Ha sabido tener paciencia. Esperar su momento. La temporada pasada Sergio Paulo Barbosa Duda (Lisboa, Portugal, 1980) fue un agitatoallas, tan sólo jugó 330 minutos en Liga distribuidos en 11 partidos. Una ridiculez para un centrocampista acostumbrado a ser el líder de sus equipos. Tuvo que vivir los éxitos del Sevilla casi como un seguidor con sueldo. Ahora Duda es básico en el grupo de Juande Ramos. Brilló ante el Real Madrid en la Supercopa y se ha exhibido en la primera jornada de Liga ante el Getafe (4-1). De su exquisita zurda han salido tres de los cuatro goles.
Sabía Duda que tarde o temprano le llegaría la oportunidad de triunfar. Esta vez salió al campó por la desgracia de un compañero, de Antonio Puerta, que se desmayó y a punto estuvo de tragarse la lengua -está en la UCI y su pronóstico es "muy grave"-. No era el mejor contexto, pero el centrocampista portugués tenía que aprovecharlo. Y se convirtió en el jugador revulsivo, en el más destacado de la noche.
El gol del empate
Nada más empezar la segunda parte centró desde la banda izquierda y Jesús Navas, ganándole la espalda a Pablo Hernández -debutante en Primera que habría logrado el primer gol de falta directa-, empató de cabeza. El Sevilla, con dos jugadores más tras las expulsiones de Sousa y Cortés, no había sido mejor hasta entonces.
Duda siguió ejerciendo de líder: también asistió a Luis Fabiano en el segundo gol y a Kerzhakov en el cuarto -el tercero lo anotó Kanouté-. Fue el protagonista de una goleada ambigua: el Getafe, en el debut de Michael Laudrup en el banquillo, supo resisitir en inferioridad con buenas triangulaciones.
Debut en Primera
Asume Duda que siempre debe esperar. El Málaga lo fichó en 1999: sólo tenía 19 años, había jugado una temporada en el Vitoria de Guimaraes y había ganado el Europeo sub 18 disputado en Suecia. Se fue cedido dos años al Cádiz, donde pasó de jugar tan sólo ocho partidos en su primera temporada, a marcar 13 goles en la segunda. Su buen rendimiento hizo que Joaquín Peiró, entonces entrenador del Málaga, apostara por incorporarlo al equipo. Debutó en Primera División el 29 de septiembre de 2001 ante el Athletic (1-2).
Poco más jugó Duda aquella temporada en el Málaga y, de nuevo, se fue cedido, en este caso al Levante. Otro buen año le valió el regreso definitivo al conjunto blanquiazul, que había sido cuartofinalista de la Copa de la UEFA. Duda se convirtió, junto a Darío Silva y Dely Valdés, en uno de los líderes del equipo.
Marginado sin jugar
Los problemas le llegaron al principio de la temporada 2005-2006, cuando no aceptó la oferta de renovación del Málaga. Duda exigía unos dos millones de euros por temporada, algo que no estaba dispuesto el entonces presidente Serafín Roldán, que lo apartó del equipo. El centrocampista portugués estuvo 140 días sin jugar, casi cinco meses sin partipar con el grupo. Pero durante ese tiempo no dejó de entrenarse con la máxima profesionalidad.
A principios de febrero de 2006 reapareció en Mendizorroza. Duda jugó a gran nivel ese y 13 partidos más. Pero su reaparición fue insuficiente para salvar del descenso al Málaga. No pudo cumplir su promesa de irse "con el equipo salvado". Y acabó fichando por uno de los eternos rivales, el Sevilla, que ya le había querido en su época de marginado en la grada. Ahora, tras un curso casi inédito, vuelve a ser un líder. Ha tenido paciencia.
Sabía Duda que tarde o temprano le llegaría la oportunidad de triunfar. Esta vez salió al campó por la desgracia de un compañero, de Antonio Puerta, que se desmayó y a punto estuvo de tragarse la lengua -está en la UCI y su pronóstico es "muy grave"-. No era el mejor contexto, pero el centrocampista portugués tenía que aprovecharlo. Y se convirtió en el jugador revulsivo, en el más destacado de la noche.
El gol del empate
Nada más empezar la segunda parte centró desde la banda izquierda y Jesús Navas, ganándole la espalda a Pablo Hernández -debutante en Primera que habría logrado el primer gol de falta directa-, empató de cabeza. El Sevilla, con dos jugadores más tras las expulsiones de Sousa y Cortés, no había sido mejor hasta entonces.
Duda siguió ejerciendo de líder: también asistió a Luis Fabiano en el segundo gol y a Kerzhakov en el cuarto -el tercero lo anotó Kanouté-. Fue el protagonista de una goleada ambigua: el Getafe, en el debut de Michael Laudrup en el banquillo, supo resisitir en inferioridad con buenas triangulaciones.
Debut en Primera
Asume Duda que siempre debe esperar. El Málaga lo fichó en 1999: sólo tenía 19 años, había jugado una temporada en el Vitoria de Guimaraes y había ganado el Europeo sub 18 disputado en Suecia. Se fue cedido dos años al Cádiz, donde pasó de jugar tan sólo ocho partidos en su primera temporada, a marcar 13 goles en la segunda. Su buen rendimiento hizo que Joaquín Peiró, entonces entrenador del Málaga, apostara por incorporarlo al equipo. Debutó en Primera División el 29 de septiembre de 2001 ante el Athletic (1-2).
Poco más jugó Duda aquella temporada en el Málaga y, de nuevo, se fue cedido, en este caso al Levante. Otro buen año le valió el regreso definitivo al conjunto blanquiazul, que había sido cuartofinalista de la Copa de la UEFA. Duda se convirtió, junto a Darío Silva y Dely Valdés, en uno de los líderes del equipo.
Marginado sin jugar
Los problemas le llegaron al principio de la temporada 2005-2006, cuando no aceptó la oferta de renovación del Málaga. Duda exigía unos dos millones de euros por temporada, algo que no estaba dispuesto el entonces presidente Serafín Roldán, que lo apartó del equipo. El centrocampista portugués estuvo 140 días sin jugar, casi cinco meses sin partipar con el grupo. Pero durante ese tiempo no dejó de entrenarse con la máxima profesionalidad.
A principios de febrero de 2006 reapareció en Mendizorroza. Duda jugó a gran nivel ese y 13 partidos más. Pero su reaparición fue insuficiente para salvar del descenso al Málaga. No pudo cumplir su promesa de irse "con el equipo salvado". Y acabó fichando por uno de los eternos rivales, el Sevilla, que ya le había querido en su época de marginado en la grada. Ahora, tras un curso casi inédito, vuelve a ser un líder. Ha tenido paciencia.
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