lunes, 30 de septiembre de 2019

Leticia Romero: "Quizás el salto de la NCAA al USK Praga fue muy alto, pero no me arrepiento de haberlo dado"

Cronómetro de Récords entrevista a la base del Valencia Basket en el Open Day Liga Femenina 

Leticia Romero en el Pabellón Siglo XXI de Zaragoza. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

Toni Delgado / Zaragoza

Leticia Romero (Agüimes, Gran Canaria, 1995) choca las manos con la afición de su nuevo equipo, el Valencia Basket. La base desprende magnetismo, sonríe mucho, habla contigo como si te conociese de toda la vida y transmite una seguridad infinita. Pero Leticia Romero es humana. También duda y sufre. Es vulnerable como todo el mundo.


—Tu vuelta a la Liga Femenina seis años después ha sido dura.
Sabíamos que sería difícil superar al Uni Girona, el rival a batir.  El actual campeón. Estoy muy contenta de haber regresado y de jugar en el Valencia Basket. Tenemos mucho margen de mejora. 

—En el último cuarto os habéis colapsado en ataque y en defensa. El Uni Girona ha cerrado muy bien el rebote y Laia Palau y Adaora Elonu os han destrozado: del 44-48, tras un triple de Joy Alexis Brown, al 67-52 final.  
Ellas son muy altas y, como dices, no hemos estado acertadas ni el rebote ni en el tiro. Hemos fallado lanzamientos fáciles. Las nuevas necesitamos tiempo para adaptarnos a los sistemas. Poco a poco iremos a más.

—Os falta encontrar química entre vosotras. 
Y lo conseguiremos. Tampoco hemos jugado tantos partidos juntas. Como base y como jugadora de baloncesto en general me importa tener esa conexión con las compañeras. 

—¿Y cómo la fomentas?
Nos relacionamos mucho. Hay muy buen rollo en el grupo. Queralt [Casas] es mi compañera de habitación. Anna [Gómez] y yo hablamos de cómo me gusta que me pongan los bloqueos, de cómo prefieren las pívots que les pasemos el balón... Son detalles que parecen minúsculos y que son inmensos en partidos igualados. 

—Me parece extraño que no menciones a Irene Garí. Asegura que sois "inseparables".
¡Y lo somos! [Se ríe]. A Irene ni la cuento porque como siempre estamos juntas... Es casi parte de mí. Me está ayudando mucho a adaptarme a Valencia.

—Te reserva el asiento de enfrente del bus para toda la temporada. La primera semana estuvisteis las 24 horas juntas.
Hombre, llevábamos años sin vernos... Nos queríamos contar todo lo que nos había pasado... 

—¿Qué le preparas con la Thermomix?
[Risas]. ¡De todo! ¡Lo que quiera! El otro día organizamos una cena y le hice cuscús marroquí con verduras. Tengo pendiente  preparar una tarta de zanahoria. A mis compañeras de Praga les encantaba...  A ver qué les parece a las del Valencia Basket... [Sonríe].

—"[El USK Praga] es un equipo que te ayuda y no te pone problemas. Creo que muchas jugadoras quieren jugar en este club", declaraste a EFE antes de la pasada Final Four de la Euroliga.
El USK Praga aspira a lo máximo siempre y es un destino atractivo. Me refería a que te ayudan en cualquier cosa. Tuve un problema con el coche y al día siguiente me facilitaron otro mientras me arreglaban el mío. Se esfuerzan para que lo tengas todo. 

—Tu voz es muy parecida a la de Yurena Díaz, base del Cadí La Seu...
[Se ríe]. Me lo han dicho bastante... También que nos  parecemos de espaldas.

—Has estudiado Sport Management, una carrera que no existe en España. ¿Te ves como agente de jugadoras? ¿Asesora de deportistas? ¿Organizadora de eventos?
Me imagino trabajando en algo relacionado al baloncesto.

—Y con la comunicación. Se nota que te gusta comunicar.
¡Sí! De hecho, cada vez más. [Se ríe]. Antes era muy tímida. Ahora me gusta más relacionarme con la gente. Me veo  trabajando en empresas deportivas, en eventos... No tanto como agente, aunque la vida da tantas vueltas que no me cierro ninguna puerta.  

—Encadenaste el Mundial de Turquía, el Eurobasket de Hungría y Rumanía, los Juegos Olímpicos de Río y el Eurobasket de la República Checa con la selección, pero te has perdido los dos últimos grandes torneos. ¿Por qué crees que no has estado entre las elegidas?
Bueno... En España hay una competencia infinita. 

—Empezando por Cristina Ouviña, tu sustituta en el USK Praga.
¡Sí! Hay muchas bases que podrían jugar en la selección. Eso requiere que cada jugadora necesite mostrar un nivel cada año. No vale con haber ido cuatro seguidos. No eres fija. Ouviña hizo una muy buena temporada y se merece ir. Los resultados de la selección son inmejorables. Siempre van las que están mejor en ese momento. Mi objetivo sigue siendo volver y dar lo máximo de mí. También es verdad que hay una transición. 

—¿A qué te refieres?
Ya no soy la jugadora joven que subía y de la que no se esperaba demasiado y todo lo que hiciera estaba bien. Ahora necesito demostrar que soy una más. Me falta dar ese dar ese paso adelante. Sólo llevo dos temporadas como profesional. Ya es ahora de que me espabile. 

—Quizás el verbo es fuerte. ¿Crees que te has estancado?
Puede ser. Pasé de una liga universitaria en la que tus compañeras y rivales tienen tu edad y, como tú, cometen errores de juventud a enfrentarme a estrellas en la Euroliga. Quizás el salto de la NCAA [Florida State] al USK Praga fue muy alto, pero no me arrepiento de haberlo dado. 

—Son experiencias. 
La vida te lleva por diferentes caminos y no está mal cambiar de recorrido cuando ves que uno no va bien. 

—¿Ese cambio te afectó anímicamente?
Claro. Cuando eres joven, necesitas minutos para crecer y experimentar, y si no los tienes llega un punto en el que... 

—¿Dudas de ti?
¡Sí! [Sonríe]. Tu confianza no es la misma. Además, te comes mucho la cabeza... ¡Y yo no lo aparento!  Desde fuera parece que pase un poco de todo. [Risas]. Lo llevo todo por dentro.

—Muy, muy dentro.
¡Mucho! ¡Lo saco cuando no hay nadie! [Risas]. No es difícil sentir que no sabes hacia dónde ir y vas perdiendo confianza.  Estas cosas pasan.

—¿Fuiste a un psicólogo o psicóloga? 
Mucha gente me arropa, desde técnicos a jugadoras. Albert es un entrenador con el que siempre hablo y, sobre todo en verano, trabajo con él mucho el aspecto psicológico. La temporada pasada me ayudó un montón a no hundirme. Me queda mucho por crecer y aprender.   

—Fuiste reconocida como mejor Deportista en Edad Escolar en 2011. 
En esa época estaba muy obsesionada con las notas. ¡Competía por todo! Quería ser la mejor estudiante, la mejor jugadora... Me dejaba la piel para lograrlo. 

—Debutaste en Liga Femenina el 10 de octubre de 2010, de la mano de Domingo Díaz y de su CB Islas Canarias. 
Estaba súper nerviosa... Aunque con Domingo los nervios se te quitaban rápido... [Se ríe]. Jugué unos 10 minutos. Domingo me daba mucha confianza. Recuerdo esa tarde con una mezcla de agradecimiento, alegría e ilusión. 

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