Jon Rivas retrata al ciclista español más completo con
minuciosidad, muchos testimonios y una visión crítica
Alejandro Valverde dedicándole su cuarta Lieja-Bastogne-Lieja al fallecido Michele Scarponi. Foto: AP. |
Desconozco cuál es su voz ni si es de muletillas. Sólo sé que
Jon Rivas tiene un bigote generoso y que me lo imagino siempre con los ojos y
las orejas muy abiertos, dispuesto a anotar el más mínimo detalle en una
libreta. Sus textos, sencillos y repletos de testimonios que intervienen lo justo,
retrata a un periodista minucioso, metódico y ordenado que sabe dónde apuntó
aquella anécdota que le puede servir ahora. Jon Rivas es una institución en el
periodismo deportivo sobre ciclismo, y escribe en El Correo y en su
Nos dibuja al ciclista español más completo de una manera cercana
y crítica. Según Jon Rivas, Alejandro Valverde es alguien muy familiar que
heredó la pasión por los camiones de su padre, camionero y que hizo sus pinitos
en el ciclismo. Como un ganador nato que se aficionó a su deporte disfrutando
de Perico Delgado, Miguel Indurain y Jesús Montoya, y que, a los nueve años, estrenó
su primera bici pedaleando 120 kilómetros. El Bala acumula en sus
piernas una distancia que equivaldría a dar más de tres veces la vuelta al mundo.
Aunque algunos achaquen a Valverde que no haya ganado el Tour
y que sólo tenga una gran prueba de tres semanas (la Vuelta a España de 2009), nadie
puede discutir que el ciclista murciano se mueve como pez en el agua en
cualquier terreno: cinco Flecha Valona, cuatro Lieja-Bastogne-Lieja, dos
Dauphiné Libéré, podios en el Tour, la Vuelta (ganó la edición de 2009) y el
Giro… Incluso ha mejorado en la contrarreloj, su déficit histórico.
Jon Rivas se las ingenia para ofrecernos los apuntes
necesarios para entender ciertas actitudes de los ciclistas, entender el papel
desagradecido del gregario, el sabor del éxito y las lágrimas del dolor y la
frustración. Sus descripciones, muy audiovisuales, no son gratuitas. Son
fundamentales: “La rodilla de Valverde es el debate nacional. Al ciclista
del futuro, que le llaman, le duele la rodilla. Se ven caras largas en el
autobús del Illes Balears”. Así comenzó el periodista deportivo su crónica
de la etapa en la que el Bala perdió sus opciones en el Tour de Francia
de 2007: “No se afeitó Valverde. No tenía el día. Llegó a la salida con
barba de tres etapas, barba de dormir poco y pensar mucho”. Como Josep
Maria Planes conseguía en sus relatos del deporte, Jon Rivas también conecta al
lector con los estados de ánimo de los protagonistas. Puede que también
considere el periodismo como un cuento, tesis que defiende Sergio Heredia, de La
Vanguardia, otro compañero con estilo propio.
Cada capítulo narra un año en la vida del ciclista murciano desde
su debut como profesional en 2003. De mayo de 2010 hasta enero de 2012 no pudo
competir porque el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) amplió a todo el mundo
el castigo del Comité Olímpico Italiano (CONI), que cotejó la sangre del
ciclista en una etapa del Tour con final en la estación invernal italiana de
Prato Nevoso con una de las bolsas de la Operación Puerto. “No fue posible
probar nada, pero las evidencias sirvieron para castigar a Valverde”, escribe
en la introducción Jon Rivas.
En su paréntesis forzado, Valverde aprendió a ser más
observador y mejor estratega, a darle menos vueltas a las cosas y a valorar más
las que menos importan, como la familia. Y al quinto día, se impuso en una
etapa del Tour Down Under. Regresó más inteligente y letal. Es un eterno
optimista. “Volveré con más ganas, con mucha rabia” había dicho tras su
retirada en el Tour de 2005, aquel en el que superó en la etapa de Courchevel a
Lance Armstrong. Y cumplió la promesa. Entonces se llevó la plata en el Mundial
de Madrid semanas después. El maillot arcoíris sigue siendo su fruta prohibida:
se le resiste el oro (dos platas y cuatro bronces), y en Alejandro Valverde.
La leyenda del Imbatido Jon Rivas nos recuerda esas oportunidades a través
de crónicas digeribles y atractivas para los aficionados al ciclismo y también
para cualquier público. No esconde los momentos incómodos: el divorcio del
protagonista, las acusaciones de dopaje o los errores mayúsculos en la carrera,
su despiste con el chubasquero en el Alto del Caracol (Vuelta a España de 2008),
los desarrollos equivocados… Rivas detecta las claves de los éxitos y los
tropiezos de un Alejandro Valverde que cuenta con más de 100 triunfos como
profesional.
En 2018 aspirará a sumar muchos más después de una primera parte de 2017 en la que fue el ciclista más en forma, hasta que su caída, a 70 kilómetros por hora y en el séptimo kilómetro del Tour, se fracturó en una curva la rótula y el astrágalo, un hueso del pie que enlaza el peroné con la tibia. De nuevo, dudas de quienes le daban por retirado con 37 años. Se ha entrenado a consciencia 700 kilómetros semanales y ahora compartirá equipo, además con Nairo Quintana, con Mikel Landa. Otro gallo en el corral. “Nunca sabes cómo va, pero Alejandro es capaz de hacer cualquier cosa”, señala en el libro Eusebio Unzue, su director en el Movistar.
“De vez en cuando aparecen corredores como Alejandro Valverde.
Son impagables. Hacen subir las audiencias y el ritmo cardiaco. Son los que
siempre responden”, advierte
Jon Rivas. “De los 11 a los 14 años
no perdí ni una sola carrera. Algunos se disgustaban cuando me veían en la
salida, pero ¿qué otra cosa podía hacer?”, se pregunta el propio Valverde,
poco o nada dado a las retóricas. Tan sencillo y directo en su discurso como
dándole pedaladas a una bicicleta. Quizás uno de los deportistas a quienes más
han dado por acabado. Pero El Bala siempre vuelve. Respondiendo al
titular: sí, es indestructible.
Título: Alejandro Valverde. La leyenda del Imbatido. Autor:
Jon Rivas. Editorial: Al Poste Ediciones. Páginas: 220. Valoración: 4.2 sobre
5.
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