Cronómetro de Récords entrevista a la base del Cadí La Seu
Toni Delgado / Girona
Yurena Díaz (Las Palmas de Gran Canaria, 1993) observa cómo las jugadoras del Uni Girona celebran la Lliga Catalana con los brazos en jarra y mira hacia el techo de Fontajau. Después, expresiva, parece repasar algunos errores durante el partido con Andrea Vilaró. Aunque dos graves lesiones le hayan ayudado a relativizar las cosas, a la base del Cadí La Seu le siguen doliendo igual, o más que antes, las derrotas. Ya con la medalla de subcampeona en el cuello, Yurena Díaz atiende a Cronómetro de Récords.
—Habéis empezado con mucha puntería, pero la entrada de Laia Palau en el segundo cuarto ha revitalizado al Uni Girona. Habéis tenido algunas pérdidas, os han pillado al contraataque...
No era normal que nos entrase todo y ellas no metiesen los tiros cómodos. Nosotras estábamos un poco más asentadas en pista. Somos un equipo muy joven y creo que eso, a medida que va pasando el partido, nos va pasando factura y un equipo como el Uni Girona, con jugadoras más expertas, detecta cómo atacamos y defendemos. Nos falta intentar cambiar el chip según avanza el juego y ser capaces de leerlas nosotras a ellas también.
—¿Qué os dice Bernat Canut para cambiar ese chip?
Examina lo que hace el rival, sobre todo en defensa, y nos va dando pistas. A veces nos cuesta atacar porque no encontramos bien la ventaja y él nos aconseja, por ejemplo, que hagamos el pop para tener un tiro liberado. Recuerdo una jugada que ha cortado nuestra pívol sola que, por desgracia, no la ha metido. Son situaciones que Bernat ve y que nos sirven mucho a la hora de atacar.
—El Uni Girona no ha dejado de luchar en ningún momento. Nadia Colhado en la primera parte ha fallado sus cinco primeros tiros, pero ha persistido. Eso es lo que os faltado en el último cuarto.
Colhado y todas. Ellas han empezado muy atrás y a medida que iba pasando el tiempo se han puesto a presionar en toda la pista, han subido líneas de pase y eso también nos ha perjudicado. Llevamos una pretemporada bastante larga, pero creo que éste ha sido el partido en el que mejor nos hemos encontrado como grupo. Nos vendrá de perlas para el duro inicio de Liga Día.
—Pasan los años y el Cadí La Seu siempre es un equipo con carácter, fe, constancia... No se venía abajo con Miguel Ángel Ortega, también con Joan Carles Pié. Ahora pasa lo mismo con Bernat Carnut.
La identidad se mantiene. Cada año intentan transmitir al grupo mucha intensidad, sobre todo en defensa. En comparación con el resto de equipos, somos una plantilla bastante joven y podemos tener un plus físico. Si corremos bien, podemos tener ventaja.
—Yurena, tú que pasaste un año en blanco, ¿cómo arropaste a Ariadna Pujol?
Bueno, yo, de hecho, vivía con ella.
—Ah...
Lo viví muy de cerca. Me vi muy reflejada en Ari. Cuando me pasó a mí, me lo tomé de la mejor manera posible. Sólo tienes dos opciones: o hundirte o tomártelo con filosofía y pensar que cada día que pasa es un día menos para volver. Y Ari se lo tomó con optimismo. Es muy trabajadora. De hecho, empezó la pretemporada como si no se hubiera recuperado de ninguna lesión.
—Hubo un momento del año pasado en el que no os podían pasar más cosas. En el Open Day se lesionó la propia Ariadna Pujol, Caithyn Ramírez salió cojeando, Georgina Bahí estaba lesionada, meses después se fueron Macarena Rosset y Andrea Boquete... Otra vez sacásteis el carácter del club.
La verdad es que el inicio de la temporada pasada... Bueno, la primera vuelta casi entera fue un caos. Lo positivo fue que, a pesar de todo, tuvimos opciones de entrar en playoffs. Desgraciadamante no pudimos conseguirlo.
—Debutaste en Liga Femenina con el CB Islas Canarias con 16 años, habías ganado varios Campeonatos de España y Canarias. ¿Te daba la sensación de que tu vida deportiva iba muy deprisa? ¿O ibas asimilando lo que te pasaba?
El primer año con el sénior sólo iba a ayudar en los entrenamientos, sobre todo cuando faltaba alguna jugadora. Pero cuando empecé a viajar con el equipo y me metían en pista sí que fue una transición muy rápida. Luego te vas adaptando. Cada vez había más jugadoras de mi edad o incluso más jóvenes que subían al primer equipo. Al final, estás en casa y sigues haciendo tu vida diaria. Simplemente, compites a un nivel superior.
—¿Te diste cuenta la primera vez que saliste fuera, a Francia y a Polonia?
Sí. Fue una temporada muy interesante y repartida entre el Lyon Basket y el MKS Polkowice. Aprendí muchas cosas. Te diría que me empecé a conocer mejor porque pasaba mucho tiempo sola. Antes del año en blanco por la lesión en Logroño había pasado otro por un percance en la espalda. Fue entonces cuando vi que quería ser jugadora. Piensa que estar tantos meses sin jugar es muy duro. Volviendo a tu pregunta... Cuando estás fuera y lejos de tu familia y amistades, te das cuenta de que los sacrificios valen la pena.
—¿Qué descubriste de ti misma en aquella época?
Que me gusta mucho el baloncesto, pero que necesito hacer más cosas. No puedo levantarme, ir al entrenamiento y hacer tiempo en casa para volver a entrenarme, y ya está. Admiro a quien lo haga, pero yo no puedo. Ahora estoy yendo a clases de inglés y haciendo un máster.
—¿Antes tus errores en un partido seguían en tu cabeza durante la semana?
¡Tal cual! Al final, aprendes a controlar tus pensamientos y te tomas cada entrenamiento como si fuese el último antes del partido. Pero, bueno, si tienes más cosas también en la cabeza, también ayuda a desconectar cuando estás fuera de la pista.
—¿Estás más entretenida en otras cosas te hace entregarte más en la pista?
A mí sí. [Risas].
—¿Qué máster estás estudiando?
Cursé Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y estoy haciendo un máster enfocado al alto rendimiento deportivo. Cuando me retire, me gustaría ser preparadora física. Sería maravilloso seguir vinculada al deporte. Ya veremos. La vida da muchas vueltas.
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