Cronómetro de Récords entrevista a la capitana del CB Clarinos en la Copa de la Reina
Elisabet Vivas lanzándole un beso al escudo del CB Clarinos. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. |
Toni Delgado (@ToniDelgadoG) / Salamanca
Le pido que le lance un beso (o varios) al escudo de su club y Elisabet Vivas (Santa Cruz de Tenerife, 1992) sonríe. La capitana del CB Clarinós desprende amor por un oficio, por unos valores y por el compromiso con el resto y con ella misma. Elisabet Vivas aparece feliz en la zona mixta de la Copa de la Reina de Salamanca acompañada de su jefa de prensa, Ivone Palenzuela. Su equipo ha perdido ante el Valencia Basket (69-54) y la escolta tinerfeña, lesionada, ha tenido que vivir su primer torneo copero desde el banquillo.
—Lo habéis tenido cerca hasta que ha aparecido Rosó Buch.
Es así. Estar aquí es un regalo para nosotras, especialmente porque es nuestro primer año en Liga Femenina Endesa. Hemos disfrutado del premio y hemos rozado las semifinales de la Copa de la Reina. Estamos contentas con el trabajo del equipo.
—En los últimos siete minutos sólo habéis metido... ¡Cuatro puntos! Habéis fallado canastas muy parecidas a las que habéis metido antes. Puede que el Valencia Basket también haya defendido mejor. Os ha faltado oficio.
Si ante el Valencia Basket no estás a tope los 40 minutos, se te escapa sin remedio.
—¿Cómo has vivido la Copa de la Reina desde el banquillo?
¡Sufriendo mucho! [Se ríe]. Fuera lo pasas fatal. Llevo casi dos mesecitos fuera. Intento ayudar en lo que pueda. Si cuando ascendimos a Liga Femenina Endesa me hubiesen dicho que esta temporada jugaríamos la Copa... ¡Lo habría firmado! Es la primera para mí.
—Eli, se lo digo a todo el mundo: el Valencia Basket en su momento y vosotras sois recién ascendidos de DNI. [Se ríe]. Los nombres no son de equipo inexperto.
Ya... Pero, al final, eres nuevo en la categoría...
—Pero las jugadoras no son nuevas en la categoría...
Ya... [Se ríe]. Aunque el equipo es prácticamente nuevo. Acoplar a la gente cuesta.
—Tienes problemas en la espalda. Llevabas un par de años con molestias y lesiones en la rodilla... Estás viviendo momentos difíciles...
Buff... La temporada pasada fue complicadita. Sólo pude llegar a la recta final y habiendo entrenado muy poco. Y este año la espalda me está dando más contratiempos de los que me esperaba. Trabajo y arropo a mis compañeras todo el día. Estar en Liga Femenina Endesa con un equipo de tu tierra es el sueño de cualquier jugadora.
—Como también que el club te renueve pese a tus problemas físicos.
¡Sí! Fue un gesto precioso. El año pasado me perdí casi toda la temporada. Que se siga confiando en la gente que lleva mucho tiempo en el club es muy de agradecer.
—¿Qué crees que ven en ti las niñas?
No lo sé. Yo, al final, lo único que hago es trabajar. Queremos que vean que con curro se puede llegar.
—¿Con tantas lesiones te has llegado a plantear la retirada o no has llegado a ese punto?
Hay momentos en los que te da el bajón. Lo que quieres es entrenar y compartir el día a día con tus compañeras.
—Te llegaste a plantear dejarlo entonces.
A veces sí. Cuando ves que quieres volver a jugar y no puedes, tienes dudas... Estás cansada. Me quedo con los momentos que estamos viviendo, como el ascenso o la Copa. ¡Los saboreo como una más!
—"Eli Vivas representa los valores del club y es una pieza clave en la estructura del equipo por su carisma, entrega, compromiso y esfuerzo", comentó tu entrenador, Claudio García, tras tu última renovación. [Se ríe]. ¿Te parece algo exagerado o tiene algo de razón?
¡Has conseguido ponerme roja leyéndome eso! No conozco otro camino que el del trabajo. El club confía en mí y yo, en el proyecto. A todo el mundo le gustan los elogios. Lo único que hago es currar.
—"Como compañera siempre está a dispuesta a ayudar a las chicas con una sonrisa en la cara. Como jugadora se vacía en la cancha y no da un balón por perdido", te retrata Esther Montenegro, Monty. "Desde el primer día Eli hizo lo imposible para que en Tenerife me sintiese como en mi casa. Y lo consiguió. Nunca olvidaré que en la pretemporada del primer año tuve una lesión grave en el ojo y ella y su madre estuvieron en el hospital conmigo hasta las dos de la mañana", interviene Berta Dalmau.
Sí... Al final me has hecho llorar, eh... [Risas]. [Le tiembla la voz]. Intentas que las compañeras se sientan cómodas. Monty, Berta, aquella de allí [Rosó Buch, que está atendiendo a Xevi Bardolet, periodista de TV3] o Anna Gómez me han devuelto con creces lo que les he dado. Berta se pegó una buena leche... Mi madre trabaja en el hospital y estuvimos pendientes de su evolución. Sé qué es irte fuera y sentirte como en casa: me pasó en Bembibre.
—Además de capitana, ¿eres dinamizadora de grupos?
[Se ríe]. Monty y yo intentamos que estén bien. Ésa es la clave para que un equipo funcione. Trato al resto como me gustaría que me tratasen a mí y como me trataron.
—"Odiábamos y queríamos a Mahy", recuerda Berta Dalmau.
[Se ríe]. ¡Nuestro prepa! Sí, sí, era una relación de amor-odio.
—En la Copa de la Reina del año pasado en Vitoria Anna Gómez me dijo que la responsabilidad es divertida. ¿Tú también lo piensas?
¡Sí! [Se ríe]. Fue una de las cosas que aprendí de Anna Gómez. Cuando te dan responsabilidad es porque confían en ti. ¡Y eso es de agradecer!
—¿Qué tipo de capitana era Eli Vivas en el CB Bembibre? ¿Y ahora en el CB Clarinos?
He crecido un poco. En Bembibre estaba Monty, una gran capitana de la que intenté aprender lo máximo posible. Y lo sigo haciendo. También estaba Anna Gómez, otro libro abierto. Bembibre no era mi casa, pero ya es mi segunda casa... [Se ríe].
—¿Cómo habéis vivido en los últimos días los impagos y retrasos de las subvenciones?
Hemos intentado que los problemas extradeportivos no nos afectasen. Ya está todo solucionado.
—¿Cuántas veces te ha repetido tu compañera Laura Herrera la frase "cuando las cosas no dependen de ti, no vale la pena darles más vueltas"?
¡Lo suele decir! ¡Es verdad! [Risas]. Hay aspectos que están lejos de tu alcance y si te tomas algo malo a la tremenda, es peor.
—¿Las lesiones te han enseñado a ser más práctica?
Sí. A ver las cosas desde otro punto de vista. Las compañeras me ayudan tanto... Cuando me ven de bajón, me animan. A veces con cualquier tontería... Pero lo consiguen.
—¿Cómo recuerdas esas concentraciones en las categorías inferiores con Yurena Díaz, Rosó Buch...?
Queralt Casas, Andrea Vilaró... [Se ríe]. En el Mundial de Tenerife volví a coincidir con Queralt después de mucho tiempo y fue... ¡Brutal! Estos días nos hemos visto todas en el hotel y ha sido fantástico. Nos conocemos desde pequeñas. En verano nos pasábamos un mes viéndonos cada día. Lo mejor del baloncesto son las amistades que te regala.
—¿Qué te parece Elena Buenavida, Premio Gigante Júnior Mayor Progresión?
Siempre lo he dicho: en Tenerife se vive mucho baloncesto y hay generaciones que vienen pisando fuerte. A Elena Buenavida llevo siguiéndola años porque me gusta ir a ver partidos de cantera: tiene una progresión excelente y es trabajadora, además de talentosa. Con esos mimbres puede llegar.
—Probablemente seas la mejor compañera de viaje de la historia. Cuando Monty se fue a Ecuador, la acompañaste a Madrid. Pero... ¿Qué hiciste durante el camino?
¡La acompañé! Pero fui durmiendo. En la vuelta, ya sin Monty, sí que iba despierta. [Risas].
—Hace 11 años te imaginabas dando clases de educación física a criaturas. ¿Lo estás haciendo ahora?
Estoy de monitora de extraescolares, de baloncesto y de multideporte. Me encanta trabajar con niños y niñas.
—¿De dónde viene el apodo Sarmiiiiii?
Del error de un periodista, que en vez de poner Sacramento, mi segundo apellido, escribió Sarmiento... De Sarmiento a Sarmiiiiii.
—¿Crees que dejas huella por donde pasas?
No sé si lo consigo. Espero que alguien se acuerde de mí... Simplemente intento cuidar a quien me cuida.
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