miércoles, 30 de diciembre de 2009

Despedida discreta a un año mayúsculo

Sada bota la pelota perseguido por Daniel lópez -EFE.


No se puede quejar el Barça del 2009, en el rozó el partido final en la Euroliga y recuperó su prestigio ganando la Liga y la Supercopa. Éxitos que logró cambiando sus piezas y siempre con Juan Carlos Navarro como referente. Pero la gran diferencia entre el curso pasado y éste no es otra que el cambio que hizo en el puesto de base. Donde antes estaba el defenestrado André Barrett ahora destaca Ricky Rubio, el faro de un equipo de fuegos artificiales en ataque y de inconformismo en defensa. Se despidió el Barça del año en casa y ante su afición, pero lo hizo de forma discreta ganando por 65-45 a un Sukuzi Manresa voluntarioso, pero ineficaz que alcanzó el descanso con tan sólo… ¡16 puntos!


Hasta siete estadísticas diferentes domina el conjunto azulgrana en la Liga ACB, de la que es líder con dos triunfos de renta sobre Caja Laboral y hasta tres respecto a Real Madrid y a Power Electronics Valencia. No es casual que el Barça sea, por ejemplo, quien más pelotas recupera. Una virtud que exige físico, intensidad y cabezonería. Cualidades que reúne gente como Roger Grimau y Víctor Sada (cinco rebotes, sólo superado por Boniface Ndong y Kaloyan Ivanov con ocho). Características en las que sobresale Ricky, que en unos días ha dejado en evidencia a todos aquéllos que proclamaban –y exigían– que lanzase más y mejor. A sus cuatro asistencias y rebotes, y dos recuperaciones el ex jugador del DKV Joventut sumó 12 puntos con un 3/4 en triples. Su decisión final de quedarse en Barcelona y aparcar su llegada a la NBA.


Montañez, muy desacertado


Ricky fue el primero en poner cordura a un Barça que salió excitado, excesivamente predispuesto a hacer más cosas de las que se pueden hacer por segundo. Una actitud que se tradujo en un sinfín de triples lanzados sin descanso y sin acierto, fomentados por la contundencia en el rebote ofensivo de los azulgrana y la fragilidad defensiva del Suzuki Manresa. Muy pequeños se sintieron los visitantes, que sólo resultaron competitivos en los primeros tres minutos con sus únicas rentas (0-4 y 2-4), hasta que Ricky anotó su primer triple. El fin prematuro del conjunto de Jaume Ponsarnau, que cedió ante el ímpetu de Navarro (20 puntos), el talento de Pete Mickeal (siete) y el terrible desacierto de Román Montañez, su referente esta temporada (-5, 1/6). Tanto se encogieron los visitantes que sólo aportaron doce puntos más antes de que el árbitro señalase que había llegado el tiempo para marcharse a vestuarios.


Le vino bien esa tregua temporal al Suzuki Manresa, especialmente a Rodrigo San Miguel, que está creciendo como jugador a un ritmo considerable y forma parte del selecto grupo de jugadores capaces de cambiar por completo el sino de un partido al ritmo de contraataque. Pero con el 34-16 y sin ayudas (sólo Cusworth superó los cinco puntos, 11 pero con 5/13) la intención de San Miguel se quedó en un gran tercer cuarto, cuando anotó 10 de sus 15 puntos y lideró a su equipo a ganar el cuarto por 13-19.


Poco más vería y disfrutaría el Palau, más preocupado por la salud de Ricky –abandonó el parqué doliéndose del codo derecho –que por un marcador discreto, pero suficiente. Salió fue un pequeño susto para el base, que volvió sin problemas a la pista para poder celebrar el 710º triple de Navarro en ACB, que permitió a La Bomba igualar el registro de Xavi Fernández, y el 711º y último del escolta internacional, que le dejó a tan sólo otro de la marca de Rafa Jofresa, el cuarto anotador histórico de la competición. El sábado (La 2, 18.00 horas) y en Bilbao Navarro tendrá la oportunidad de subir un escalón más. Su Barça intentará comenzar el 2010 con la misma solidez que ha demostrado en este año tan mayúsculo.


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