sábado, 6 de febrero de 2016

Arantxa Novo: "Volveré mejor, más fuerte"

Cronómetro de Récords habla con la base de Donosti Basket 

Arantxa Novo, en la Copa de la Reina. Foto: Toni Delgado.
Tiene las manos en los bolsillos y no se olvida casi en ningún momento de sonreír mientras ve cómo sus compañeras hacen los ejercicios de calentamiento y los tiros. Están viviendo un sueño que a Arantxa Novo (Ferrol, A Coruña, 1982) le duró menos de un mes. El 17 de diciembre, tres días antes de su cumpleaños, la Federación Española de Baloncesto (FEB) anunció que San Sebastián sería la sede de la Copa de la Reina y que, por tanto, Donosti Basket, el equipo de la base gallega, jugaría como organizador. Pero el 16 de enero
Arantxa Novo se rompió el menisco de la rodilla derecha ante Universitario de Ferrol. Cronómetro de Récords habló con ella tras la derrota de su club ante CB Conquero (59-31) en la segunda semifinal del torneo.

Toni Delgado / San Sebastián 

—Eres muy optimista. 
Al final en la vida del deportista puedes tener más suerte o menos. Yo llevo un año un poco complicado. El año pasado me fastidié el tobillo, éste, la rodilla antes de la Copa de la Reina en la ciudad del equipo donde llevo siete años... Pero, bueno, hay dos opciones de tomarse las cosas. Mirando el lado positivo o aceptando la derrota. Y yo soy más de mirar el lado positivo. No ha podido ser. También hemos tenido la mala suerte de que se haya lesionado Cierra [Bravard], que es una jugadora fundamental en nuestro equipo.Y, bueno, ahora hay que sobreponerse, pensar en la Liga y seguir adelante. 

—¿Cómo se ayuda a un equipo sin una pelota en las manos?
Es complicado, la verdad. He intentado ayudar en aspectos del juego, tratar de tranquilizar a la gente que a lo mejor estaba un poco más nerviosa. Aunque no creo que sea muy efectivo, tengo que hacerlo. Es mi deber. 

—¿Cómo se vive ese momento en el que ves a tus compañeras botar el balón, lanzando en el calentamiento?
Muy mal. 

—¿Tener la piel de gallina? ¿Tienes ganas de gritar? ¿De qué tienes ganas?
De llorar. 

—Pues lo disimulabas bien. 
Sí, ¿no? [Se ríe]. Tienes ganas de llorar porque no puedes estar haciendo lo que a ti te gusta y lo que es tu trabajo. Con el pabellón repleto y tu gente, y no poder participar en una Copa de la Reina y no poder participar... Es triste, pero tienes que intentar ayudar al grupo y ya está. 

—¿Qué se aprende de una lesión? ¿Qué has ido aprendiendo tú? ¿Se vuelve más fuerte? ¿Más maduro? ¿Le das menos importancia a las cosas menos importante? ¿O es un podo de todo?
Yo pienso que es una mezcla. Al final, claro que maduras. También te sirve para ser más fuerte. Yo he tenido la mala suerte de fastidiarme los cruzados y el tiempo de recuperación ha sido muy largo. Cuando superas esas dificultades valoras cada entrenamiento, cada segundo de básket. Yo creo que volveré mejor, más fuerte.  

—¿Las lesiones han condicionado tu juego? 
Me acordaré siempre: estaba jugando en Lugo cuando me fastidié la rodilla y el médico me dio el alta. Me puse a entrenar con las compañeras e hice un reverso. Y todo el mundo:"¡Arantxa, Arantxa!". Si el médico te dice que estás bien, tienes que confiar en él. Al final, si vas con miedo, es más probable que te lesiones.  

—En el banquillo, lesionadas, estabais Bravard, Olabarria y tú. Sois las tres piezas clave del Donosti Basket. 
La verdad es que las tres estábamos tristes por no poder ayudar al equipo en un partido muy importante para nosotras y la ciudad. Pero tampoco puedes luchar en contra de las lesiones. Un año no hay lesiones y de golpe tres o cuatro jugadoras se lesionan. Es el deporte. Al final hay que jugar también con eso. 

—La capitana [Olabarria] ha hecho el calentamiento. 
Iulene se estaba probando, pero al final lo importante es la Liga, y no merecía la pena que pudiera jugar unos minutos y se volviese a romper. Una rotura de fibras es mucho tiempo y han preferido no arriesgar. 

—¿Qué significó para ti ganar el bronce en el 3x3 [con Montenegro, Vega Gimeno y Zanoguera] de los Juegos Europeos de Bakú?
Muchas cosas. Fue el trabajo de mucho tiempo, de sobreponerme a todas esas lesiones que he tenido. Fue una recompensa: todo trabajo tiene su premio. En el baloncesto lo importante son los amigos que te llevas para toda la vida. Y una medalla no se gana todos los días. También ganaron los chicos otra. Había muy buen ambiente. Ha sido todo muy dulce. Con las chicas congenié con todas, pero especialmente con Esther Montenegro, con quien me tocó en la habitación. Monty y yo tenemos amigas en común, y muy bien. Cuando me lesioné tuvo un detalle muy chulo de mandarme una foto con todas cuando ganamos la medalla. Son cosas de agradecer. Más allá del deporte, ante todo somos personas. 

—Tu propia afición y la de la Liga también se han volcado contigo. 
Estoy súper contenta porque todo el mundo lo ha hecho. No me puedo quejar, pero mejor estaría si no tuviera nada [se ríe].

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