Irregular casi todo el año y siempre criticado, el ala-pívot da la estocada a un Madrid persistente (83-81)
Lampe celebra su triple ante el Madrid - Foto: ACB Photo. |
Puede que sea el jugador más críptico del vestuario del Barça, al que es más fácil descifrar y uno de los más introvertidos. No hay duda de que fue uno de los fichajes de más peso del curso y que conforme pasaron las semanas, y pese a su buen inicio, Maciej Lampe (Lodz, Polonia, 1985) se fue diluyendo. Además, estuvo de baja mes y medio. Primero por un problema en las cervicales y después por el efecto de un medicamento para la piel. Mucho se escribió, con o sin razón, sobre su relación con Xavi Pascual y su compromiso con
el club y el grupo. El jugador siempre negó que quisiese marcharse. Lampe cumplió en contadas ocasiones con las expectativas, pero la 18ª Liga, 15ª en la era ACB del Barça, cuarta de Xavi Pascual y octava de Juan Carlos Navarro llevará para siempre su sello. El ala-pívot polaco fue vital con dos acciones en los últimos segundos: barrió una canasta de Sergio Llull y justo después recibió una asistencia de Oleson en la esquina y lanzó. "Cuando he tirado el triple estaba convencido de meterlo. He trabajado mucho esta temporada mi tiro y creía en él", aseguró después de que ese tiro, a 21 segundos del final de un partido convertido en un manojo de nervios de una serie volcánica, decidiese el título a favor de un Barça que tuvo en contra el factor pista tanto en semifinales ante el Valencia Basket como ante el gran favorito, el Madrid, derrotado por 83-81 en el cuarto partido (3-1). Antes, la pareja Tomic (22 puntos y nueve rebotes)-Huertas (nueve puntos y siete asistencias, el más regular de la serie) habían sido puntales junto a Navarro (14 tantos), escogido como MVP pese a sus siete pérdidas.
"¡Es increíble! ¡Es increíble!", repetía, una y otra vez, Lampe, eufórico, acordándose de las críticas, algunas de ellas merecidas (como su falta de sangre para hacerse con algún que otro rebote), con las que le han obsequiado durante el curso. Sin embargo, en la pista se hizo eterno con sus únicos puntos de un partido en el que su equipo remató al Madrid, que le había triturado en la Final Four de Londres de Milán con una victoria por 38 puntos. El momento en el que, según recordó Navarro, "algunos quisieron retirarme, pero uno tiene que seguir adelante". El grupo se ha tapado los oídos y se ha puesto el mano de trabajo desde entonces y, salvo los dos tropezones ante el Valencia Basket, ha crecido a golpes agigantados. "Hemos ganado con el corazón. El equipo siempre ha creído", recalcó Huertas, héroe en las semifinales e hilo conductor de la final (27 asistencias) y que bien podría haber sido MVP. Como Tomic, vital por su movilidad y coraje: "¿Te acuerdas de lo que dije el primer día en Barcelona? ¡Quería este título!".
El pívot croata había perdido las dos últimas Ligas ACB y logró el trofeo a la tercera para desconsuelo de algunos de los compañeros con los que coincidió en el Madrid, caso de Llull, desenfocado esta vez como un Sergio Rodríguez que saltó a la pista antes de lo que acostumbra. La pareja interior titular de su equipo (Bourousis-Mirotic) se había cargado con dos personales y el Barça encadenó un triple tras otro, hasta una serie de seis de siete (9/19 final por el 4/21 de su rival). Oleson, Nachbar, Tomic... Todos parecían tener un guante en la mano, pero el Madrid se sostuvo por la casta de Mejri, Bourousis y Reyes y por buscar y sacar provecho de los tiros libres y de las pérdidas del Barça (¡23!). Así que al descanso se llegó con un ajustado 47-42.
Laso: "¡Esto es una vergüenza!"
La anotación bajó en la segunda parte y crecieron el tono de voz y los reproches de unos y otros. Laso se levantó como pudo de la silla de ruedas -acaba de ser operado del tendón de Aquiles- para gritarle a Pérez Pérez: "¡Esto es una vergüenza! ¡Esto es una vergüenza!". El técnico fue descalificado en el minuto 24 y se lo llevaron al vestuario bajo ruedas. Mirotic también andaba desquiciado y a Rudy se dolía de todo, pues lleva varias heridas de guerra, como el tobillo.
Surgió por fin Mirotic y unos y otros intercambiaron errores mayúsculos. Tomic, hiperactivo ante su ex equipo, puso el 71-61 (a 8m 12s), pero el mérito del Madrid fue no bajar los brazos sin Laso. Le benefició un Dorsey superado. Bourousis puso el empate a 76 a 1m 12s, tras un triple errado por Sergio Rodríguez. En la siguiente acción se resbaló Navarro. Pasos. Iba a llegar el Momento Lampe, con su barrido y triple. A Abrines no le tembló el pulso con dos tiros libres, como tampoco a Oleson tras el apurado triple de Darden. Para siempre quedará como la Liga del triple de Lampe -"recuerdo una rueda de prensa en la que se atacó mucho a Maciej. Os dije que tenía mucho que decir. Ha hecho el triple ganador", advirtió Pascual- y entre las imágenes, la de Huertas integrado en Sang Culé y los Dracs con una red en el cuello y agitando una bandera con la bandera catalana y la azulgrana.
BARÇA 83 (25+22+18+18): Marcelinho Huertas (9), Navarro (14), Papanikolaou (3), Nachbar (10) y Tomic (22) —quinteto inicial—; Dorsey (2), Sada (2), Abrines (8), Oleson (10) y Lampe (3). MADRID 81 (19+23+15+24): Sergio Llull (8), Rudy Fernández (13), Darden (6), Mirotic (11) y Bourousis (12) —quinteto inicial—; Felipe Reyes (11), Sergio Rodríguez (5), Carroll (5), Slaughter (-), Dani Díez (-) y Mejri (10). Árbitros: Hierrezuelo, Pérez y Ortiz. Eliminaron a Dorsey y Nachbar en el Barça y a Mirotic y Rudy en el Madrid. En el minuto 24 descalificaron a Pablo Laso.
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