El ejemplo de Felipe Reyes

Una España coral empequeñece a Senegal (89-56) y se cita con Francia en cuartos

Reyes se hace con un rebote - FEB. 

Puede que dentro de unos años veamos esa cara de bonachón en los banquillos, dirigiendo equipos. Si consiguiese comunicar a sus jugadores igual que juega,  Felipe Reyes (Córdoba, 1980) sería un excelente entrenador, de los que sacar motivar y sacar lo mejor a su plantel. Reyes es una esponja, un compañero de los que hace grupo y que se vacía en la pista. Felipón es inteligente e incansable, virtudes que le permiten tener un imán en las manos para capturar rebotes, zafarse con rivales más fuertes y llegar incluso a desquiciarles. El
público del Palacio de los Deportes de Granada no se cortó para pedir a Orenga que diese minutos a Reyes ante Francia y Serbia. La grada en Madrid también repitió deseo y el pívot cordobés acabó llevándose una de las mejores ovaciones de la noche por su notable actuación (11 rebotes y cuatro rebotes) ante una Senegal (89-56) muy inferior como para complicarle a España el acceso a cuartos de final de su Mundial, donde se enfrentará a Francia, vencedora por 69-64 ante Croacia.

Cuando Reyes pisó por primera vez el parqué, el partido estaba más que resuelto (59-39 a los 27m 21s). Ninguna excusa para el pívot del Madrid, que renunció a la selección tras los Juegos de Londres y que no ha podido resistirse a volver para intentar contribuir a levantar la Copa del Mundo. Es un jugador antiestrella y altruista, como se pudo ver en los octavos, en los que se exprimió como siempre y contribuyó a que la diferencia fuese todavía mayor en un partido que había comenzado bajo la batuta de Ricky, que dominaba el tempo como nadie, y Pau Gasol, su mejor socio ante un rival que opuso resistencia hasta el minuto 15 (30-23). Senegal se sostenía por Faye y Badji y echó de menos a su mejor jugador, Dieng, lastrado con un 1/9 en tiros y sumó seis puntos, una marca que superaron hasta siete jugadores de una España de nuevo coral y peleada con los triples (7/23).