sábado, 20 de junio de 2009

Bronce para España, su quinta medalla consecutiva en unos Europeos

Palau, Abalde, Torrens, Cruz, Sánchez y Lima celebran la medalla -FIBA Europe.



Continúa España instalada en las posiciones de privilegio, entre las mejores, a pesar de los cambios de jugadoras y técnicos. La selección tiene un presente brillante y un futuro para aspirar a expectativas parecidas. Sigue en el mejor momento de su historia, pues hasta 1993 no había ganado ninguna medalla (obtuvo el oro en el Eurobásket de Perugia) y ahora encadena cinco medallas consecutivas en Europeos. Lleva una trayectoria impecable desde el bronce en Orleans (2001) al mismo metal en Letonia, conseguido tras ganar a Bielorrusia por 63-56. Un premio merecido y trabajado en un torneo en el que ha sido el mejor equipo defensivo y sólo ha perdido un encuentro, el de cuartos ante Rusia, que como en las tres competiciones precedentes le superó en una eliminatoria. Francia es la campeona después de superar contra pronóstico a las rusas 57-53.

El bronce fue sufrido hasta el último instante, pese a que la selección acumulase una renta de 19 puntos (27-8 a los 13m35s) gracias a que su rival estuviese la barbaridad de 8m20s sin anotar ni una sola canasta. Pero Bielorrusia, poco a poco, iría reduciendo la ventaja y a falta de 45seg se presentó a tan sólo cinco puntos (61-56) tras un triple de Marchanka, ataviada con una protección nada discreta en la cara. Evaristo Pérez pidió tiempo muerto e Isa Sánchez, calma a sus compañeras, que no la tuvieron. España jugó un ataque largo y Amaya Valdemoro (11 puntos), símbolo de los éxitos de la selección y también de las decepciones, falló desde 6’25. Elisa Aguilar cometería personal sobre Trafimava y ésta, justo después, lanzaría un triple que pasó a algunos metros de distancia del aro. Las españolas, ahora sí, podían celebrar otro éxito para el baloncesto nacional.

Velocidad y robos

A Bielorrusia le faltó competitividad, compromiso, agresividad y efectividad en la primera parte. Básicamente porque se pasó casi un cuarto sin sumar ni un solo punto desde que Anufrienka anotó el octavo de su equipo (9-8) tras un inicio interesante de Bielorrusia, que basaba su juego en Leuchanka, la versión modesta y con menos recursos de la rusa Stepanova. Incomprensiblemente Bielorrusia pasó a ser poco más que un grupo de amigas a las que les gusta hacer deporte: hasta 12 balones perdieron en los dos primeros cuartos y sólo sacaron cuatro personales a su rival. Una España que podía y sabía jugar a la perfección al contraataque, aprovechando su velocidad y su predisposición a confundir al rival, a robarle pelotas.

Evaristo Pérez empezó a mirar al banquillo y dio oportunidades a las que habían tenido menos minutos. En esa tesitura estaba Tamara Abalde, probablemente la más conocida de la selección por criterios estéticos, que en medio minuto anotó cuatro puntos, uno menos de los que llevaba en todo el campeonato. La selección se entrenaba de forma oficiosa y Valdemoro y Ana Cruz se recreaban sin contemplaciones, como había hecho antes Alba Torrens (10 puntos). El monólogo, por suerte para el espectador, se acabó con un triple de Marchanka. Quedaba comprobado que a Bielorrusia no se le había olvidado cuál era su misión en la pista ni cómo había sido su estreno en un Eurobásket hace dos años -en Chieti fue bronce tras perder en semifinales ante España-.

Triple de Marchanka

El triple de Marchanka replanteó totalmente a Bielorrusia. Demostró que tenía más recursos que el ataque estático y Verameyenka (13 puntos y cinco rebotes), todo un incordio para las interiores españolas y la mejor taponadora del Eurobásket, protagonizó la primera contra de su equipo. Más meritorio fue el triple de Anufrienka, que había hasta entonces había fallado los quince que había lanzado en el torneo. “Dejadle que tire”, proponía Evaristo Pérez. Al descanso se llegó con 36-20.

España se reincorporó al partido con cierta apatía, con la actitud de quien ve las cosas tan hechas que no se preocupa de los detalles. Y los matices son importantísimos. La selección pagó su confianza con un parcial de 0-7 (36-27 a los 21m48s). A partir de ese momento empezó a ver recortadas sus ventajas (ocho, 41-33; seis, 41-35), hasta llegar a cinco (43-38 a 26m19s). Una situación que mediaron Ana Montañana (16 puntos, 6/15) con un triple y la propia Bielorrusia, en una acción cómica entre Padabed y Trafimava –a cualquier cosa se le llama asistencia–. Otro lanzamiento desde más allá de 6’25 de Laura Nicholls (su único acierto desde la distancia en el campeonato) impulsaron a España (49-40, minuto 30), que alcanzó los 12 de renta con la única canasta de Cindy Lima (60-48 a 3m22s). El preludio de un final temerario en el que pudo perder el bronce que tanto había merecido durante el Eurobásket. Entró el triple de Marchanka, pero no el de Trafimava, y Valdemoro concluiría el partido con una entrada sin oposición. España suma su quinta medalla en unos Europeos. No se mueve del pódium.

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