La fortaleza es la principal virtud de este Barça. Es un grupo convencido de sus posibilidades, capaz de rehacerse de sus bajones con una naturalidad sorprendente. Es el conjunto azulgrana quien decide el desarrollo del partido según su juego, sus errores y aciertos. Parece que el rival sea una simple marioneta y, sin duda, ve muy reducidas sus prestaciones, como le sucedió al Montepaschi, que también llegaba invicto y acabó lejos de sí mismo, con 19 puntos menos de los que promediaba y 21 más en contra (65-84). El excepcional triunfo del Barça en Siena, el primero desde 2004, le deja líder en solitario del grupo A. Boniface Ndong, con 19 puntos (9/10), fue el máximo anotador de un partido con el que los azulgrana refuerzan el respeto que les tienen los rivales y los otros aspirantes en ganar el torneo. Un doble parcial de 0-11 entre el tercer y últimos cuartos desmoralizó a los italianos.
Pasaba el Montepaschi por ser el mejor equipo en triples, con 11/24, pero ante el Barça se quedó en 3/10 porque Xavi Pascual ordenó una defensa a conciencia de los tiradores. Y quien más notó dicha táctica fue McIntyre (13 puntos), harto de tener siempre pegado a Ricky Rubio (seis puntos y cinco asistencias) y que sólo destacó cuando encadenó un par de triples seguidos que acercaron a su equipo (62-70 a 5m 31s). Pero de ahí al final los locales sólo anotaron tres puntos más y entre Ndong y Juan Carlos Navarro (12 puntos, 3/9 en triples) aseguraron una victoria contundente que no admite dudas en las estadísticas (el conjunto azulgrana alcanzó 106 de valoración).
En lo bueno y en lo malo
Pascual justificó su merecida ampliación de contrato por un año más con otro partido serio desde la defensa, con la que logró una primera ventaja considerable dada la dificultad de la pista (10-15 a los 5m 26s). Un tanteo que precedió a la segunda personal de McIntyre. Sin su base titular en pista y con el ex azulgrana Sato poco participativo, el Montepaschi supo reaccionar por el propio Barça, que empezó a alejarse de la canasta, como si el básket tuviese el mismo funcionamiento que jugar al escondite. Pero incluso así, cuando parecía tener pánico a acercarse a la zona, no se tambaleó el conjunto azulgrana y encontró en los triples su alivio inmediato. Tres en tres minutos volvieron a impulsar al Barça, que recuperó su mejor juego, otra vez con sus pívots como verdaderos protagonistas.
El público y el Montepaschi estaban más pendientes de proclamar lo que ellos consideraban injusticias que de proponer soluciones: Domercant se ganó una técnica absurda y McIntyre pasó de anotar una canasta complicada a cometer dobles. No le iba mejor a Sato, que facilitó un tres más uno de Ricky, quien cerraría el marcador al descanso (34-43). El déficit del Barça continuaba siendo el rebote y sus jugadores interiores se repartían cuatro rebotes, tan sólo uno ofensivo.
Falto de recursos y de tiro, el Montepaschi se sostuvo a base de tiros libres en el tercer cuarto y con un triple de Domercant se puso 53-57 (a los 29m 10s). Pero el Barça respondió con un parcial de 0-11 con Morris como protagonista. Exacta réplica cuando McIntyre metió sus dos triples (63-70 a 5m 31s). Un par de jugadas de Ndong, tan ligero que parecía un base acabaron definitivamente con los locales, malacostumbrados en la Lega, donde sólo encuentra el incentivo de ser aún mejor que el año anterior. Montepaschi encadena tres títulos desde 2007 y el curso pasado tan sólo perdió un partido, de los ¡diez! que ha perdido en tres temporadas y media, en 136 partidos. En Siena el Barça logró el liderato y respeto, que nunca está de más.
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