El pívot polaco completa una gran actuación en San Sebastián en una temporada llena de turbulencias
Lampe, durante un partido - Foto: Pere Puntí / Mundo Deportivo. |
A veces, por su poca expresividad, Maciej Lampe (Lodz, Polonia, 1985) parece un jugador de cera, lo que invita a pensar que no se implica lo suficiente. Se despista con facilidad como los estudiantes hiperactivos y suele ceder en la lucha por el rebote, quizás donde el jugador más demuestra la sangre, la intensidad, la inteligencia o la confianza. Ése fue el Lampe que esperó a que la pelota le cayese a las manos y no se percató de que por detrás viniese un feroz Raulzinho Neto. Desconcertado, el pívot polaco le hizo una falta personal.
Fue uno de las escasas concesiones de Lampe en el Pabellón San Sebastián Arena 2016, donde cuajó un partido jugoso con 23 puntos (10/12 en tiros) y nueve rebotes para un 28 de valoración. El pívot polaco resultó capital para el despegue del Barça hasta su máxima renta (37-61 a los 25m 23s), pero también para contener junto a Lampe a un Gipuzkoa Basket entero que se puso (65-78 a 5m 15s) contagiado por el "¡sí se puede!" de la grada, los arrebatos de Javi Salgado y la partitura de un Jason Robinson incontenible (34 puntos). Pero los azulgrana aguantaron para concretar, por 75-86, su 12º triunfo consecutivo.
"Me siento fuerte. La espalda ya no molesta. Me siento bien para llegar al nivel que tenía o incluso mejorarlo", resolvió Lampe. Aunque lo cierto es que está en su mejor momento desde que estampó su firma con el Barça este verano en un curso repleto de turbulencias para él. Se ha escrito mucho sobre sus supuestos desencuentros con Xavi Pascual, su posible marcha del equipo y también sobre su discreto papel en la pista. Pero desde que reapareció hace dos semanas, justo en el partido del récord de triples de Pullen ante el Valladolid, el pívot es otro. Tiene hambre y ha aparcado de golpe mes y medio fuera de las pistas por unas molestias en las cervicales y la mala reacción un medicamento para la piel con compromiso, agilidad e intensidad. Acumula tres partidos notables en la Liga ACB con 57 de los 152 que suma en el torneo. Un dato que constata su crecimiento ante el propio Valladolid, el Manresa y el Gipuzkoa Basket, por más que ninguno esté entre los que jugarían las eliminatorias para el título.
Hezonja, crecido
A Lampe le falta más regularidad y continuidad en todos los aspectos. Quizás el de saber llevar mejor que no es un puntal como Tomic —baja como Papanikolaou—, pero que tiene que darlo todo para ganarse más minutos y oportunidades. El viernes en el Martín Carpena ante Unicaja, en el Top 16 de la Euroliga, Lampe no llegó a los ocho minutos en pista. 20 segundos disputó su compañero Todorovic, inédito en San Sebastián. Algo difícil de entender por lo bien que compite el montenegrino tenga el rol que tenga. Lo mismo le pasa a Mario Hezonja, con 19 años recién cumplidos y que parece tener varios más. A la perla azulgrana poco le importa haberse perdido varios partidos por decisión técnica: entiende que el descaro y el trabajo no son negociables y volvió a despuntar con momentos de calidad.
Hezonja metió dos triples en un momento coincidiendo con los mejores instantes de Lampe y de un Barça que había empezado muy acertado con los tiros con Huertas y Navarro como principales artífices, pero perdiendo hasta cuatro pelotas en el primer cuarto y sobreviviendo a Robinson. Seis cedieron los azulgrana en el tercer y también en el último período, a veces por precipitación o por despiste, también por la intensidad del rival, que no bajó los brazos como corresponde a los equipos entrenados por Sito Alonso. O a jugadores como David Doblas, que no se ha perdido ni un partido en las últimas cinco temporadas. Pero al Gipuzkoa Basket le faltaron tiempo, rebotes (20 por 59) y alguien más que Robinson para concretar la remontada ante un Barça que no tiene nada que ver con aquel grupo que tragaba saliva ante resultados ajustados y estaba lleno de dudas.
GIPUZKOA BASKET 75 (17+14+20+24): Raulzinho Neto (6), Robinson (34), Cortaberria (2), Ramsdell (4) y Doblas (12) —quinteto inicial—; Hanley (8), Salgado (6), Olaizola (2), Huskic (1). BARÇA 86 (23+27+17+19): Huertas (8), Navarro (16), Abrines, Dorsey y Nachbar (4) —quinteto inicial—; Sada (4), Hezonja (8), Oleson (7), Lorbek (9), Lampe (23) y Pullen (7). Árbitros: Pérez, Sánchez y Martínez. Incidencias: Partido disputado en el San Sebastián Arena 2016 ante unos 8.000 aficionados.
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