viernes, 19 de octubre de 2018

Marta Montoliu: "Necesitaba confianza. Decirme: '¿Tengo el tiro? ¡Pues tiro!'"

Cronómetro de Récords entrevista a la escolta del Stadium Casablanca en el Open Day Liga Día de Torrejón de Ardoz 


Marta Montoliu, en el Pabellón Jorge Garbajosa. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

Toni Delgado / Torrejón de Ardoz

A Marta Montoliu (Barcelona, 1994) le gusta hablar, pero probablemente más escuchar. Reflexiona con pausa y sin piloto automático, y repara en el detalle más minúsculo de la conversación. "No, tranquilo, he ido avanzando cosas [con unas tijeras recorta el vendaje del tobillo]", le dice al periodista cuando éste se disculpa por hacerla esperar. A Monto, como la llama su entrenador, Fabián Téllez, le ha dado tiempo de participar en la rueda de prensa y de ponerse al día con el fotógrafo Luis Javier Benito, LuisJa, que vuelve a las canchas.

—Después de 101 partidos en el Cadí La Seu quizás necesitabas un cambio de aires: nueva ciudad, nuevo entrenador, nuevas compañeras...
Tal cual. Mi objetivo era acabar la carrera universitaria y ya lo había hecho. Me quedaba un cuarto año de contrato y lo cumplí. ¿Sabes? Me apetecía salir de mi zona de confort. Necesitaba un cambio, sobre todo, de cabeza. No tanto de baloncesto. Es lo que le explicaba ahora a LuisJa: ya lo tenía claro desde un principio y se lo había comentado a mis padres. "Sí, sí, adelante", me decían. Quería nuevos retos para seguir creciendo como jugadora y persona. Creo que el Stadium Casablanca era y es una muy buena opción para hacerlo. Fabián pretende que el equipo juegue muy bien, pero también que cada jugadora crezca en cada entrenamiento. ¿Cuántos entrenadores profesionales quieren eso? Fabián fue un factor clave para que decidirme a venir a Zaragoza. Lo tuve en Sarrià. 

—Acabando contrato parece más fácil dar el paso. ¿Tomaste la decisión antes de Navidades incluso?
Sí. De fichar por el Stadium Casablanca no, pero de irme del Cadí La Seu sí. La última temporada fue un poquito difícil. 

—Muy difícil, sobre todo la primera parte de la temporada, con lesiones, la marcha de Andrea Boquete y Macarena Rosset... 
Por eso. 

—Tenéis un equipo muy joven, el entrenador está muy preocupado de que crezcáis todas... Supongo que es un grupo  con muchas líderes. Brittany Brown ha demostrado que tiene un liderazgo importante. 
Sí, sobre todo en anotación. 

—Paulina Hersler tiene una puntería en muchos aspectos, tú te has encontrado muy bien...
Sí, mucho. Con mucha confianza. Sobre todo necesitaba encontrar la confianza. 

—Y has tirado más.
Exacto. Necesitaba confianza. Decirme: "¿Tengo el tiro? ¡Pues tiro!". En un partido de pretemporada no tiré un triple y Fabián me cambió: "¡Te lo tienes que tirar!". Vale, me lo tengo que tirar. Ahora sé que puedo lanzar esos triples y que, si los fallo, no pasará nada. Confío mucho más en mis posibilidades. He aprovechado la pretemporada para tirar, tirar y tirar.  

—¿Sigues haciendo las rutinas antes de los partidos?
Antes siempre hacía las mismas entradas igual. Pensaba: "Si fallo este tiro, quizás el partido no me irá bien". Me dije: "Cambio de aires, cambio de todo". 

—Ya no haces nada entonces, sino lo que te mandan en la rueda de calentamiento. 
¡Sí! [Se ríe]. Además, no es la rueda típica.

—Estaba convencido de que llevabas, como mínimo, seis años en Liga Femenina hasta que me preparé esta entrevista. Ésta es  tu quinto curso en la élite. ¿A ti también te parece que lleves más?  
La verdad es que no. Como te he dicho, los estudios son muy importantes para mí y mi familia. Cuando acabé segundo de Bachillerato, mis padres me dijeron: "Eh, tú no te vas de casa hasta que no hagas dos años de carrera". Sabían que luego seguiría estudiando. En ese momento tenía ofertas de Liga Femenina. "Si te quieren ahora, te querrán después. Hazlo bien, juega en Copa Catalunya [entonces no había equipos cercanos de Liga 2] y Liga Femenina 2, trabaja y ya está", me aconsejaron. ¡Y fue así! [Se ríe].  

—En casa te han enseñado a ser paciente.   
Creo que hay que tener paciencia. Mis padres dieron en el clavo y siempre les estaré agradecida. Ahora tengo INEF, la carrera que quería, y estoy cursando un máster de profesorado de ESO y Bachillerato. Cuando lo acabe, mi idea es hacer otro de rendimiento, que es lo que más me interesa. 

—Antes me has dicho que habías coincidido con Fabián Téllez en el Sarrià. Allí jugabas con el sénior siendo júnior de primer año. 
Cuando era cadete de primer año, también subí a Campeonatos de España con el júnior porque Cristina Pedrals se había roto los cruzados, Tania Pérez tampoco estaba disponible... Fueron en Guadalajara, aquí al lado. 

—Es decir, que dabas saltos importantes. 
Sí. Y después de júnior al sénior. Todo el equipo me ayudó mucho a integrarme: Tania Pérez, Marta Arbizu, Mar Puentes, Cristina Pedrals...   

—Parece que el Cadí La Seu tenga la misma filosofía desde hace años. ¿Crees que hay similitud entre las ideas y el método de trabajo de Miguel Ángel Ortega, Joan Carles Pié y Bernat Canut?
Sí. Creo que Joan Carles cambió un poco su método. Veníamos de hacer una muy buena temporada con Miguel Ángel. Defensivamente éramos espectaculares y robábamos muchísimas pelotas. Muchas veces los equipos no sabían qué hacer y nos quedamos a un paso de la final de la Liga tras competirle al Perfumerías Avenida. Joan Carles no renunció a la defensa, pero integró mucho más el ataque. Bernat continuó el trabajo de Joan Carles.   


Un momento (divertido) de la entrevista. Foto: Luis Javier Benito / luisjabenito.com.

—Tengo aquí dos datos curiosos tuyos en Liga Femenina: 13 tapones a favor y 14 en contra, y 153 recuperaciones por 179 pérdidas. 
Creo que todo viene de la confianza. Antes quizás no arriesgaba tanto. El año pasado hice más entradas que otros años. Ostras, antes tiraba más. Me consideraban tiradora... [Risas]. Dejé de ser tiradora. 

—Entiendo que cuesta unos años dejar de ser tiradora o que te lo consideren. 
Es confianza. 

—¿Volverás a ser tiradora? ¿Podríamos titular así la entrevista? 
Bueno... Pero no quiero perder tampoco las entradas. Antes quizás no me atrevía tanto y ahora, quizás, lo haga más. El  trabajo que hago durante el verano con mi preparador personal hace que tenga mucho más potencia y que rompa mucho más con el primer bote. El año pasado ya me sentía físicamente muy bien. 

—Con el tono y discurso que tienes, entiendo por qué te ha gustado tanto Jugar con el corazón, de Xesco Espar. Seguro que lo has reeleído muchas veces. 
¡Lo tuve de profe en INEF! De hecho, jugué con una de sus hijas en Sarrià. El libro es genial. Ahora me estoy leyendo The Champion's Mind, muy bueno. Me está dando mucha confianza, que se suma a la que me ofrece Fabián y la que yo ya estaba cogiendo. 

—¿Tu trabajo silencioso será más visible este año?
¡Eso espero! [Se ríe]. Me gusta buscar situaciones para el equipo, asistir, jugar los bloqueos directos para pasar, los contraataques... Me siento con confianza. Los tiros de hoy creo que estaban bien tirados.  

—Antes lanzabas con miedo al fallo y ahora piensas que la meterás.  
Pienso: "¡Lanzo! Está bien tirado". Sin miedo a que me cambien.  

Enlaces relacionados 

Xesco Espar: “La felicidad es como ir caminando, supone una serie de desequilibrios organizados”

No hay comentarios :