Su progresión parece no tener límites. Su imaginación, tampoco. Sonreía Victor Claver (Valencia, 1988) mientras hablaba con las animadoras de la Supercopa. Les dijo su plan: ellas tenían que colocar en la canasta el sombrero marrón que tenía en las manos. Él se encargaba del resto. Cumplió su palabra: se impulsó en el aire, cogió el objeto con la mano izquierda y con la derecha, décimas de segundo después, machacó. El joven alero de Pamesa Valencia se puso el sombrero y volvió a sonreír, con timidez, casi sin enseñar su corrector dental.
No cambió su cara cuando vio que el jurado le daba 50 puntos, no le premiaba con la máxima puntuación: 52'50. El público que llenaba el Bizkaia Arena de Bilbao estaba con él. Por su acción y porque su único rival, James Singleton, no había hecho algo tan original -gran mate de arriba a abajo y con la cara rozando la canasta- y, además, era jugador del rival vasco en la élite, el Tau.
Singleton y Teletovic
Pese a todo Claver seguía líder del concurso de mates del primer título oficial de la temporada. Dependía de él mismo. Aplaudió el tercer mate de Singleton: su compañero Mirza Teletovic tiró la pelota al borde del tablero y aquel cogió el balón y lo machacó. Sí logró la mejor puntuación: el público seguía con Claver.
Aún le quedaba otra sorpresa al alero valenciano, que se colocó de espaldas, lanzó la pelota para adelante, esperó a que botara, saltó en el centro de la zona y culminó con la mano derecho. Ahora sí lograba la mejor puntuación. Era el ganador, se convertía en el segundo español en conseguirlo tras el amateur Cuellar.
"Nunca pude imaginarme que ganaría este concurso. Es increíble", dijo Victor Claver, que no precisó en qué gastaría los 7.000 euros del premio. "Quizás en una cenita". Allí estaría su padre, su gran valedor, que hizo lo imposible para que acabase jugando en la Fonteta, pero que no precipitó su fichaje y siempre tuvo claro que el jugador no podía aparcar los estudios. Por eso no quiso cambiarle de los Maristas, de su colegio.
Seis meses antológicos
Lleva Claver seis meses antológicos. Ha pasado de ser un joven medio desconocido que jugaba esporádicamente pocos minutos a ser uno de los ídolos de la Liga ACB. Debutó en la tercera jornada ante el Barça en el Palau Blaugrana, donde apenas jugó tres minutos e intentó un triple. Logró su primer punto tras jugar siete partidos más, contra el Gran Canaria. Y en la cita siguiente, el pasado 6 de abril ante el Akasvayu, se encumbró: se presentó en sociedad.
El alero valenciano entró con 61-43 y no defraudó al técnico Fotis Katsikaris. Claver anotó cuatro canastas sin fallo (ocho puntos) y se atrevió con dos mates. Fue el gran revulsivo y el Pamesa acabó venciendo 71-74. Pero cuando se consagró fue en cuartos de final de la ACB ante el Real Madrid, especialmente en el tercer partido de la serie, cuando anotó 18 puntos. Nadie lo había logrado en playoffs con esa edad.
El penúltimo sueño del jugador valenciano fue ser uno de los tres invitados para ir a la concentración previa al Eurobasket. El último ha sido ganar el concurso de mates. Logros que no sorprenden a aquellos que lo vieron brillar en el Torneo Júnior de L'Hospitalet. La Benetton se ha interesado por él. La NBA le sondea. Su futuro, como sus mates, parece no tener límite.
No cambió su cara cuando vio que el jurado le daba 50 puntos, no le premiaba con la máxima puntuación: 52'50. El público que llenaba el Bizkaia Arena de Bilbao estaba con él. Por su acción y porque su único rival, James Singleton, no había hecho algo tan original -gran mate de arriba a abajo y con la cara rozando la canasta- y, además, era jugador del rival vasco en la élite, el Tau.
Singleton y Teletovic
Pese a todo Claver seguía líder del concurso de mates del primer título oficial de la temporada. Dependía de él mismo. Aplaudió el tercer mate de Singleton: su compañero Mirza Teletovic tiró la pelota al borde del tablero y aquel cogió el balón y lo machacó. Sí logró la mejor puntuación: el público seguía con Claver.
Aún le quedaba otra sorpresa al alero valenciano, que se colocó de espaldas, lanzó la pelota para adelante, esperó a que botara, saltó en el centro de la zona y culminó con la mano derecho. Ahora sí lograba la mejor puntuación. Era el ganador, se convertía en el segundo español en conseguirlo tras el amateur Cuellar.
"Nunca pude imaginarme que ganaría este concurso. Es increíble", dijo Victor Claver, que no precisó en qué gastaría los 7.000 euros del premio. "Quizás en una cenita". Allí estaría su padre, su gran valedor, que hizo lo imposible para que acabase jugando en la Fonteta, pero que no precipitó su fichaje y siempre tuvo claro que el jugador no podía aparcar los estudios. Por eso no quiso cambiarle de los Maristas, de su colegio.
Seis meses antológicos
Lleva Claver seis meses antológicos. Ha pasado de ser un joven medio desconocido que jugaba esporádicamente pocos minutos a ser uno de los ídolos de la Liga ACB. Debutó en la tercera jornada ante el Barça en el Palau Blaugrana, donde apenas jugó tres minutos e intentó un triple. Logró su primer punto tras jugar siete partidos más, contra el Gran Canaria. Y en la cita siguiente, el pasado 6 de abril ante el Akasvayu, se encumbró: se presentó en sociedad.
El alero valenciano entró con 61-43 y no defraudó al técnico Fotis Katsikaris. Claver anotó cuatro canastas sin fallo (ocho puntos) y se atrevió con dos mates. Fue el gran revulsivo y el Pamesa acabó venciendo 71-74. Pero cuando se consagró fue en cuartos de final de la ACB ante el Real Madrid, especialmente en el tercer partido de la serie, cuando anotó 18 puntos. Nadie lo había logrado en playoffs con esa edad.
El penúltimo sueño del jugador valenciano fue ser uno de los tres invitados para ir a la concentración previa al Eurobasket. El último ha sido ganar el concurso de mates. Logros que no sorprenden a aquellos que lo vieron brillar en el Torneo Júnior de L'Hospitalet. La Benetton se ha interesado por él. La NBA le sondea. Su futuro, como sus mates, parece no tener límite.
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