Epílogo genial. Acción de genio. Con empate a 78 Navarro hizo su jugada más repetida. La acción que le ha proporcionado su apodo. Una bomba cayó a 1 segundo del final en la canasta del Tau. Scola agotó el tiempo restante jugándose un triple, como Rakocevic poco antes. El tiro, precipitado y curioso (sólo había lanzado dos en el torneo), pasó lejos del aro y un Palau entregado pudo celebrar la segunda victoria de la serie de semifinales (80-78), que su equipo está a tan sólo un triunfo de ser finalista de la Liga ACB. De ganar posiblemente a la plantilla más competa de la competición.
Acabó el partido con un barrido a Scola y una recuperación ante Prigioni. Salvando cuatro puntos en un final apretado. Fran Vázquez redondeó así uno de sus mejores partidos con el Barça. Su inicio no pudo ser más eficaz: suyos fueron seis –sin fallo– de los ocho primeros puntos de su equipo. Su compañero Mario Kasun era el personaje antagonista. En dos minutos y 38 segundos, el pívot croata falló un tiro y cometió dos personales. Se fue al banquillo y ya no volvió a jugar. Su sustituto, Marconato, le suplió bien: anotó seis puntos y tres rebotes en la primera parte. Estaba en todo los sitios, para capturas un rebote, para palmear una canasta errada por Navarro.
Basile revolucionó al Barça con 11 puntos en el segundo período. Es curioso que anote más triples cayéndose, reculando o con rivales a centímetros que cuando está solo. Pero es así. Anotó dos en esas condiciones (25-22, minuto 12). Ningún equipo cometía personales y las jugadas claras se alternaban. Pero era el Barça quien las aprovechaba mejor. Por su acierto y por su contundencia en defensa. Por ejemplo, no dejó que dos pérdidas absurdas se transformaran en canastas. Marconato estuvo ahí.
Navarro reaccionó en el inicio del tercer cuarto. Sus cinco puntos le dieron al Barça su última ventaja en el período (48-47, minuto 22). Porque a partir de entonces fue el Tau el que llevó el tempo, con la mejor versión de Prigioni. Ese jugador creativo con una inmejorable selección de tiro. El base argentino asistió, sin mirar, a Splitter y anotó dos triples (53-60, minuto 26). Ivanovic pidió tiempo: era la máxima diferencia en contra de su equipo.
Sus consejos transformaron a su equipo: el conjunto azulgrana mejoró en defensa, con Basile incansable (pícaro en los robos, efectivo en los tiros). Con un Fran Vázquez atento donde fuera. En su propia canasta, para capturar el rebote tras un triple fallado por Erdogan y recibir la personal de un inoperante Roe. También para palmear un par de jugadas. Y, sobre todo, el pívot gallego supo frenar la gran evolución de Scola, que tuvo que pasarse varios minutos en el banquillo con tres personales. 60-62 y diez minutos por delante.
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