El capitán marca la pauta del mejor Barça del curso (16/28 en triples), que está a un triunfo de ganar la Liga ACB ante un Madrid en blanco (94-79)
Navarro, durante un partido de Liga - Foto: EFE. |
Es un secreto a voces que a Juan Carlos Navarro (Sant Feliu de Llobregat, 1980) le incomodan las entrevistas. Cuando le ponen un micrófono cerca, el capitán del Barça mantiene una mirada seria y un discurso directo y concreto. Esta vez ante las cámaras de la 1 se mostró más relajado. Hizo un discurso enérgico, a la altura del esfuerzo, soltura (19 asistencias), concentración (38 rebotes) y acierto del grupo (16/28 en triples, 57%) y de él mismo. "Ha sido un gran trabajo. Hemos salido espectaculares y hemos sido bastante superiores al Madrid", dijo La Bomba antes de firmar el balón para el ganador del concurso de la televisión y despedirse agitando la palma de la mano. Nunca se le había visto tan dicharachero a Navarro tras una entrevista. La ocasión lo merecía, pues en todo el curso se había visto a un Barça tan arrollador. Con 19 puntos, La Bomba fue el más certero de un partido en el que superó a Epi para convertirse en el tercer máximo anotador de la historia de los playoffs de la Liga ACB con 1.730 tantos, superando a Epi (1.716). Navarro marcó la pauta con sus dos primeros tiros y Nachbar se contagió de optimismo con tres triples en un momento (4/6). Los azulgrana, que se colocan a un triunfo del título, golpearon una y otra vez a un Madrid que se quedó en blanco cuando a Carroll y a Sergio Llull se les mojó la pólvora (94-79).
Al Barça le sobraron líderes, justo lo que le faltó casi siempre a un Madrid que echó de menos a Sergio Rodríguez. Su jugador más creativo y desequilibrante estuvo gris y discontinuo. Parecía un tipo triste, al contrario que de un Sada feroz en defensa –su tapón a Mejri es una muestra–, aunque confundido en ataque. Huertas las pasó canutas con la sombra de Darden y las piernas de Llull al inicio, pero el brasileño se repuso para dar hasta ocho asistencias, dos menos que un rival desconcertado.
Rudy, perdido
Si la diferencia de un primer cuarto (31-20) en el que el Barça llegó a tener un 5/5 en triples no fue superior fue gracias al tesón de Llull, en su mejor versión entonces: rápido de piernas, aprovechando los errores del rival con los coast to coast. Su complemento era el trabajo silencioso de Bourousis. La irrupción de Oleson, con tres triples en un suspiro, contrastaba con un Rudy perdido que sólo anotó un triple y cuatro tiros libres. La línea de personal no torturó esta vez al Barça, que no falló un tiro libre hasta a falta de 5m 20s, con un claro 89-67 en el marcador, y acabó con un balance de 12/19.
Carroll y alguna pincelada de Sergio Rodríguez mantuvieron las ventajas al descanso (52-40) y en el tercer cuarto los visitantes trampearon anotando tiros libres y con un Mirotic suelto por primera y única vez en el partido. El MVP de la temporada pasada parece desquiciado y resoplaba ante la contundencia de un Dorsey gigantesco y de un Papanikolaou que estuvo imparable en la segunda parte. Ninguna defensa planteada por un Pablo Laso sentado en un taburete por su reciente operación en el tendón de Aquiles era mayor problema para un Barça muy entero que celebraba que Huertas se hiciese con un rebote tras recibir un gorro o que Navarro fuese capaz de sacarse de la chistera una canasta a pesar de estar punteado por Llull. Fue muy significativo que el capitán Felipe Reyes, el exponente de coraje del Madrid, se quedase en dos puntos y sólo jugase 13 minutos. Era la jornada de un Barça arrollador. De ahí la dicharachera despedida de Navarro.
BARÇA 94 (31+21+28+14): Huertas (12), Navarro (19), Papanikolaou (12), Nachbar (14), Tomic (6) –quinteto inicial–; Dorsey (4), Sada (2), Abrines (0), Oleson (15), Lorbek (2) y Lampe (8). MADRID 79 (20+20+23+16): Sergio Llull (15), Fernández (7), Darden (0), Mirotic (11) y Bourousis (13) –quinteto inicial–; Reyes (2), Díez (0), Rodríguez (9), Carroll (13), Slaughter (5) y Mejri (4).
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