La alero,
errática hasta ahora en casa, lidera con 18 puntos a Araski ante Al-Qazeres
(67-59)
Marta Tudanca, ante Donosti Basket. Foto: Toni Delgado. |
Tudanca se quedó a cero; solo anotó dos puntos ante el CB Bembibre; tres contra Uni Ferrol y Uni Girona, cuatro ante C.R.E.F.; cinco contra Cadí La Seu; seis ante Stadium Casablanca… Ante Al-Qazeres se reencontró con su mejor versión: jugó más que nunca en Mendizorroza (31m 32s), superó su récord de anotación (18) y, sobre todo, dio el golpe de la mesa definitivo con 10 tantos en el tercer cuarto para distanciar definitivamente a un rival tenaz, pero golpeado por sus pérdidas (25) y nula puntería con los triples (1/12). Marta Tudanca lideró la victoria por 67-59 en una enésima actuación coral de un Araski que está cerca de certificar su billete para las eliminatorias por el título de Liga.
“Esa
puesta en escena en su ciudad, en muchos momentos, le ha jugado una mala
pasada. La presión de no fallar. Incluso el cuerpo técnico le ha dicho que se
relajase”, exponía Livia López, la presidenta de Araski. “A veces, como me ha dicho Livia o Made [la entrenadora], me pongo la presión de querer
hacerlo bien ante mi gente”, seguía Marta Tudanca, a quien en la pista se le
nota en la cara si le salen bien o no las cosas. Ante Al-Qazeres se le vio feliz,
primero por contribuir a reconducir a un Araski que tardó cuatro minutos en
anotar su primera canasta (2-5), obra de Roselis Silva, que forma una notable
asociación con Tudanca. Se entienden casi sin mirarse. En 17 segundos la base
venezolana asistió dos veces a la alero vitoriana (42-33 a los 23m 47s). Jacinto
Carbajal se vio obligado a pedir tiempo muerto para que su Al-Qazeres no
perdiese el trabajo realizado en la primera parte, en la que se había repuesto
de los zarpazos de Aldalur y Liñeira gracias a una imponente Dubravka Dacic (16
puntos y 17 rebotes al final), la finura de Alston y algunos apuntes de Vrancic
y Míriam Forasté (34-33 a los 19m 42s).
La tercera
falta personal de Roselis Silva no destempló a Araski, un equipo con la cabeza
muy bien amueblada que no depende de nadie. Surgió de nuevo Tudanca y se rió
tras anotar su última canasta, a los 29m 23s (53-43). “Hoy sí es mi día en
casa. ¡Por fin!”, pudo pensar, poco antes de que, ya en el último cuarto, su
compañera Roundtree (17 puntos) anotase un triple para darle al conjunto local su máxima renta (55-45). Pamela Rosanio y Forster no estaban nada finas, al
contrario que Irati Etxarri, una jugadora de 18 años que juega con la seguridad
de una veterana. No tiene miedo, solo actúa, y lo hace muy bien. Etxarri fue la
protagonista de un último cuarto en el que Al-Qazeres no dispuso de opción alguna de
remontar y encajó su sexta derrota consecutiva. Minutos después, tras la caída
de C.R.E.F. ante Donosti Basket (70-81), certificó su permanencia matemática. El conjunto extremeño necesitará una carambola surrealista para meterse en unas eliminatorias por el
título que acaricia Araski.
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