"Nunca podré devolveros todo lo que me habéis dado. Gracias de todo corazón", se sinceraba, con voz temblorosa, Roberto Dueñas (Madrid, 1975). Así agradecía al público su devoción uno de los pívots más determinantes de Europa de finales de los noventa e inicios de este siglo. El eterno dorsal 12 del Barça. Porque ningún jugador llevará nunca más ese número en el club azulgrana. Su camiseta colgará junto al 4 de Andrés Jiménez, el 7 de Nacho Solozábal y el 15 de Epi en el actual Palau -"jugar aquí ha sido el privilegio más grande"-. Seguirá en lo más alto del nuevo pabellón, aún por construir.
El acto a Dueñas, que se retira del básket cansado de sus problemas de espalda, se hizo el día idóneo, durante partido entre su segundo equipo, el Fuenlabrada, y el Barça, donde triunfó a lo largo de una década, entre 1995 y 2005. El grupo de Ivanovic le homenajeó a su manera, con un recital de triples (14 de 23). Una exhibición que le bastó para ganar 78-62 a un Fuenlabrada voluntarioso y liderado por el nuevo techo de la Liga. John Peter Ramos mide 2'22 metros, un centímetro más que el gigante Dueñas.
Con triples el Barça minimizó el reducido testimonial papel de sus jugadores interiores, que sólo aportaron 25 de los 78 puntos del equipo y cinco rebotes. Unos datos que cualquier otro día le hubiesen supuesto una contundente derrota. Ese déficit fue mérito de la defensa cambiante del Fuenlabrada. Y partido estuvo igualado hasta que apareció Gianluca Basile, el máximo anotador con 17 puntos. Lo suele ser cuando está en racha. Entonces sus porcentajes son brillantes. Ante el conjunto de Luis Casimiro anotó cinco de los nueve intentos que lanzó, y que fue decisivo en el último cuarto con un parcial de 18-10 que sentenció el encuentro (76-60, minuto 37).
Basile, con un 41% de acierto, es el tercer jugador más fiable desde 6'25 de la Liga ACB tras el base del DKV Joventut Demond Mallet (52% y 4/6 esta jornada ante el Grupo Begar León) y su compañero en el Barça Jaka Lakovic (42% y 3/4). Con tan sólo dos partidos disputados el capitán azulgrana Roger Grimau ha anotado tres de los cinco que ha lanzado (60% y 3/3 ante el Fuenlabrada).
Puntos repartidos
El Barça se siente cómodo en las transiciones rápidas. En ese contexto es en el que mejor se desenvuelven sus jugadores, que son capaces del ataque más brillante, pero también del despiste más vergonzoso. En el primer período el conjunto azulgrana jugó a su ritmo. Le funcionó: anotaba de todas las formas posibles: un mate de Trias, un triple de Ilyasova... Todos los miembros del quinteto inicial habían logrado alguna canasta a los ocho minutos (20-15).
Sufre el grupo de Ivanovic con los pívots inmensos y habilidosos. Padeció ante Petkovic en su debut en la Euroliga en Partizán, volvió a pasarlo mal ante Ramos. El pívot puertorriqueño ha olvidado su inicio de temporada irregular y se reivindicó en el Palau. Especialmente brillante estuvo en el primer cuarto, hasta que Basile (o el árbitro) le sacó la tercera personal. Hasta entonces llevaba ocho puntos y tres rebotes (acabaría con 12 puntos y sin sumar más rechaces).
Clara ventaja y gran parcial visitante
De la excelencia a la mediocridad pasó el Barça en el segundo cuarto. Con un par de jugadas de Denis Marconato y Fran Vázquez y cuatro triples logró una cómoda ventaja de 12 puntos (38-26, minuto 17). Y fue entonces cuando, incomprensiblemente, se descompuso. Se transformó en un rival de perfil bajo: perdió tres pelotas consecutivas (hasta siete en el período). Y el Fuenlabrada, sin su estrella, el pívot estadounidense Tom Wideman (en el banquillo con dos puntos) y con Marko Tomas desaparecido (una sola canasta), se agarró a Salva Guardia. Su eterno capitán lideró el parcial de 0-9 con el que acabó la primera parte (38-35).
La igualdad continuó en la reanudación. El Fuenlabrada optaba por ataques largos y una selección de tiros de dos muy buena (15 de 22, 68% de acierto), pero se obsesionó demasiado con lanzar triples. Quizás se contagió del rival y su ansia le condenó (siete de 26).
Combinaba contras y lanzamientos de tres el Barça, pero seguía sin sentenciar el partido. Resistía el Fuenlabrada, con Ramos, con Tomas, que ahora sí era decisivo (11 puntos en la segunda parte). El grupo de Luis Casimiro llegó a acercarse a cinco (53-48, minuto 29), pero el Barça acabó sentenciando a la contra y a base de triples. Lanzamientos geniales, lanzamientos con suerte como el de Basile que entró tras tocar el tablero. El escolta italiano metió dos triples consecutivos, los que iniciaron un parcial de 18-10 que sentenció el partido. Grimau anotó su tercer triple de tres intentos y demostró que, tras su lesión, tiene sitio en el grupo. Fue el mejor homenaje que el Barça le podía haber dado a Dueñas. A su eterno 12.
El acto a Dueñas, que se retira del básket cansado de sus problemas de espalda, se hizo el día idóneo, durante partido entre su segundo equipo, el Fuenlabrada, y el Barça, donde triunfó a lo largo de una década, entre 1995 y 2005. El grupo de Ivanovic le homenajeó a su manera, con un recital de triples (14 de 23). Una exhibición que le bastó para ganar 78-62 a un Fuenlabrada voluntarioso y liderado por el nuevo techo de la Liga. John Peter Ramos mide 2'22 metros, un centímetro más que el gigante Dueñas.
Con triples el Barça minimizó el reducido testimonial papel de sus jugadores interiores, que sólo aportaron 25 de los 78 puntos del equipo y cinco rebotes. Unos datos que cualquier otro día le hubiesen supuesto una contundente derrota. Ese déficit fue mérito de la defensa cambiante del Fuenlabrada. Y partido estuvo igualado hasta que apareció Gianluca Basile, el máximo anotador con 17 puntos. Lo suele ser cuando está en racha. Entonces sus porcentajes son brillantes. Ante el conjunto de Luis Casimiro anotó cinco de los nueve intentos que lanzó, y que fue decisivo en el último cuarto con un parcial de 18-10 que sentenció el encuentro (76-60, minuto 37).
Basile, con un 41% de acierto, es el tercer jugador más fiable desde 6'25 de la Liga ACB tras el base del DKV Joventut Demond Mallet (52% y 4/6 esta jornada ante el Grupo Begar León) y su compañero en el Barça Jaka Lakovic (42% y 3/4). Con tan sólo dos partidos disputados el capitán azulgrana Roger Grimau ha anotado tres de los cinco que ha lanzado (60% y 3/3 ante el Fuenlabrada).
Puntos repartidos
El Barça se siente cómodo en las transiciones rápidas. En ese contexto es en el que mejor se desenvuelven sus jugadores, que son capaces del ataque más brillante, pero también del despiste más vergonzoso. En el primer período el conjunto azulgrana jugó a su ritmo. Le funcionó: anotaba de todas las formas posibles: un mate de Trias, un triple de Ilyasova... Todos los miembros del quinteto inicial habían logrado alguna canasta a los ocho minutos (20-15).
Sufre el grupo de Ivanovic con los pívots inmensos y habilidosos. Padeció ante Petkovic en su debut en la Euroliga en Partizán, volvió a pasarlo mal ante Ramos. El pívot puertorriqueño ha olvidado su inicio de temporada irregular y se reivindicó en el Palau. Especialmente brillante estuvo en el primer cuarto, hasta que Basile (o el árbitro) le sacó la tercera personal. Hasta entonces llevaba ocho puntos y tres rebotes (acabaría con 12 puntos y sin sumar más rechaces).
Clara ventaja y gran parcial visitante
De la excelencia a la mediocridad pasó el Barça en el segundo cuarto. Con un par de jugadas de Denis Marconato y Fran Vázquez y cuatro triples logró una cómoda ventaja de 12 puntos (38-26, minuto 17). Y fue entonces cuando, incomprensiblemente, se descompuso. Se transformó en un rival de perfil bajo: perdió tres pelotas consecutivas (hasta siete en el período). Y el Fuenlabrada, sin su estrella, el pívot estadounidense Tom Wideman (en el banquillo con dos puntos) y con Marko Tomas desaparecido (una sola canasta), se agarró a Salva Guardia. Su eterno capitán lideró el parcial de 0-9 con el que acabó la primera parte (38-35).
La igualdad continuó en la reanudación. El Fuenlabrada optaba por ataques largos y una selección de tiros de dos muy buena (15 de 22, 68% de acierto), pero se obsesionó demasiado con lanzar triples. Quizás se contagió del rival y su ansia le condenó (siete de 26).
Combinaba contras y lanzamientos de tres el Barça, pero seguía sin sentenciar el partido. Resistía el Fuenlabrada, con Ramos, con Tomas, que ahora sí era decisivo (11 puntos en la segunda parte). El grupo de Luis Casimiro llegó a acercarse a cinco (53-48, minuto 29), pero el Barça acabó sentenciando a la contra y a base de triples. Lanzamientos geniales, lanzamientos con suerte como el de Basile que entró tras tocar el tablero. El escolta italiano metió dos triples consecutivos, los que iniciaron un parcial de 18-10 que sentenció el partido. Grimau anotó su tercer triple de tres intentos y demostró que, tras su lesión, tiene sitio en el grupo. Fue el mejor homenaje que el Barça le podía haber dado a Dueñas. A su eterno 12.
1 comentario :
Dudo mucho que el Barça tenga nunca más a un jugador como Dueñas en esa posición
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