Navarro trata de superar a Khryapa - EFE. |
"Esto de La Bomba... Sí, lo llevo también en el DNI, ya ves. ¿Cómo empezó? Bien, me decían que dinamitaba los partidos y así empezó todo", contaba Juan Carlos Navarro (Sant Feliu de Llobregat, 1980) en una entrevista de Carme Barceló a la revista del DIR semanas antes de ganar la segunda Euroliga del Barça: "[El apodo] ha servido para hacer coñas, titulares... Me han dicho de todo, [incluso] 'ya no es una bomba, es un petardo'. Me han cantado la canción de King Africa". Pero la canción de Navarro no
podría ser tan simple, debería ser eléctrica, con un estribillo desgarrador y muchos estilos diferentes para describir a un jugador diferente y singular que ha logrado tocar el cielo pese a su falta de físico. Suple su falta de músculo y envergadura con talento, diabluras y un tiro propio. Y aunque no esté al 100% por los percances que acumula, como la operación de tobillo de julio, sigue siendo el alma del Barça, al que rescató con su genio una y otra vez en la segunda parte ante el CSKA Moscú (79-70). Un triunfo fundamental para que los azulgrana no se compliquen la existencia tras los primeros latidos de la Euroliga.
"Llevo una semana trabajando bastante bien. Estoy muy contento por la victoria y por mi juego", resumió Navarro, tan directo con la prensa como en la pista. Un jugador nacido para ser capitán y engrandecer a sus compañeros. Es imparable, también lo fue en una partido en el que solo contabilizó un triple en una primera parte gobernada por el CKSA de Messina (35-40), más regular con Kaun, Micov y Pargo como grandes estiletes. Tomic y Huertas habían sostenido a los azulgrana. Pero fue volver del descanso y ver a Navarro a su mejor nivel, como alguien capaz de todo: triples, bombas, fintas, asistencias, liderazgo... La Bomba aportó 13 puntos, casi la mitad del parcial de 27-7 (62-47 a los 28m 15s) con el los locales parecían haber finiquitado el partido.
"No sé qué pasaré el día que se vaya"
Hubiese sido lo normal ante un rival con Khryapa perdido y Teodosic intermitente, y que había perdido hasta siete pelotas en el tercer cuarto y se había pasado más de cinco minutos con una única canasta de Pargo en su haber. Pero este Barça tiene bajones de peso repentinos y con Navarro descansando en el banquillo Hines y Micov replicaron con un parcial de 0-11 (62-58 a 8m 50s). Navarro puso la solución con una jugada en la que botó y botó hasta marear a su defensor, como si en vez de en el Palau ante miles de espectadores estuviese jugando en una pista anónima y asistió a Tomic. Huertas y Lampe -excepcional un rebote ofensivo suyo a una mano- concretaron un triunfo importantísimo para el Barça, que de haber perdido se hubiese colocado con tres derrotas en cuatro partidos antes de encarar sus dos visitas seguidas a Kiev y Belgrado. "No sé qué pasará el día que se vaya. Navarro en la máxima expresión es lo máximo", cerró Vivan Morros, lateral del Barça de balonmano, entrevistado por Esport 3.
BARÇA 79 (18+17+27+17): Marcelinho (16), Abrines (8), Papanikolaou (5), Lampe (8), Tomic (13) –quinteto inicial-; Dorsey (2), Sada (0), Navarro (20), Todorovic (0), Hezonja (0) y Nachbar (7). CSKA MOSCÚ 70 (20+20+14+16): Teodosic (10), Pargo (11), Micov (14), Khryapa (2), Kaun (10) –quinteto inicial-; Fridzon (1), Jackson (6), Weems (3), Vorontsevich (3) y Hines (10). Árbitros: Christodoulou (Grecia), Lottermoser (Alemania) y Zamojski (Polonia). Palau Blaugrana. 6.102 espectadores. Cuarta jornada de la Euroliga.
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