El alero croata ha anotado 37 puntos ante el Madrid en los dos partidos de Top 16 de la Euroliga
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| Hezonja pugna con un balón con Sergio Rodríguez - AFP. |
Mario Hezonja (Dubrovnik, Croacia, 1985) es como uno de los personajes más populares de los Hermanos Grimm. Juan, de Historia de uno que hizo un viaje para saber lo que era miedo, tampoco le tenía miedo a nada: ni a las brujas ni a los ogros ni mucho menos a los fantasmas. Juan sólo se asustó cuando su mujer le tiró una jarra de agua fría mientras dormía. Puede que ni eso hiciese temblar a Hezonja, un jugador frío y caliente a la vez.
De esos que provoca onomatopeyas constantes de los aficionados. Lo hace por errores de peso y fogonazos de calidad, como bien sabe el Madrid, al que esta temporada ha metido 37 puntos en 45 minutos en Euroliga, con un 10/15 en triples. 15 de ellos (5/6 en tiros de tres) fueron en la penúltima jornada del Top 16, en el triunfo de un Barça que ganó por 85-80 y que necesitaba hacerlo por más de 24 para remontarle el basket average (97-73 en el Palacio de los Deportes) y colocarse líder del grupo.
"Me gusta mucho jugar de ala-pívot. Si Xavi Pascual necesita que lo haga, estaré preparado. Los rivales piensan que pueden aprovechar su superioridad de centímetros y yo quiero demostrarles que no", dejó claro Hezonja, que hace unas semanas declaraba en el diario Sportske Novosti que "debería ser el número 1 del draft de la NBA" y que "repetiría los tres mates ganadores (de Zach LaVine en el concurso de mates) sin ningún problema". Arranques de seguridad en sí mismo para alguien casi siempre discreto y serio ante la prensa que habla en plural, con sentido autocrítico y una ambición sin límites.
Una mala racha
Hezonja se reivindicó después de unas semanas muy flojas. En Liga ACB ha anotado una canasta, de 12 intentos, en los últimos cinco partidos. Y en la Euroliga, desde su exhibición en Madrid (22 puntos), había sumado sólo 10 tantos, con 4/14 en tiros de campo, en cuatro partidos. El alero croata metió sus dos primeros triples poco antes del descanso (41-41). Rudy Fernández había tenido una puesta en escena sensacional (con 11 puntos de sus 20 puntos en el primer cuarto, 17-22) y Ayón dominaba la pintura. Los azulgrana reaccionaron con una Lampe omnipresente y resistieron a la dirección y puntería de Sergio Rodríguez (26-34 a los 14m 45s) con el temple de Oleson y de Navarro.
Satoransky fue decisivo sobre todo en la segunda parte, cuando Hezonja volvió a brillar y Llull encadenó seis puntos seguidos. El propio Hezonja y Lampe le replicaron, mientras Tomic seguía demostrando que cada día sabe leer mejor el juego (4 asistencias). También Nachbar y Pleiss estuvieron a un nivel notable y minimizaron la baja de Doellman, que disfrutó con do triples consecutivos de Oleson (70-62 a 8m 34s) y se desesperó con la técnica a Huertas, desquiciado últimamente en la pista (0/6) y que protestó que Sergio Rodríguez le tocase, literalmente, las partes nobles. Pleiss se multiplicó y Oleson, con otro triple, sentenció el partido a 34'1 segundos (85-78). "El ambiente del Palau nos ha empujado hacia la victoria. Quiero dedicarle el triunfo a nuestros aficionados porque se lo merecen", cerró Hezonja, ese jugador que no tiene miedo.
BARÇA 85 (17+24+23+21): Satoransky (5), Navarro (6), Thomas (7), Nachbar (6) y Tomic (8) –quinteto inicial-; Hezonja (15), Marcelinho (0), Abrines (5), Pleiss (9), Oleson (12) y Lampe (12). MADRID 80 (25+16+21+18): Llull (8), Carroll (4), Rudy Fernández (20), Felipe Reyes (8) y Ayón (10) –quinteto inicial-; Rivers (0), Nocioni (8), Maciulis (1), Sergio Rodríguez (17), Bourousis (0) y Slaughter (4). Árbitros: Conde, Guirao y Cardús. Palau Blaugrana. 7.149 espectadores.
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