El alero mallorquín lidera la
remontada de un Madrid que le remonta 15 puntos al Valencia Basket (75-82) para
sumar su 23ª consecutiva e igualar el récord de Pedro Ferrándiz
Rudy penetra ante Rafa Martínez y Lishchuk - Marca. |
Detrás de la puerta de la habitación
tenía aquello que le ponía la piel de gallina, una canasta pequeña, pero
suficiente para disfrutar en silencio de su pasión. Un silencio relativo porque
se oía el leve ruido de la pelota de plástico rebotando en el suelo. “¿Qué
haces?”, le preguntaba su hermana Marta. “Estoy estudiando”, respondía él, Rudy
Fernández (Palma de Mallorca, 1985), que al rato le proponía: “¿Qué, hacemos un
partido?”. “¡No, que tenemos que estudiar!”, replicaba ella. “Era un niño muy
inquieto,
no paraba quieto. Ya se veía de pequeño que llevaba innato el basket”,
explica la jugadora de Perfumerías Avenida en El viatge de Rudy. De Badalona a l’NBA, de Ramon Aymerich y Ester Romeu,
donde también describe la competitividad
de su hermano en las pachangas en la terraza de casa, pero también en otros
aspectos, como en quién tenía más Gigantes del basket. Un espíritu que no ha
perdido con los años. “Rudy es un animal competitivo” se ponían de acuerdo
varias personas que seguían el Valencia Basket-Madrid con el Twitter en marcha.
Espectadores que vieron cómo el alero mallorquín, con 13 de sus 18 puntos en el
tercer cuarto, rescató a un Madrid que llegó a ceder por 45-30 (a los 18m 25s)
y acabó ganando 75-82 para sumar la 23ª victoria consecutiva e igualar el
récord de Pedro Ferrándiz en la temporada 1960-1961. Mirotic, Carroll y los dos
Sergios, Llull y Rodríguez, fueron los acompañantes de lujo de Rudy ante un
Valencia Basket generoso y muy superior en varias fases que fue por delante
casi 35 minutos.
Cuesta a veces encontrar un
protagonista para titular una crónica del Madrid de Pablo Laso porque es un
equipo impasible a las circunstancias, sobre todo este curso, y le sobran
recursos, aunque el hilo conductor sea casi siempre Sergio Rodríguez. El hambre
del grupo es infinita y apenas baja el acelerador. Acostumbrado a dominar de
principio y final los partidos, y llevarse victorias en la Liga ACB por más de
20 puntos de media de margen, se quedó helado en La Fonteta con el parcial inicial
de 8-0 del segundo clasificado. Al Madrid le costó dos minutos estrenarse con
un mate de Mirotic, bien defendido en la primera parte por un Doellman casi
inédito en ataque. Con el montenegrino tímido, apenas hubo respuesta del
Madrid, aunque si el Valencia Basket no se escapó por más de ese 23-14 que
reflejaba su dominio en todos los aspectos –rebote, intensidad y puntería, 5/9
en triples con Van Rossom y Ribas especialmente desatados– fue por el temple de
Rudy. Y, claro, por la entrada de Sergio Rodríguez, al que le bastaron unos
segundos para repartir dos de las nueve que regaló durante la noche.
El duelo Carroll-Lafayette
Entró Carroll, otro capaz de ser
decisivo desde el mismo instante en el que pisa el parqué, que aportó ocho puntos de carrerilla y protagonizó
un delicioso duelo con Lafayette, al que le salía cualquier cosa que se le
pasase por la cabeza. Justo al contrario que a su capitán, Rafa Martínez, preciso
en los puntos, pero torturado por las personales. Se cargó muy pronto de
infracciones y solo pudo estar ocho minutos largos antes de ser eliminado. Para
entonces el Madrid estaba a punto de remontar un partido que llevaba perdiendo
desde el principio. Se había repuesto con la pericia de Rudy Fernández –su
reverso e incursión entre dos rivales fue de videoteca–, la fortaleza de un Mirotic
que volvía a dominar la pintura y los fogonazos de Carroll y Llull, quien puso
con un triple a su equipo por primera vez por delante (65-67 a 5m 14s).
Por más
que Lishchuk
lo intentase, no hubo vuelta de hoja y el Madrid se escapó sin remedio bajo la partitura de
Sergio Rodríguez. Al partido, mayúsculo, le sobró sobre todo que Rudy le
hiciera la zancadilla a Sato y éste le devolviera la triste ocurrencia con un
pisotón. Rudy es un “animal competitivo” que sería más completo y todavía mejor
si se dejase de esas chiquilladas que empañan su talento y le equiparan a aquel
niño que negaba que estuviese jugando con la pelotita en la habitación, por más
que el ruido de la pelota le delatase.
VALENCIA BASKET 75 (23+22+18+12): Van Rossom (8), Rafa Martínez (8), Sato (3),
Doellman (6), Lishchuk (12) –quinteto inicial- Triguero (-), Ribas (13),
Dubljevic (8) y Lafayette (17). REAL MADRID 82 (14+17+24+27): Sergio Llull (11), Rudy Fernández (18), Darden (-), Mirotic (16) y Bourousis
(-) –quinteto titular-, Draper (-), Reyes (9), Sergio Rodríguez (7), Carroll
(17), Slaughter (2) y Mejri (2). Árbitros: García González, Peruga y Rial. Eliminaron por faltas
personales a los locales Rafa Martínez (m.33) y Lafayette (m.40). Incidencias: partido correspondiente a la 11ª jornada de la Liga ACB
disputado en La Fonteta ante 8.500 espectadores.
No hay comentarios :
Publicar un comentario