domingo, 10 de junio de 2007

El Madrid fuerza el quinto partido ante una Penya irregular

Final trepidante para una serie sensacional. Habrá quinto partido en Vistalegre el martes. La Penya, a la que le costó entrar en el partido (0-11), supo rehacerse. Sobreponerse a no tener a su estrella, Rudy Fernández –sólo tres puntos– en condiciones óptimas. El grupo de Aíto remontó una desventaja de 12 puntos en el último cuarto y tuvo opciones de, por lo menos, forzar la prórroga. Pero el Madrid, a pesar de fallar tres de sus cuatro últimos tiros libres, ganó el encuentro (70-72).

Dos sensaciones transmitió la Penya. Capaz de lograr grandes parciales, con Flis y Barton (27 puntos entre ambos) como héroes pero también incapaz de anotar en cinco minutos. O de sumar tan sólo nueve puntos en un tercer cuarto horrible. No había soluciones para penetrar la defensa zonal planteada por Joan Plaza.

Salió con una defensa confundida y un ataque nulo el DKV Joventut. Su inicio fue nefasto. Y Marcelinho Huertas (0/4 en tiros de dos) el máximo representante de ese desacierto. Aíto optó por no poner en el quinteto incial a Rudy Fernández, aún renqueante del partido anterior. Su lugar lo ocupó Ferran Laviña, el primer jugador en conseguir puntos para su equipo. ¡A los cinco minutos de juego! El triple del alero catalán rompió un parcial nefasto: 0-11. Porque hasta tres lanzamientos había anotado el Madrid. Dos de Axel Hervelle y uno de Mumbrú, mucho más centrado que en el partido anterior y muy atento en su propia canasta (tres rebotes en el primer cuarto).


Reacción local


Y, poco a poco, el DKV Joventut se sobrepuso. Un dos más uno de Laviña le animó, y su nuevo director, Bennett, reactivó su potencial. El grupo de Aíto logró un parcial de 10-4 (13-19, minuto 10), que minimizó la efectividad de Felipe Reyes (seis puntos en el primer período). El pívot madrileño sabía explotar con habilidad su juego de espaldas a canasta.

El DKV Joventut se puso a tres puntos, tras un triple de Barton nada más comenzar el segundo período. O tras una asistencia de Ricky a Betts. Pero un par de acciones épicas de Marko Tomas, dos canastas más tiro adicional, volvieron a relanzar al Madrid (20-27, minuto 12).

Ni la inmadurez de Hervelle, que en poco más de un minuto hizo tres personales, descompuso al Madrid. De hecho, la salida del pívot belga y la entrada de Mumbrú le benefició, que aportó más (siete puntos en la primera parte) y esta vez se olvidó de los pitos y frases que le gritaba el público.


Los tiros libres de Bullock

Era curioso, quizás inédito, ver a Bullock fallar tres tiros libres seguidos (90% de efectividad en la fase regular). Desde esa distancia perdió demasiado el conjunto de Joan Plaza, que falló cinco de sus 16 lanzamientos antes del descanso. Y la Penya –con Rudy mermado con 0/4 en tiros de campo– lo aprovechó, con una defensa asfixiante, y con tres jugadores que se alternaron el liderazgo.

Primero fue Bennett, que con un triple desde más de siete metros, impidió que el Madrid volviera a coger una gran renta (25-30, minuto 14). Después Flis, que con cinco puntos seguidos, resolvió otra situación complicada (35-37, minuto 19). Y, finalmente, fue Ricky quien redujo la gran actuación en los últimos segundos de la primera parte de Raül López con una canasta casi sobre la bocina (37-42 al descanso).

Cumplió su rol de estrella en la reanudación Bullock. No sólo anotó cuatro puntos en el tercer cuarto, sino que supo forzar varias personales, la más significativa, la cuarta de Laviña, que tras pasarse varios minutos en el banquillo acumuló dos. Y Aíto tuvo que probar con Sullivan, incapaz de poder frenar a Reyes, que con cuatro puntos seguidos, volvió a relanzar al Madrid (46-54, minuto 27).

Necesitaba cambios la Penya, que había logrado equilibrar las pérdidas con su rival (entonces 15 por 10). Por eso Aíto pidió tiempo muerto. Pero no sirvió de mucho: el público vio cómo su equipo seguía Sullivan lanzaba una piedra –que pretendía ser un triple– y cómo su traidor, Mumbrú, asistía a Smith para ampliar aún más la desventaja (46-56, minuto 30). La Pneya sólo pudo anotar nueve puntos en este período.


Triple de Rudy


Con Rudy en el parquet en el último cuarto la Penya recuperó la confianza. Sobre todo cuando el escolta mallorquín anotó, en su cuarto intento, su primera canasta, un triple en el minuto 31. Fue la primera piedra de un parcial de 10-0. Y del 46-58 (máxima diferencia del partido) se pasó al 56-58, con un Barton hábil y un Archibald intimidador, que provocó la cuarta personal de los dos interiores rivales, Reyes (antideportiva) y Hervelle.

El propio Archibald desperdició la primera oportunidad de la Penya de avanzarse en el marcador tras fallar una canasta clara. Y Flis, poco después, empató a 63 con un triple. Sin duda, el pívot ruso es el jugador revelación de esta serie.

Perdió la pelota la Penya, la perdió el Madrid y fue el conjunto visitante el que se distanció (63-69, minuto 39), con Raül López, su gran líder hoy (13 puntos y tres rebotes) y Mumbrú como anotadores.

Quedaba poco más de un minuto, una eternidad en baloncesto. Y el partido se consumió entre tiros libres. A quince segundos del final, con 66-71, no se escondió el descarado Ricky. Probó un triple, falló, pero Flis capturó el balón y machacó. 68-71. Bennett cometió personal sobre Bullock, que falló sus dos tiros. Y Ricky desde la misma distancia no perdonó: 70-71. Fue el joven basen quien frenó a Tunçeri, que anotó uno de los dos. Y la Penya no aprovechó su última posesión. El martes, en el Palacio Vistalegre, se sabrá quién pasa a la final.

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