sábado, 21 de diciembre de 2019

Aintzane Encinas: "Una entrenadora debe ser una facilitadora de caminos"

'Latidos de futbolista', una oda a la autenticidad, es el enérgico debut literario de la excapitana de la Real Sociedad

Aintzane Encinas con su primer libro, 'Latidos de futbolista'. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

Toni Delgado (@ToniDelgadoG) / San Sebastián

"Los ojos que miran desde la pasión nunca engañan", defiende  Aintzane Encinas (San Sebastián, 1986) en Latidos de futbolista. El juego empieza desde dentro, su enérgico debut literario. 

—Aintzane, tienes ojos sufridos de exprimir el día al límite. [Risas]. 
—Pues mira que no soy ni de salir por la noche ni nada... [Risas]. 
—¡Pero se puede dar todo sin hacerlo! [Risas].

Aintzane Encinas genera nuevas inquietudes por escrito, con un libro "repleto de emociones, las grandes olvidadas", y en directo. La excapitana de la Real Sociedad, segunda entrenadora del filial femenino y escritora transmite energía y optimismo. Se nota que no le gustan los focos y que es de esas personas a las que se las echa mucho de menos cuando no están. Su altruismo es infinito.   

"Me interesan muchísimas cosas. Me considero creativa y emprendedora", se define la entrevistada, embajadora de LaLiga. La conversación con Cronómetro de Récords empieza en el descanso del Real Sociedad-EDF Logroño y finaliza con el partido ya acabado (5-0). El escenario, el paréntesis natural de Zubieta. Pura postal. 

—¿Cómo retratarías a Nahikari Garcia? 
Es una líder y en la Real, gol. Su regreso, después de varios partidos de baja, es una gran noticia, y encima ha metido tres tantos. Sus compañeras necesitan a Nahikari, que les da una motivación extra.  

—Me parece una líder sensible y segura. 
Exacto. A pesar de su juventud, Nahikari ha vivido mucho, es una referente para las niñas y sus compañeras, y la figura de la Real, actual campeona de la Copa de la Reina. 32 años después, y ante el mismo rival, el Atlético de Madrid, el club volvió a ganar ese título, el primero para el femenino en una noche épica. Aunque me habría gustado estar en el césped, lo sufrí y disfruté en la grada del Nuevo Estadio de Los Cármenes. Lo sentí muy mío. Lloré muchísimo. 

Nahikari Garcia es una referente infinita. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—¿Te imaginaste jugando?  
[Suspira]. Hombre... Me proyecté haciendo la jugada imposible...  

—¿Sí? 
No, no... [Risas]. Desde que me retiré vivo el fútbol de otra manera. Eso sí, siempre me sentiré muy futbolista. Cuando puedo, hago los ejercicios y participo en los partidillos del filial. Hasta que pueda, continuaré jugando, aunque no sea de manera profesional. 

—¿Ahora se educa más desde la emoción?  
Bueno... Desde peques nos hacen creer que sufrimos analfabetismo emocional. A veces nos dicen que no podemos llorar, que es malo expresar nuestros sentimientos... La represión afecta a tu juego y es la inteligencia emocional la que te hace ser mucho más libre en el campo. El trabajo emocional es una gran asignatura pendiente.   

—Y la empatía. "Sabía cuándo el equipo necesitaba de su voz. Si era necesario, cantaba, se ponía en pie o hacía la ola. [...] Había jugadores que le indignaban y eran el depósito de sus reproches. A diferencia de otros, no lo hacía públicamente", escribes en El aficionado, una de las historias de Latidos de futbolista. Eso debería ser lo normal, ¿no?
Sí... Nuestra sociedad a veces no aprende que somos personas con emociones y preocupaciones. Un jugador o una jugadora pueden tener un mal día por muchos motivos y los pitos no ayudan nada.    

Aintzane Encinas. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—¿Cómo los gestionabas tú?
[Risas]. Los derbis siempre eran muy calientes y alguna cosita tuvimos... Nunca muy extrema. A veces calenté  80 minutos y salí uno. Puedes frustrarte y pensar que al entrenador o a la entrenadora no les gustas... O aprender a animar al equipo desde ahí, a valorar cuánto te gusta jugar y a comprometerte a vaciarte todavía más en el siguiente entrenamiento para que la situación no se vuelva a repetir. El pasado es cómo te lo cuentes y lo puedes hacer mucho mejor.  

—"Aintzane habla de fútbol. Más cierto es decir que Aintzane habla fútbol, pues el fútbol es su lenguaje y argumento", escribe Esteban Granero en el prólogo. ¿El fútbol para ti es un idioma?
Es una forma de expresión mediante un juego tan complejo como la vida. Me siento una privilegiada por haberlo disfrutado y seguir haciéndolo. ¡Gol! [Bárbara Latorre anota el 4-0].

—Tienes la virtud de contar las cosas desde muchos puntos de vista diferentes. Hay historias de Latidos de futbolista que me parecen brillantes y otras en las que creo que te has centrado más en ser poética que en el relato...
¡Es posible! [Se ríe]. Cada uno de los 60 relatos [60 son los latidos en reposo] lo escribí en un momento diferente: quizá en algunos me sentía más emocional y en otros necesitaba centrarme más en la historia. Tengo muchas ideas en la cabeza y, a veces, están muy desordenadas.    

—Te imagino siempre con una libreta o con un papel y un bolígrafo cerca... 
¡Tal cual! He dejado la libreta en el coche. No he apuntado nada todavía porque he estado bastante ocupada. Cuando me ronda algo por la cabeza, lo escribo, aunque sean las cuatro de la madrugada. Soy muy caótica. ¡Mucho! 

—Tu blog 20, mi pasión. Aintzane Encinas desde dentro se te fue de las manos. Empezaste el proyecto para que te leyesen tus compañeras y fue creciendo. Incluso Óscar Badallo, periodista de Marca y Radio Marca, te hizo una propuesta...  
¡Sí! Me ofreció escribir una columna en el diario deportivo más leído, el suyo. Es una suerte haberle conocido personalmente a través de unas letras que iba dejando en un blog. Óscar es una de mis mejores amigos, me ayudó mucho con Latidos de futbolista y firma el epílogo.  

La entrevistada, dedicando su libro al entrevistador. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—"A veces, y ya se lo digo, Aintzane le da demasiadas vueltas a las cosas", confiesa Óscar Badallo. 
Sí... [Se ríe].

—Para escribir como lo haces es necesario reflexionar muchísimo.  
Supongo que soy un poco perseguidora conmigo misma. Me cuento muchas cosas y necesito escribir muchas de ellas.  

—Entiendo que tienes mucha empatía y cazas rápido a la gente. 
Bueno... Cada persona esconde 1.000 secretos y cajoncitos distintos. No me gusta etiquetar a nadie. Sí que es cierto que tengo la empatía desarrollada, aunque no sé si capto demasiado por dónde van los tiros. ¡Me encantaría, eh! [Se ríe]. [Nahikari se marcha del terreno de juego y Carla Bautista entra en su lugar]. Habrá que premiarla. ¡Ha hecho un partidazo! [Aintzane Encinas aplaude a su excompañera].  

—¿Tu gran legado en el fútbol ha sido inspirar al resto?
No sé si lo tengo... Para mí el legado sería haber ayudado a alguien cuando lo necesitaba o que me recuerden como una buena persona que siempre quiso crecer cada día... 

Latidos de futbolista da alas a quien lo lee.  
¿Tú crees?

—Sí. 
Te agradezco que lo definas así. 

—Es una oda a la autenticidad, a vivir nuestra propia vida y a escuchar a los demás hasta cierto punto. 
Seguro que las cosas sobre las que no tienes control te sirven como aprendizaje. El resto puedes diseñarlas a tu manera. No puedes dejar que las decisiones decidan por ti ni a culpabilizar a tu entorno de cuanto te sucede.  

—¿Has llorado escribiendo Latidos de futbolista?
¡Y tanto! ¡Llorar te libera tanto...! Me parece un acto muy natural y muchas historias me han generado esa emoción. Me quedo muy tranquila llorando cuando algo, para bien o para mal, me toca. ¡Vaya doble paradón de Mariasun Quiñones! ¡La ha sacado de la escuadra y, después, cómo ha estirado el brazo desde el suelo! Qué pena que no haya repetición. 

¡Hola, Mariasun Quiñones! Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—Se merecen jugar en Anoeta, pero como paisaje, Zubieta es casi insuperable.  
Me encanta Zubieta: es tan bonito y acogedor... Y encima hoy tenemos buen tiempo, vamos ganando... ¿Qué más se puede pedir? 

—¿Tu estilo siempre ha sido de frases muy cortas y detalles muy precisos o ha ido cambiando?
No considero que tenga un estilo. Simplemente, cuento cosas. 

—Se nota que repasas los textos 2.500 veces.  
¡Sí! Soy perfeccionista con todo lo que hago. Siendo así, entras en un bucle sin salida. ¡Gol! [Celebra el 5-0 de Carla Bautista]. 

—"En el deporte se crean climas emocionales", escribes. 
En un equipo se contagian buenos y malos sentimientos. Somos  emociones y, si no las sabemos gestionar, tenemos un problema. Según nuestras heridas, nuestro mundo interior funcionará de una u otra manera. Toni, ésa es Cecilia... ¡Una de mis jugadoras! [Risas]. ¡Está debutando en Primera Iberdrola! 

—¿Cómo te sientes?
¡Genial! Verlas estrenarse con el primer equipo es impagable y un reconocimiento a su esfuerzo diario. Si están aquí, es por algo.  

—¿Te hacen muchas preguntas?
Nos contamos cosas. Mis experiencias les pueden ayudar. Es importante que sepan de dónde venimos y qué se ha conseguido.  

Las dedicatorias son un arte. Bien lo sabe Aintzane Encinas. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—La Real Sociedad no tuvo equipo femenino hasta el 2004. En sus dos primeras temporadas lograsteis dos ascensos... ¿Cómo recuerdas las barreras derribadas? 
Entramos en una institución que, hasta entonces, era de hombres. Chocaban situaciones que ahora son muy normales, como que el equipo masculino y el femenino coincidiesen entrenándose o en la sala de fisioterapia. ¿Y dónde nos cambiábamos las chicas? El primer año fue más complicado. Cada curso la apuesta del club por su sección femenina crece y el equipo, también.  

—¿La temporada de estreno fue una mezcla de ilusión, incomodidad y desubicación? 
Muy ilusionante. Todo el mundo estaba desubicado. Con el tiempo, conseguimos que nos lavaran la equipación como a los chicos. Quedan muchas cosas por hacer, pero es necesario tener muy presente el punto de partida. [Suspira]. ¡Mira, mira! ¡Qué buena zurda tiene Cecilia! ¡Mi Cecilia!  

—¿Te habría gustado ser psicóloga?
No... Estoy enamorada del deporte: soy licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y mi aprendizaje se ha dirigido hacia este mundo y el de emociones. Ahora estoy haciendo un máster de coaching. Intento ayudar, colaborar, y acompañar a todas las personas que puedo. Soy voluntaria de Cruz Roja. Organizo eventos deportivos, me gusta emprender, experimentar. Una entrenadora debe ser una facilitadora de caminos.  

—"Para la prensa siempre habíamos sido un río subterráneo presente, pero no visible", denuncias en la historia El día que apostaron por nosotras. Nos queda mucho por pelear, reivindicar...  
Muchas veces se nos juzga dos veces: una por ser mujer y otra, por deportista y mujer. Se le quita valor a lo que hacemos y es una pena. Afortunadamente, en los últimos años la sociedad está mucho más sensibilizada con el deporte femenino. Además, el producto se vende mejor, fruto de la evolución que ha tenido el papel de la mujer. Es vital que las familias acerquen a sus hijos e hijas a ver deporte femenino si les gusta. Es una oportunidad para que las niñas sueñen, por qué no, con estar ahí y tengan referentes femeninos. Yo quería ser como Gaizka Mendieta.   

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