El grupo de Miki
Oca remonta tres goles de diferencia ante Hungría (13-12) y luchará por el oro en el Mundial de Barcelona como en los Juegos Olímpicos de Londres, esta vez ante Australia
Pareja y Tarragó se abrazan tras la remontada - AFP. |
Normalizar lo
insólito es algo extraordinario, como la España que entrena Miki Oca. Un equipo
de amigas que no se conforma con nada y solo mira el marcador al final del
partido, cuando no puede cambiar nada. Y por más que el resultado, a los 18m
14s, reflejase un preocupante 9-12 tras un parcial de 0-3 y el gol de Kesztelyi la selección no se lamentó.
Simplemente, sacó más coraje, se dejó la piel en defensa e impidió anotar ni un
tanto más a la poderosa Hungría, a la que había eliminado en las semifinales de
los Juegos
Olímpicos de Londres. La boya Maica García, espléndida, se giró sobre sí misma
y por abajo anotó el primer gol de la remontada. No importó que Roser Tarragó fallase
un penalti, pues ahí estaba Anni Espar –que apareció el día clave– para marcar
su cuarto gol del partido, dos tantos más de Laura López y una Laura Ester
gigante, capaz de pararlo todo, hasta con la mente, hicieron que este grupo
inconformista repita final por segundo gran torneo consecutivo. Victoria por 13-12. Si el Mundial
de Shanghái de 2011 España fue 11º, en Londres mordió la plata y ahora en el Mundial de casa, en Barcelona y en una Picornell conectada con el equipo, solo
piensa en el oro ante Australia, que venció a Rusia 6-9 y atesora los mejores
números: máxima goleadora y menos goleada.
Datos que no asustan a un grupo que no
sabe qué es dudar. “Este equipo ante la
adversidad… ¡Joe, es que hemos hecho un partidazo!”, terció Jennifer
Pareja, la líder, que contribuyó con dos goles, uno en el primer cuarto y otro
en el segundo, en una primera mitad muy ofensiva (9-9). Hungría apretó las tuercas al comienzo del tercer período y pese a no
aprovechar las superioridades se puso 9-12. Oca pidió un oportuno tiempo muerto
y el grupo respondió con naturalidad, acostumbrado a responder en los momentos
imposibles. “Miki nos ha dicho que
fuéramos frías y lo hemos sido”, reconoció Maica García. “Hemos de guardar
esta emoción para la final. La defensa era muy importante para ganar el partido”,
intervino Espar. Y el ataque acabó de cuadrarlo todo, pues la selección marcó 8
de sus goles en superioridad.
A 3m 14s Laura López marcó el 13-12: levantó
la mano izquierda para celebrarlo y chocó la mano con Andrea Blas. Peña y
Tarragó tuvieron la opción de sentenciar un partido que acabó como acabó
gracias a los paradones de Laura Ester. “Si
hemos tenido cojones de jugar este último cuarto, no podemos de dejar de pelear
por el oro”, sentenció la portera de un grupo que enamora.
ESPAÑA 13 (5+4+2+2): Laura Ester;
Espar (4), Ortiz (1), Pareja (2,1p), Peña (1), Maica García (1), Laura López
(3) -equipo inicial- Andrea Blas (-), Tarragó (1) y Bach (-). HUNGRÍA 12 (5+4+3+0): Bolonyai; Antal
(4, 1p), Szucs (2), Takacs (-), Miskolczi (-), Keszthelyi (2), Bujka (2)
-equipo inicial-, Illes (-), Garda (-), Kisteleki (2), Menczinger (-) y Toth
(-). Árbitros:
Drury (USA) y Alexandrescu (RUM). Exclusiones: Laura López (2), Miranda,
Tarragó (2), Bach (2), Espar, Maica García, Szucs (2), Garda (2), Toth (2),
Miskolczi, Bujka (2), Antal (2), Kisteleki y Menczinger. Eliminadas: Takacs, Ortiz, Illes. Incidencias: Asistieron
al encuentro unos 2.500 espectadores.
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