Algo original se le ocurrirá a Valentino Rossi para celebrar su octavo título mundial, el sexto en la categoría reina. La ocasión lo merece: está a punto de recuperar la hegemonía perdida, de volver a ser el número uno tres años después. Il Dottore logró su último Mundial el 26 de septiembre de 2005 en Sepang (Malasia) y lo celebró poniéndose una camiseta con el número siete y haciéndose una foto con siete amigos caracterizados de enanitos. Representaban ser los del famoso cuento infantil y cada uno llevaba un cartel colgado del cuello con las dos últimas cifras del año en el que ganó un Mundial: 97, 99, 01, 02, 03, 04 y 05. “He igualado a Gigi (Agostini) y tengo 75 puntos de ventaja…”, resumía hoy, relajado, el piloto de Yamaha tras lograr su sexta victoria de a temporada en el GP de San Marino (su compañero Jorge Lorenzo, segundo, y Toni Elias, tercero, le acompañaron en el podio, Dani Pedrosa fue cuarto). Ahora, tras dos cursos muy complicados y sus problemas con el Fisco, Rossi ya puede ir pensando en montar otra celebración peculiar para festejar que de nuevo vuelve a ser el más grande. Ante la prensa no se mostró especialmente emocionado, como si fuera rutinario haber igualado el récord de 68 victorias en la máxima categoría del mejor piloto de la historia. Un éxito que coincidió con el 700º triunfo italiano en el Mundial y con otra caída de su máximo rival, el actual campeón, Casey Stoner. A falta de 125 puntos la distancia ha aumentado hasta los 75. Sólo una remontada inédita e inesperada puede frustrar el retorno oficioso de Rossi a la excelencia.
El circuito de Misano se convirtió en un multitudinario homenaje a Il Dottore, probablemente el deportista italiano más querido y admirado de la actualidad. En este caso iba a su favor el factor de proximidad: el trazado tan sólo está a poco más de
Otra caída de Stoner
La carrera se deshizo demasiado pronto: en la octava vuelta quedaron resueltas las tres posiciones de podio y la cuarta plaza. Stoner, resentido de una antigua lesión en el escafoides de la mano izquierda, se cayó cuando rodaba primero con tres segundos de ventaja sobre Rossi y tras realizar otra gran salida (partía con la pole por séptima vez consecutiva). El australiano lleva dos grandes premios abandonando y tres cayéndose. En Laguna Seca pudo levantar su moto y concluir segundo, ni en Brno ni en Misano tuvo esa suerte. Sus últimas actuaciones no tienen nada que ver con la seguridad que demostró en 2007, sino más bien con recuerdan a la irregularidad que marcó su debut en MotoGP, en el que se ganó, por sus continuas caídas, un apodo muy cruel, el de Rollingstoner.
“Nunca corro por ser segundo”, zanjó Rossi, que pese a la distancia que le sacaba Stoner siguió arriesgando y completando vueltas cada vez más rápidas. En cuanto su rival se cayó rebajó la velocidad. No era cuestión de arriesgar un triunfo fácil en el que tan sólo se tuvo que esforzar en sobrepasar a Pedrosa. Lo hizo con otro adelantamiento al límite por el interior, en una acción tan arriesgada como genial. El piloto catalán sólo se resistió en la recta siguiente. A partir de ahí empezó su declive: dos vueltas más tarde, en la cuarta, su enemigo mediático, Lorenzo, le superó. Con la misma facilidad con la que lo hizo metros después Elias.
“No ha sido una decisión mía”
“Un piloto sin confianza no puede ganar mucho”, sentenció Pedrosa, que anunció que correrá las últimas pruebas con neumáticos Bridgestone. “No ha sido una decisión mía, sino del equipo. Yo simplemente les he transmitido mis sensaciones, que últimamente no eran buenas”, añadió el piloto de Honda para justificar que su moto deje de llevar Michelin.
Más tranquilo se mostraba Lorenzo, que llevaba tan sólo 26 puntos en las últimas siete pruebas. “No, no que en ningún momento nos fuéramos. Sabíamos que teníamos calidad suficiente para estar arriba”, aseguró el piloto de Yamaha, que acabó segundo y parece que puede volver a ser el del inicio de la temporada. En su estreno en MotoGP logró las tres primeras poles de la temporada, ganó su primera carrera en la tercera cita (Portugal) y protagonizó un par de carreras (China y Francia) realmente prodigiosas pese a tener que pasarse casi todo el día en una silla de ruedas tras su trompazo en el trazado de Shanghai.
En Misano Elias también hizo callar varias bocas, las de aquéllos que proclamaban que su segundo puesto en Brno 15 días antes había sido una casualidad. “He leído muchas cosas, pero creo que he demostrado que esas cosas no eran ciertas. Me hubiese gustado ganar para ofrecerle la victoria a las familias de las víctimas del accidente de Barajas”, explicó el corredor catalán. “¡Bravo! ¡Bravo! Te estás acostumbrando a estar arriba”, le interrumpió, divertido, Rossi. El icono del motociclismo moderno está a punto de ser el más grande. En la salida el mismísimo Diego Armando Maradona así se lo dijo: “Tú eres la historia”. Y le besó las manos: un gesto casi bíblico.
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