1980) después
de la maratoniana victoria ante el Madrid (11 puntos en 25 minutos) y
prometió estar “a punto” para jugar la semifinal ante el Caja
Laboral, contra el que destapó el bote de sus esencias: desparpajo,
liderazgo, seguridad y magia. Mucha magia. La Bomba (20 puntos en 24
minutos) es capaz de brillar a pesar de estar esté renqueante
por las lesiones y de alejarse un tiempo de las pistas. De
hecho, hasta los últimos días fue duda para disputar una Copa del
Rey en la que deslumbró ante el anfitrión. “Hago un poco de todo.
Un poco de suerte, un poco de ganas...”, respondió, con la medio
sonrisa del tímido, cuando le preguntaron por su actuación,
extraordinaria en el último cuarto, cuando desequilibró un partido
(parcial de 0-14) hasta entonces de poder a poder. Con Huertas como
jefe de operaciones (nueve asistencias), Navarro se entendió con
Lorbek, que volvió a resurgir en el epílogo, y Rabaseda dio un
tremendo golpe sobre la mesa como Jawai, que se fue cojeando al
banquillo dolorido de una rodilla. Con su capitán por bandera el
Barça, letal con los triples (11/18) y ganador por 69-80, accedió a su cuarta final
copera consecutiva, algo que todavía no había logrado ningún
equipo, y se enfrentará al vencedor entre el otro cruce, Valencia
Basket-Gran Gran Canaria. Dos de los equipos con los que ha perdido a
domicilio.
Navarro
encendió la mecha e hizo explotar un partido que había transcurrido
tal y como se esperaba, propio de la convicción de dos equipos
renacidos tras un inicio de curso decepcionante y que se han ido
encontrando a sí mismos. El Caja Laboral reaccionó con el cese de
Ivanovic y la llegada de Tabak, con el que logró un pase al Top 16 de la Euroliga que parecía imposible, mientras que el Barça llegó a ver muy
comprometida su presencia en la Copa de Vitoria y tuvo que vencer al
Madrid en el Palau para lograrlo en un encuentro sideral de Navarro.
Ambas plantillas han crecido en porcentajes, pero sobre todo en
fortaleza mental y capacidad de reacción. Así que cuando los
anfitriones se distanciaron 16-9 (a los 7m 5s) gracias a la frescura
de Heurtel, la omnipresencia de Causeur y la puntería de un Nocioni
que se comía a Mickeal, los azulgrana replicaron recurriendo a su
fondo de armario. Con Huertas como agitador, Jawai como matador ante
un Lampe muy desacertado y Oleson, que jugaba para el Caja Laboral el
mes pasado, se reencontraba con la que hasta ahora era su afición
con tres triples sin fallo y una asistencia para que Rabaseda
machacase (28-31 a los 15m 29s).
Mickeal y
Nocioni
Pero Nemanja
Bjelica y Pleiss volvieron a impulsar al Caja Laboral, vencedor de
una primera parte (39-35) en la que Mickeal no había tirado ni una
vez. El alero norteamericano tardó 21 minutos en hacerlo y no falló
el triple, aunque después no acertó con los otros cuatro tiros de
dos, algunos en contraataques favorables. Lorbek también se estrenó
y Navarro sostuvo a su equipo
ante el empuje de San Emeterio –poco fino con la puntería, eso sí,
2/7– y de Nocioni. Tomic, como quien no quiere la cosa, se
procuraba sus rebotes (nueve) y seguía anotando, sin menos presencia
que ante el Madrid.
Con un
entrada de Navarro acabó el tercer cuarto (57-55) y ése sería la
última ventaja de un Caja Laboral que, como reconoció Tabak, se
colapsó en defensa cuando se ofuscó en ataque. Secos para anotar y
paralizados ante el ritmo marcado por Huertas y la soltura de
Navarro, los anfitriones claudicaron sin remedio ante el repertorio
de La Bomba, la fortaleza de Rabaseda y Jawai y el oportunismo de
Lorbek. Entre los cuatro perpetraron un parcial de 0-14 que dejaron
tambaleante a un Caja Laboral al que quiso rescatar sin éxito
Heurtel y al que Navarro le dio la estocada definitiva con su cuarto
triple. La Bomba ya es el máximo triplista de la historia del torneo
con 53, cuatro más que Alberto Herreros. Además, Navarro empató
con Arlauckas como tercer máximo anotador del torneo (398). Y en la
final tratará de levantar su sexta Copa y el MVP. Una distinción
que le falta.
CAJA LABORAL 69 (19+20+18+12): Heurtel
(11), Causeur (4), Nocioni (11), Mirko Bjeliça (2) y Lampe (15)
-quinteto inicial-; Cook, Jelinek, San Emeterio (5), Nemanja Bjeliça
(10) y Pleiss (11). BARÇA 80 (18+17+20+25): Sada (4),
Navarro (20), Mickeal (5), Lorbek (12) y Tomic (9) -quinteto
inicial-; Huertas (4), Jasikevicius, Oleson (9), Wallace (3), Jawai
(7) y Rabaseda (7). Árbitros: Arteaga, Pérez Pizarro y Jiménez.
Sin eliminados. Incidencias: Primer partido de semifinales de la Copa
del Rey Vitoria 2013, presenciado en Buesa Arena por 15.085
espectadores.
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