En el presente del Barça se reproduce un mal de su pasado más inmediato: la ausencia de un 3 alto. Un déficit que no se puede permitir un equipo construido para volver a ser grande tanto en Europa como en la Liga ACB. Un déficit demasiado grande para poder doblegar al CSKA de Moscú, actual campeón de la Euroliga, y una facilidad extrema para su estrella, Ramunas Siskauskas, el mejor 3 alto del continente. Con 18 puntos en el último cuarto, el escolta lituano empezó a opositar para ser escogido MVP de la Final Four de Berlín con 29 tantos en total y paralizó al Barça, que no supo cómo frenarle tras ir ganando los primeros 33 minutos y rozó la final (78-82). El conjunto azulgrana tendrá que conformarse con disputar el tercer puesto con Olympiacos, que perdió 82-84 en un excelente partido ante Panathinaikos resuelto por la clarividencia de Sarunas Jasikevicius.
Había recalcado Xavi Pascual que estaba especialmente preocupado por el control de las emociones, por cómo sería capaz de gestionar su equipo un posible mal comienzo o un parcial desfavorable. No le faltaba razón al técnico azulgrana para darle vueltas al asunto, capital para la actitud y el acierto, para estar más seguros en el rebote y acertar más con los triples, por ejemplo. Un factor que acabó siendo decisivo en un último período monopolizado por Siskauskas (tres triples sin fallo) y que el Barça empezó encajando un parcial de 5-13. El CKSA se puso por delante por primera vez (61-62 a falta de 6m45s), una ventaja que llegaría a ser de un máximo de seis puntos (61-67 a falta de 5m28s). El grupo ruso, perfectamente estudiado y esculpido por Ettore Messina, no cedería hasta el final. Su rival puso el resto, como dos pérdidas infantiles de Jaka Lakovic y la candidez de Fran Vázquez y Ersan Ilyasova, la pareja interior de moda sólo aportó ocho puntos.
Comienzo espléndido
No se esperaba un final tan desacertado del Barça viendo cómo había empezado el encuentro. Con tanto pragmatismo como fiabilidad, anulando a su rival, en el que sorprendentemente no había salido de titular Siskauskas. Un error de Messina que el grupo de Pascual enfatizó adelantándose 17-6 (a los 5m45s) en un ejercicio espléndido de triples (4 de 5) y de suficiencia de Daniel Santiago y David Andersen en la pintura. El pívot australiano ha aparecido con cuentagotas esta temporada, pero se justificó el día clave, como ya había hecho antes en el cuarto y quinto partido de la serie de cuartos ante el Tau.
El problema para el conjunto azulgrana fue que Andersen (24 puntos) parecía ser el único jugador capaz de no ser intermitente, de no desaparecer un rato y comparecer después. Sólo Jaka Lakovic y Juan Carlos Navarro superaron también la barrera de los seis puntos (13). Pero la actuación de ambos fue puntual. Lakovic llegó al descanso como máximo anotador con 11 puntos, pero sólo sumaría dos más. La historia contraria a la de Navarro, que se pasó casi toda la primera parte en el banquillo cargado con personales –llevaba dos en el ecuador del primer período y en el segundo período cometió la tercera 20 seg. después de volver a pista–. El drama de La Bomba era mérito especialmente de Trajan Langdon, a quien apodan con acierto Asesino de Alaska, curtido en situaciones similares. El MVP de la última Final Four fue el principal reclama del CSKA en sus momentos más comprometidos (21-12, minuto 10) y otra piedra fundamental de la reacción (parcial de 0-6 en el segundo período, 21-18 a los 10m58s). Ilyasova fue el damnificado por la reacción del grupo de Messina tras no haber jugado ni un minuto. El ala-pívot turco salió destemplado, como cualquier turista con jet lag. Empatado con Sergi Llull como mejor joven de la Euroliga, Ilyasova siempre aportó más nervios y tiros mal seleccionados que algo positivo.
Tenía el Barça un filón en Andersen, tan eficaz para anotar lo improbable como habilidoso para palmear al límite del descanso (36-32) y que anotaría ocho puntos en el tercer cuarto, en el que por fin surgió para el CSKA Lorbek, con exacto registro en dicho período y que no volvería a sumar más. Con Navarro en pista, bien defendido por Langdon, el CSKA empató por primera vez (52-52 a los 27m32s) con el primer triple de Siskauskas, que hasta entonces sólo llevaba seis puntos y llegaría a los 29 puntos. El déficit de no tener un 3 alto acabó siendo decisivo, tanto como algunos detalles en el último período: un par de pérdidas de Lakovic o triples mal seleccionados. Navarro pondría el 74-76 a 1m04s del final, pero Siskauskas a 44s casi sentenciaría con un palmeo (74-78 a 44seg.). Andersen perdería el balón en el siguiente ataque y el partido se consumió con tiros libres de unos y otros. El Barça no estará en la final. Aspirará a ser el tercer mejor de Europa. Una aspiración menor.
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