Vettel, con los deberes casi hechos

El piloto de Red Bull encadena su cuarta victoria consecutiva, la octava del curso, en Corea del Sur y logrará su cuarto Mundial en Japón si vence y Alonso no acaba entre los ocho primeros

Vettel liderando el GP de Corea del Sur. 

Podría ser un estudiante que se anticipa al profesor, que devora las lecciones que todavía no se han explicado y todavía le quedan energías para complementar los apuntes con obras de referencia. A Sebastian Vettel (Heppenheim, Alemania, 1987) no le basta con acumular ocho triunfos en este 2013, encadenar cuatro triunfos consecutivos -tres en el GP de Corea del Sur-, sino que necesita exprimir al máximo su RB9, el más completo de la parrilla. Era la antepenúltima vuelta de una prueba repleta de incidentes y Vettel completó un giro

estratosférico. Inquietos, en su equipo quisieron tranquilizarle: "Sebastian, ten cuidado. Has hecho la vuelta rápida con mucho margen. Tenemos que acabar la carrera". Ni sabiendo que Fernando Alonso rodaba sexto y pasaba a aumentar su ventaja con respecto al asturiano a 77 puntos y acaricia su cuarto Mundial -a falta de cinco pruebas lo podría lograr en Japón si gana y Alonso es noveno o peor- se relajó Vettel. Tampoco le hizo gracia que el coche de seguridad tuviese que salir dos veces, tras el pichazo de Checo Pérez, y el incendio de Webber. Los Lotus de Kimi Raikkonen y Romain Grosjean, por este orden, acompañaron a Vettel en el podio. 

El piloto de Red Bull venció como siempre -suma seis victorias en las últimas ocho pruebas-, pero con menos margen de lo habitual -poco más de cuatro segundos- en un circuito de Yeongam que conoce al dedillo. Desde que se incorporó al calendario de la Fórmula 1 en 2010 ha liderado todas las vueltas, excepto 12, en las que lo hizo Alonso, vencedor en la temporada de estreno del trazado. "En esta pista el neumático delantero derecho sufre mucho y está bien que el equipo te vaya proporcionando datos", advirtió Vettel, que también tuvo problemas de degradación con esa rueda, especialmente antes de su primera parada, cuando ya habían sucedido muchas cosas. Sutil y Button habían roto el alerón delantero y lo habían tenido que cambiar, Massa había hecho un trompo en la curva 3 de la primera vuelta y había estado a punto de llevarse por delante a su compañero Alonso....

Hulkenberg, inalcanzable

Por entonces el asturiano ya padecía viendo cómo no podía acercarse lo suficiente al Sauber de Hulkenberg, inalcanzable: "En la recta no podíamos superarle y en las curvas castigábamos más los neumáticos por ir detrás de Nico". Alonso reconoció que su F138 no tuvo ritmo de carrera en todo el fin de semana, pero aseguró que hubiese planteado "algo" de batalla a los Mercedes de haber superado a un Kulkenberg -"me he sentido un poco como si fuese un plátano y me persiguiesen monos para comerme"- que le birló la cuarta plaza a Hamilton. Séptimo, justo detrás de Alonso finalizó Rosberg, al que se le rompió el alerón delantero cuando se veía con ritmo para opositar por el podio. 

Hasta ahí, hasta la segunda posición después de partir de la novena llegó Raikkonen, beneficiado por las apariciones del coche de seguridad y el "pequeño error de Grosjean, al que he podido pasar al final de la recta". En ese momento, Webber ya estaba fuera de carrrera después de que Sutil le arrollase. El australiano explotó contra Pirelli: "Dirán que el pinchazo de Pérez se debe a un bloqueo, pero la razón por la que los pilotos bloquean es es porque no queda goma. No les importan los pilotos". El propio Pérez intervino: "Una llanta o un neumático nos arruina una carrera. Ya pasó en Silverstone. Es ridículo perder cinco segundos por vuelta, bloquear un neumático y que explote". El mexicano cerró los puntos, por detrás de su compañero en McLaren Button, octavo, y de Massa, noveno pese a haber llegado a rodar penúltimo por su error inicial. En todo caso, un puesto insuficiente para Felipinho, que busca un hueco para el Mundial de 2014. En éste está todo casi decidido. Vettel es un alumno aplicado.