sábado, 30 de septiembre de 2017

Carla Nascimento: "Superar la lesión me ha permitido alcanzar mi mejor versión"

Cronómetro de Récords entrevista a la base del Al-Qázeres

Carla Nascimento, tras el partido. 

Casi hay cola para abrazar a Carla Nascimiento (Santa Leocadia, Portugal, 1986) en Magariños. La protagonista bien lo merece: ha acortado en casi dos meses su regreso a las canchas tras  fracturarse en diciembre el húmero de su brazo izquierdo. Su debut oficioso fue hace unos días ante el Perfumerías Avenida, en el Trofeo de Ferias. En el primer partido del Open Day Liga Día, la base portuguesa del Al-Qázeres ha vuelto a la competición oficial aportando siete puntos, cinco rebotes y dos asistencias) en el
excelente triunfo de su equipo ante el CD Promete (55-83).  

Toni Delgado / Madrid

—A veces la vida y el deporte te regalan momentos así. 
Sí. Para mí éste es un momento muy especial porque he tenido un verano bastante largo y duro, pero ya estoy de vuelta. Me hace gracia haber vuelto a Madrid, la ciudad donde me lesioné. Estoy muy feliz, la verdad [se ríe]. 

—¿Cuántos abrazos has dado desde que se ha acabado el partido?
Pues no lo sé. Hay personas muy especiales que han estado conmigo siempre y les tengo que agradecer su compromiso. Mi vuelta a las canchas es fruto del trabajo de mucha gente. Al final las jugadoras salimos a la cancha, aunque no podemos olvidar que hay mucha gente que nos apoya para que juguemos bien.  

—Excepto al principio, cuando os ha costado un poco arrancar, habéis jugado un gran partido. En el tercer cuarto habéis acumulado un parcial de 0-19. 
Empezamos con algunas dudas, ya que no hemos jugado muchos partidos de pretemporada y necesitamos encontrarnos como equipo. Cuando hemos sido capaces de entrar en el partido, nos han empezado a salir varias cosas bien. A partir de ahí hemos tenido un muy buen parcial [0-13, del 5-0 al 5-13] y hemos tenido confianza para seguir así el resto del partido. 

—Has comentado en varias entrevistas que tu idea es volver mejor que antes de la lesión. ¿Te has visto mejor que antes? 
Sí. Superar la lesión me ha permitido alcanzar mi mejor versión. En los últimos ocho meses no he parado de entrenarme para estar aquí. No he tenido verano.  

—Has cumplido tu media: la temporada pasada, antes de la lesión, perdías 1,2 pelotas por partido. Hoy, una en la primera parte. ¿No arriesgas mucho en la pista?  
Si analizas a mi equipo, comprobarás que tengo compañeras muy jóvenes y más aceleradas. Creo que tengo que darles esa nota de tranquilidad y hacer las cosas con mucha seguridad para que vean en mí a una base segura. Creo que tengo que dar esa tranquilidad al equipo. 

—¿Tito Real fue el entrenador que te enseñó eso?
Sí. Desde muy pequeñita. Incluso en los balones que no perdía yo, me reñía a mí. Tenía que controlar lo mío, lo del equipo... Y eso me ha dado mucha responsabilidad en el juego del equipo y sentirme siempre responsable, aunque no sea una pérdida mía. Muchas veces veis que el ataque va mal y ya le pidiendo perdón a mí entrenador, ya que, aunque no sea directamente un error mío, me afecta a mí. Es una decisión inicial mía. [Se ríe]. 

—Supongo que ese sentimiento te impulsaba todavía más duro en la recuperación, el pensar en el equipo, en esa gente que está pendiente de vosotras. 
Siempre digo que me gusta mucho jugar con mis compañeras y es un reto todos los años tener a chicas nuevas y mi objetivo es que en Cáceres sean den su mejor versión. Me gusta estar pendiente de ellas para hacerlas mejores. Y creo que, más o menos, lo vamos consiguiendo.  

—Te llaman la eterna promesa del Serrano Macayo. No sé si cuando estabas lesionada intentabas conservarla. Y si era así, ¿cómo narices conseguías que no se te escapase  la sonrisa?
Siempre sonrío. Una vez que te lesionas, tienes que pensar en otra cosa, y animar a tu equipo, que te sigue necesitando. Por eso a la Copa y sufrí mucho. 

—Hoy, en tu retorno oficial, ha ido todo rodado. Tu lesión coincidió con la clasificación para la Liga. La vida tiene esos contrastes. 
Es el deporte y no se puede hacer nada. Hay muchas lesiones y debemos ser consciente de esa parte de juego.

—"Sí, Carlita, aquí hemos estado trabajado durante tu recuperación. Te has portado muy bien y te has recuperado más rápido que cualquier deportista. Estoy muy contento", dijo tu fisioterapeuta en un reportaje que os hicieron en Canal Extremadura. ¿Qué le dirías a Jose Moreno, el fisio del club, y a la doctora y traumatóloga Isa Guillén?
Darles las gracias porque, desde que me desperté de la operación, me dijeron que lo haríamos todo bien. Isabel me comentó que me había puesto una placa gigante para que no tuviera ningún riesgo y que podría volver a jugar en cuanto me pusiera bien. Acababa de despertarme de la operación y ya tenía ejercicios para hacer y objetivos. Todo para poder recuperarme lo más rápido posible. Gracias a ellos he llegado bastante bien, y también a Tomás y a Jesús, que han estado entrenándose conmigo todo el verano, en el Macayo, pasando mucho calor. 

—Si te hubiesen puesto un clavo en el hospital... 
En otro hospital me hablaron de ponerme un clavo, con el que, posiblemente, no podría volver a jugar. La Dra. Guillén no lo vio así y primero me puso una placa más pequeña y luego, en la misma operación, una más grande que me protegiera bien el hueso y que no tuviera nada de riesgo una vez recuperada. 

—Y lo tienes de por vida y te acordarás siempre. 
Y no pienso quitármelo, ya que me hace más fuerte. ¡Tengo un brazo de titanio! 

—¿Qué tiene Cáceres para haberte atrapado de esa manera y qué vínculo tienes tú con Al-Qázeres? No es nada habitual que un equipo apueste por una jugadora lesionada. 
Le pasó a otras jugadoras, a Mariona [Martín], a María... También se lesionaron y el club estuvo pendiente de ellas. He estado en el hospital apoyada por ellos en todo momento y me han dado mucha confianza. Es un club muy familiar y cercano en el que te sientes muy bien. Tenemos chicas muy jóvenes y están muy a gusto y acompañadas. En Al-Qázeres te hacen la vida bastante fácil. 

—Y el club tiene la buena vista de fichar a extranjeras que se acaban vinculando mucho con el club y la ciudad casi desde el principio?
Intentamos hacerlas nuestras. Es un poco eso: nada más llegar, intentamos que ellas cojan nuestras reglas, entre comillas, para que se hagan a nuestro equipo y costumbres cuanto antes. 

—Tampoco es normal tu honestidad. En su momento te fuiste de Al-Qázeres porque no estabas contenta de tu rendimiento. Ascendiste con C.R.E.F. y volviste. No te arrepientes de eso. 
Cuando me fui del Al-Qázares decidí dejar de jugar y luego surgió la oportunidad de ir a C.R.E.F., donde estaba mi amiga Maria Joao y volví a motivarme. En el Al-Qázeres estaba un poco hundida y les dije: "No soy mi mejor versión y no quiero seguir así". Me sentía mal un poco por eso. La gente nos decía que íbamos mal,y yo no era capaz de salir de ese bucle. 

—Estabas colapsada. 
Sí, y creo que el equipo ese año no era capaz de salir del agujero. 

—Huiste del baloncesto.
Intenté ayudar del equipo. Salía llorando de todos los partidos. A veces hay que saber dar un paso atrás y, aunque me costó mucho, lo di. Luego me surgió la opción de jugar en Madrid y me lo pasé muy bien ese año.  

—Un paso adelante fue irte al CAR Jamor. En una entrevista reconociste que te quedarías todo la vida allí porque te hacían la comida, la cama... 
Para cualquier deportista vivir así es un sueño: te llevan a la escuela, te preparan el desayuno y no tienes que cocinar nada... Estuve dos temporadas y tengo recuerdos muy alegres: conocí a personas muy buenas que me ayudaron a crecer como persona en esa fase de 15 a 18 años, que es muy importante. Lo recuerdo con mucha nostalgia. 

—¿Has llegado a ejercer de periodista?
Muy poco. 

—Puedes ir entrenarte haciéndole entrevistas a las compañeras. 
Bueno... Lo hice con la selección una temporada, pero soy muy perfeccionista y me gusta hacerlo todo muy bien. Me pongo de los nervios... Ahora estoy estudiando para ser profesora de portugués. 

—¿Por qué Raquel Hernández te cambió la visión de la preparación física? 
Porque nunca nadie había trabajado solo para mí en un equipo, y el año que estuvimos con Raquel, que es una preparadora física olímpica, cada una de nosotras dispuso de unos ejercicios de gimnasio y específicos: nos hizo estudios, nos dio una dieta... Me di de qué tienes que hacer para dar lo mejor de ti al equipo. Tienes que cuidarte mucho. Ella, como venía de trabajar en judo, te daba otra visión de todo. Eso es un equipo, pero Carla tiene que ser la mejor Carla, Esther, la mejor Esther... 

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