domingo, 10 de enero de 2010

Mayor surtido, victoria de siempre

Reyes intenta asistir a un compañero ante Gladyr y Lewis -ACB Photo.


No hay equipo que se le dé peor al Suzuki Manresa que el Real Madrid, al que no gana desde el año más historia de su historia. Desde 1998 cuando superó al conjunto blanco en las semifinales de una Liga ACB que acabaría ganando contra pronóstico y con el factor en cancha siempre en contra. La curiosa estadística continuó en un partido bastante parejo que el Real Madrid resolvió en el ecuador del último cuarto con un parcial de 0-11. Siempre con Darjus Lavrinovic (18 puntos, 12 rebotes para un total de 31 de valoración) como hombre para todo y la importante reaparición de los lesionados Felipe Reyes y Travis Hansen. Dos buenas nuevas para Ettore Messina, descansado también por tener un problema menos con la cesión hasta final de curso de Axel Hervelle a Bilbao, de quitar temporalmente de encima a un jugador con el que no contaba nada de nada. Con su triunfo en Manresa por 76-90 los blancos, además de efectivos, recuperaron juego y resultados, pues sumó la segunda victoria consecutiva después de haber encadenado hasta cuatro derrotas seguidas en el torneo.


El marcador fue excesivamente abultado para la igualdad de tres cuartas partes del encuentro. “Ha sido muy duro”, resolvió Reyes, que confesó que el equipo jugó mucho mejor que los días precedentes y, a nivel personal, tuvo una buena reaparición. El icono del Real Madrid marcó nueve de sus once puntos (cinco rebotes) en un segundo cuarto vistoso en el que los locales rentabilizaron más su juego exterior (Román Montañez anotó diez tantos en dicho período). Desaprovechó el Suzuki Manresa lo que había aprovechado antes y después, el rendimiento de una pareja de pívots que le debe mantenerse en la zona cómoda de la clasificación, cerca de opositar por los playoff y lejos de intentar no descender. Brian Cusworth (15) y Kaloyan Ivanov (14) son dos pívots solventes y versátiles. E Ivanov es de ésos que van sumando casi en silencio: rebotea bien y tiene un tiro más que interesante. Lástima que la calidad de los otros dos no sea similar, pues ni Alfons Alzamora ni el veterano Larry Lewis –sustituto del lesionado Ahmad Nivins– disponen de dichos recursos ni tampoco con tanta confianza del técnico Jaume Ponsarnau, que ha conseguido que el equipo pudiese soñar con la última plaza de la Copa. Es cierto que necesitaba varias carambolas casi imposibles y no lo es menos que su derrota en la jornada anterior en Sevilla ante el Cajasol les dejó casi sin opciones. Pero el mérito sigue intacto.


Jaric, un acierto


Como mérito y criterio ha tenido Messina en la contratación de Marko Jaric (13 puntos y cinco asistencias), capaz de canastas inverosímiles y que le ha dado consistencia a un equipo que por jornadas era tan estable como la gelatina. El buen papel de Jaric coincidió otra vez con una actuación discretísima de Pablo Prigioni, al que desde la dirección técnica siempre encontraron prioritario y marcaron como el primer fichaje en orden de preferencia. Entre los primeros estuvo siempre Lavrinovic, el mejor en Manresa junto con Rimantas Kaukenas (16), y el único del equipo regular, ya que si Reyes centró casi todos sus puntos en el segundo cuarto, Louis Bullock y Sergi Vidal lo hicieron en el primero (seis cada uno).


Asegura Reyes que se ha tranquilizado y que consigue dominar mejor su carácter. Habla el pívot cordobés de sus protestas a árbitros y rivales, de una forma de ser que le hace ser antipopular entre un grupo relativamente amplio de aficionados. Pero también es verdad que nadie le puede acusar de sangre de horchata. Así que Reyes tuvo una venada de las suyas y le regaló a Ivanov hasta cuatro tiros personales cometiendo personal y protestándola. Se fue al banquillo muy enfadado (61-61 a los 28m 39s). Pero no la acción no desconcentró al Real Madrid, impulsado de nuevo por Lavrinovic, Jaric y Novika Velickovic, el pupilo de un Messina que por fin está cerca de tener a su equipo al completo.

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