Tenía muchas esperanzas Robbie McEwen (Brisbane, Queensland, Australia, 1972), clásico sprinter, en la primera etapa del Tour de Francia, entre Londres y Canterbury. Pero en tan sólo unas décimas de segundo pareció perderlas. A 20 kilómetros del final, el ciclista australiano estaba tumbado en el asfalto, con la muñeca derecha malherida y veía cómo el pelotón se alejaba. Acababa de chocar ante un rival que había frenado inesperadamente. Su objetivo era casi imposible. Y no sólo eso: su participación en la ronda más prestigiosa podía peligrar -aún peligra-. Y con 35 años no le quedan muchas más oportunidades.
"Estaba herido físicamente y mentalmente. Estaba muy disgustado". McEwen habló con el médico del equipo, del Predictor-Lotto, que le permitió continuar. Así que el corredor australiano empezó a pedalear y, ayudado por cuatro compañeros, pudo enlazar con el grupo. "Ha sido increíble, he realizado una contrarreloj alternativa para lograrlo. Mi equipo ha sido clave", explicó.
Se olvida de los dolores
Lo más complicado estaba hecho. Y en el último kilómetro, tras 202, McEwen se puso a rueda de otros velocistas como Freire, Hushovd o Boonen. De los favoritos en esas circunstancias. Y pedaleó, agarró con fuerza el manillar de su bicicleta. Se olvidó de sus dolores: "Es tanta la adrenalina que tienes en esos momentos que no sientes ni fatiga ni problemas". Y ganó.
"Estaba herido físicamente y mentalmente. Estaba muy disgustado". McEwen habló con el médico del equipo, del Predictor-Lotto, que le permitió continuar. Así que el corredor australiano empezó a pedalear y, ayudado por cuatro compañeros, pudo enlazar con el grupo. "Ha sido increíble, he realizado una contrarreloj alternativa para lograrlo. Mi equipo ha sido clave", explicó.
Se olvida de los dolores
Lo más complicado estaba hecho. Y en el último kilómetro, tras 202, McEwen se puso a rueda de otros velocistas como Freire, Hushovd o Boonen. De los favoritos en esas circunstancias. Y pedaleó, agarró con fuerza el manillar de su bicicleta. Se olvidó de sus dolores: "Es tanta la adrenalina que tienes en esos momentos que no sientes ni fatiga ni problemas". Y ganó.
"Es quizás mi mejor victoria". Ése es el análisis, ésas son las palabras de un ciclista al que los éxitos le han llegado en los últimos años de su carrera. McEwen lleva tres victorias en cada una de las últimas tres ediciones del Tour de Francia. 12 en total, las mismas que otro clásico como el alemán Erik Zabel, que participa en la prueba gala pese haber confesado que se dopó en la edición de 1996.
Mc Ewen, que tiene tres maillots verdes de la regularidad en la ronda gala, es un corredor polémico que no duda en abrirse hueco con sus codos. Por eso en más de una ocasión ha sido descalificado. Con la victoria de hoy, tras su "contrarreloj alternativa", el ciclista australiano lleva esta temporada seis victorias, incluida una en el Giro de Italia. Seguidor de los Red Hot Peppers y apasionado del hip hop y el R & B, McEwen es el director de Condev Developments, empresa que se dedica a comprar terrenos y construir fábricas.
Mc Ewen, que tiene tres maillots verdes de la regularidad en la ronda gala, es un corredor polémico que no duda en abrirse hueco con sus codos. Por eso en más de una ocasión ha sido descalificado. Con la victoria de hoy, tras su "contrarreloj alternativa", el ciclista australiano lleva esta temporada seis victorias, incluida una en el Giro de Italia. Seguidor de los Red Hot Peppers y apasionado del hip hop y el R & B, McEwen es el director de Condev Developments, empresa que se dedica a comprar terrenos y construir fábricas.
No hay comentarios :
Publicar un comentario