Alonso señala la imagen de Ferrari en su volante - EFE. |
Número de la perfección, el diez es la primera cifra con dos dígitos, pero también puede llegar a ser una cifra incómoda. Lo era para Fernando Alonso (Oviedo, 1981), que aterrizó en Silvestone con una marca impropia de él y de Ferrari: diez carreras sin ganar, desde la cita en Corea. 52 vueltas después, tras un par de errores grandiosos de Red Bull en el pit stop, el asturiano pudo celebrar su primer triunfo del curso en el GP de Gran Bretaña. Alonso aprovechó los despistes de los mecánicos rivales con Mark Webber primero y después con Sebastian Vettel, ayudas ajenas cierto, pero también marcó un ritmo muy superior a sus rivales y acabó sacándole 16 segundos y medio al alemán. Una diferencia extrema favorecida por las mejoras en el 150º Ferrari -el fondo plano, las suspensiones, los nuevos alerones y los escapes- y también por la limitación de los difusores soplados ordenada por la FIA para equilibrar fuerzas. Un triunfo, en todo caso, convertido en homenaje para la escudería de Il Cavallino Rampante, pues la jornada era muy especial: se cumplían 60 años justos de la primera victoria de Ferrari en la Fórmula 1 de la mano del argentino José Froilán González, en el mismo trazado e imponiéndose a un mito como su compatriota José Manuel Fangio.
Hay gestos, detalles que acaban siendo una celebración previa. Sucedió con Alonso en Silvertone, cuando antes de la carrera se paseó con el Ferrari 375 de González. El asturiano honró la memoria de un piloto sólo ganó dos carreras en el Mundial, ambas en el mismo circuito. Las mismas que Alonso en Silvestone, donde el año pasado había tocado fondo con una 14ª posición, un resultado que fue el inicio de una remontada que estuvo a punto de coronarle como campeón. Un objetivo que persigue este año, pero que ve muy imposible: depende de que Vettel tenga que abandonar alguna cita. El alemán fue segunda esta vez y por primera vez en mucho tiempos su parada resultó un desastre, muy larga. Era la vuelta 28 y Alonso salía de boxes antes que él y se puso primero, una posición que ya no abandonaría. En la 13 ya había adelantado en circunstancias parecidas a Webber, tercero. En carrera Alonso hizo un único adelantamiento, a Lewis Hamilton, que le había pasado en un gran inicio de prueba. El británico fue el rival más incómodo de Alonso hasta que desde la radio le dijeron desde la radio que ahorrase gasolina. Así que Hamilton -al que Vettel superó en el pit stop- acabó perdiendo la última posición de podio en favor de Webber -al que instaron a mantener las distancias con Vettel cuando se lo estaba merendando; las órdenes de equipo vuelven a ser legales...- y conservó la cuarta posición ante Felipe Massa, al que frustró en su último de superarle en la vuelta final. Jenson Button ya había quedado eliminado mucho antes con otro error de un mecánico, incapaz de ponerle la tuerca a la rueda delantera derecha.
En un día de errores tremendos los aciertos fueron para Ferrari y la imagen fue el abrazo reparador de Alonso con Stefano Domenicalli, director deportivo de la escudería. "Gracias por la paciencia", dijo el piloto en la rueda prensa muy contento y utilizando un discurso emotivo: "Hoy he hemos vuelto a vencer con la misma pasión y amor que Ferrari tiene por esta competición. Después del inicio difícil de temporada con Red Bull dominando todas las carreras, nos sacaban segundo y medio y hoy les hemos sacado 20 segundos". El asturiano reconoció que el Mundial está imposible, pues Vettel no baja de la segunda posición. El alemán estuvo cariño con Alonso, al que felicitó en varias ocasiones, y muy cauto como su compañero Vettel: "Ferrari nos ha ganado. No es flor de un día". Como tampoco la progresión de Jaime Alguersuari, décimo y puro incordio para el noveno, un tal Michael Schumacher. El mejor piloto de todos los tiempos. El antiguo icono de Ferrari. Ahora lo es Alonso, que renovó su contrato esta temporada y se siente muy identificado con el equipo que casi siempre le pretendió.
Hay gestos, detalles que acaban siendo una celebración previa. Sucedió con Alonso en Silvertone, cuando antes de la carrera se paseó con el Ferrari 375 de González. El asturiano honró la memoria de un piloto sólo ganó dos carreras en el Mundial, ambas en el mismo circuito. Las mismas que Alonso en Silvestone, donde el año pasado había tocado fondo con una 14ª posición, un resultado que fue el inicio de una remontada que estuvo a punto de coronarle como campeón. Un objetivo que persigue este año, pero que ve muy imposible: depende de que Vettel tenga que abandonar alguna cita. El alemán fue segunda esta vez y por primera vez en mucho tiempos su parada resultó un desastre, muy larga. Era la vuelta 28 y Alonso salía de boxes antes que él y se puso primero, una posición que ya no abandonaría. En la 13 ya había adelantado en circunstancias parecidas a Webber, tercero. En carrera Alonso hizo un único adelantamiento, a Lewis Hamilton, que le había pasado en un gran inicio de prueba. El británico fue el rival más incómodo de Alonso hasta que desde la radio le dijeron desde la radio que ahorrase gasolina. Así que Hamilton -al que Vettel superó en el pit stop- acabó perdiendo la última posición de podio en favor de Webber -al que instaron a mantener las distancias con Vettel cuando se lo estaba merendando; las órdenes de equipo vuelven a ser legales...- y conservó la cuarta posición ante Felipe Massa, al que frustró en su último de superarle en la vuelta final. Jenson Button ya había quedado eliminado mucho antes con otro error de un mecánico, incapaz de ponerle la tuerca a la rueda delantera derecha.
En un día de errores tremendos los aciertos fueron para Ferrari y la imagen fue el abrazo reparador de Alonso con Stefano Domenicalli, director deportivo de la escudería. "Gracias por la paciencia", dijo el piloto en la rueda prensa muy contento y utilizando un discurso emotivo: "Hoy he hemos vuelto a vencer con la misma pasión y amor que Ferrari tiene por esta competición. Después del inicio difícil de temporada con Red Bull dominando todas las carreras, nos sacaban segundo y medio y hoy les hemos sacado 20 segundos". El asturiano reconoció que el Mundial está imposible, pues Vettel no baja de la segunda posición. El alemán estuvo cariño con Alonso, al que felicitó en varias ocasiones, y muy cauto como su compañero Vettel: "Ferrari nos ha ganado. No es flor de un día". Como tampoco la progresión de Jaime Alguersuari, décimo y puro incordio para el noveno, un tal Michael Schumacher. El mejor piloto de todos los tiempos. El antiguo icono de Ferrari. Ahora lo es Alonso, que renovó su contrato esta temporada y se siente muy identificado con el equipo que casi siempre le pretendió.
2 comentarios :
Alonso realizo una gran carrera, y espero que sea el punto de inflexion para hacercarse al mundial, los ferrari ya van tirando incluso Massa al ser 5º indica la mejora
A Ferrari le fueron muy bien las mejores aplicadas en un circuito mucho más propicio para Red Bull, por primera vez despistado en una de sus bazas, el pit stop, y más débil con la puntual limitación de los difusores soplados. Un saludo, Jairo.
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