domingo, 12 de octubre de 2014

Marc Márquez, el hábito del croissant y de ser el mejor

El piloto de Honda se convierte en el bicampeón de MotoGP más joven de la historia en Motegi, en una carrera que gana Lorenzo

Lorenzo y Rossi bañan en cava a Márquez - EFE.

Podría ser una escena de tres chavales que acaban de salir del colegio y se sientan en la acera para devorar un croissant mientras contemplan su querida Cervera. Es una tradición para los hermanos Àlex y Marc Márquez y su preparador físico, Genís Cuadros, antes de que los pilotos hagan las maletas rumbo al siguiente gran premio. Àlex lidera el Mundial de Moto3 y sueña con lograr su primer título. La próxima vez que Marc Márquez (Cervera, Lleida, 1993) lo haga lo hará como bicampeón del mundo de MotoGP más joven de la
historia, con 21 años y 237 días, superando a Mike Hailwood (23 primaveras y 152 días). Marc se coronó en Motegi con una carrera que empezó tenso y acabó relajado, después de departir una bella batalla con su ídolo, Valentino Rossi. Sólo pudo con él un renacido Jorge Lorenzo. Márquez recalcó que, aunque parezca mentira, pues ha ganado once carreras este año y sólo dos veces se ha bajado del podio (sus únicos pecados, en Misano y Aragón), le ha costado mucho renovar el título. Confesó que ha sentido más presión que nunca. 

Parece que a quien sonríe siempre como Márquez le sean más fáciles las cosas. Ese optimismo hace mucho, pero su imparable recorrido (cuatro mundiales, pues también cuenta con uno en 125cc y otro en Moto2; el mismo número que Aspar y Lorenzo) dice tanto de su talento como de su hambre por ganar siempre. Esta vez no lo necesitó y no arriesgó ante un Lorenzo que logró su segundo triunfo consecutivo: "Todos estamos contentos de que Marc haya ganado el Mundial. Se lo ha merecido". El piloto de Yamaha tuvo un inicio fulgurante y protagonizó un gran adelantamiento a Rossi, último escollo de un Márquez que llegó a rodar sexto. Como reconoció, al piloto de Honda le pesó la responsabilidad y los nervios le dejaron tieso por un día. Consiguió centrarse y comerse a su compañero Pedrosa y después, por este orden, a Iannone, Dovizioso y al mencionado Rossi. Il Dottore, tercero en el GP de Japón, también le elogió: "Ha sido el hombre fuerte este año. ¡Felicidades!". Pedrosa, cuarto en Motegi, también le felicitó "por el buen trabajo que han hecho".  

Márquez se acordó del equipo, encantado de que se coronase en casa, y también de la familia y de la afición. Por un día se quedó sin palabras: "Estoy contento, difrutando... No sé qué decir". Guillermo Carrillo, uno de sus mecánicos, se disfrazó de samurai y le cedió una katana para que cortase la cuerda del globo del triunfo. Dijo que festejaría el momento cantando por la noche en el karaoke. Se ha ganado escoger, aunque no entone bien, el Simply the best, de Tina Turner.

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