Messi deja sentado a Helton en la acción del primer gol - EFE. |
Es tan sincero como los niños pequeños. Si algo no le hace gracia o directamente no le gusta y le incomoda Leo Messi paga con la cara. O suelta algún reproche, como a Otamendi, al que recriminó haberle dejado los tacos en una bota. Tras el sermón La Pulga dio instrucciones al banquillo para que le preparasen unas nuevas de la marca que lo patrocina. Amarillas también, pues Messi entiende de fútbol y no atiende a las supersticiones ni a las estadísticas, como la que sentenciaba que nunca había marcado en la Supercopa de Europa, que era el único torneo en el que no había cantado un gol como azulgrana. Así que con las botas nuevas, apenas media docena de minutos después de ponérselas y atarse los cordones, les sacó brillo mareando a Helton -me voy para la izquierda, no para la derecha- para dejarlo sentado en el césped y adelantar al Barça. La asistencia había sido de Guarín, torpe ante la insistencia de Pedro por robarle la pelota. Y después, con el Oporto desesperado, Messi se inventó un pase picado para que su amigo Cesc controlase el balón con el pecho y lo empalmase de primeras con la derecha. El recién llegado se subió encima de su íntimo en La Masía y le besó la cabeza en señal de cariño y devocación: 2-0 en el 12º título del Barça de Pep Guardiola de 15 posibles y el 18º de Xavi, que supera a Guillermo Amor como jugador con más títulos de la historia del club. La cuarta Supercopa de Europa del Barça después de las obtenidas ante el Werder Bremen (1992), el Borussia Dortmund (1997) y el Shakhtar (2009).
"Sabemos que con él tenemos un ventaja", reconoció Mascherano, de nuevo central con Abidal por la lesión de Piqué en el Luis II de Mónaco. Se refería a Messi, que horas antes había recibido el galardón de la EUFA al mejor jugador del año en Europa y ha participado en todos los goles oficiales de la temporada. Ha marcado cuatro y ha repartido tres asistencias, un balance decisivo para que su equipo se llevase la Supercopa de España ante un Madrid de José Mourinho que va recortando diferencias y la de Europa ante un Oporto que supo incomodarle y dejarle casi sin discurso en la primera parte. Gol de Messi al margen, los azulgrana sólo tuvieron otra ocasión antes del descanso, en una jugada de pizarra aunque entre Villa y Adriano que Xavi concluyó con un tiro desde fuera del área que exigió una gran intervención a Helton. Los azulgrana estaban incómodos, inquietos por no poder circular no pelota como saben y con verdaderas dificultades para llegar a campo contrario sin precipitarse o caer en el fuera de juego.
Iniesta, MVP
Mejoró el Barça en la segunda parte con la mayor participación de Xavi, Messi y de Iniesta, nombrado MVP del partido y artista por insistencia. Sachó la chistera el manchego y el equipo tuvo más alegría, se destensó, por mucho que tuviese algún susto como un lanzamiento de Guarín muy lejano y colocado que Valdés salvó como pudo. Sí que había fallado el portero de l'Hospitalet al inicio en una salida alocada tras un centro de Hulk. Mascherano, providencial, despejó con la cabeza impidiendo que pudiese rematar Rolando. Ambos fueron protagonistas después cuando el jugador del Oporto cometió falta sobre el argentino y el árbitro no dio la ley de la ventaja cuando Villa se quedaba solo. Los azulgrana lo protestaron tanto como el gol anulado a Messi poco después por un posible fuera de juego, cuando parecía que Fucile le habilitaba. Pero el conjunto de Vítor Pereira también reclamó un penalty de Abidal a Guarín. Habría tiempo para que Guarín y Rolando fuesen expulsados. Éste último por roja directa por una falta criminal a Mascherano: no protestó. Iniesta pudo marcar el tercero, pero Helton reaccionó otra vez con agilidad.
La Supercopa ya era azulgrana: "son únicos. Siempre piensas que se cansarán de ganar y siempre responden", dijo Guardiola, que no dejó a algunos de sus jugadores que saltasen para seguir el juego de una parte de la grada que se acordaba del Madrid. El técnico elogió a todos los que jugaron. Pidió que le ficharon a Cesc para aumentar la competitividad, para que "sepan que si se duermen otro jugará por ellos". El ex jugador del Arsenal llevaba la bandera del club colgada al cuello. El nuevo ha ganado tres títulos en tres partidos (las dos Supercopas, sólo jugó la vuelta de la de España en el Camp Nou, y el Gamper); Alves, con una peluca amarilla como Abidal. Keita, siempre más serio, cantaba el himno del Barça, que ya es el equipo con más títulos europeos (15 por 14 del AC Milan) y acumula 76 en total, uno más que el Madrid, su principal rival a batir.
"Sabemos que con él tenemos un ventaja", reconoció Mascherano, de nuevo central con Abidal por la lesión de Piqué en el Luis II de Mónaco. Se refería a Messi, que horas antes había recibido el galardón de la EUFA al mejor jugador del año en Europa y ha participado en todos los goles oficiales de la temporada. Ha marcado cuatro y ha repartido tres asistencias, un balance decisivo para que su equipo se llevase la Supercopa de España ante un Madrid de José Mourinho que va recortando diferencias y la de Europa ante un Oporto que supo incomodarle y dejarle casi sin discurso en la primera parte. Gol de Messi al margen, los azulgrana sólo tuvieron otra ocasión antes del descanso, en una jugada de pizarra aunque entre Villa y Adriano que Xavi concluyó con un tiro desde fuera del área que exigió una gran intervención a Helton. Los azulgrana estaban incómodos, inquietos por no poder circular no pelota como saben y con verdaderas dificultades para llegar a campo contrario sin precipitarse o caer en el fuera de juego.
Iniesta, MVP
Mejoró el Barça en la segunda parte con la mayor participación de Xavi, Messi y de Iniesta, nombrado MVP del partido y artista por insistencia. Sachó la chistera el manchego y el equipo tuvo más alegría, se destensó, por mucho que tuviese algún susto como un lanzamiento de Guarín muy lejano y colocado que Valdés salvó como pudo. Sí que había fallado el portero de l'Hospitalet al inicio en una salida alocada tras un centro de Hulk. Mascherano, providencial, despejó con la cabeza impidiendo que pudiese rematar Rolando. Ambos fueron protagonistas después cuando el jugador del Oporto cometió falta sobre el argentino y el árbitro no dio la ley de la ventaja cuando Villa se quedaba solo. Los azulgrana lo protestaron tanto como el gol anulado a Messi poco después por un posible fuera de juego, cuando parecía que Fucile le habilitaba. Pero el conjunto de Vítor Pereira también reclamó un penalty de Abidal a Guarín. Habría tiempo para que Guarín y Rolando fuesen expulsados. Éste último por roja directa por una falta criminal a Mascherano: no protestó. Iniesta pudo marcar el tercero, pero Helton reaccionó otra vez con agilidad.
La Supercopa ya era azulgrana: "son únicos. Siempre piensas que se cansarán de ganar y siempre responden", dijo Guardiola, que no dejó a algunos de sus jugadores que saltasen para seguir el juego de una parte de la grada que se acordaba del Madrid. El técnico elogió a todos los que jugaron. Pidió que le ficharon a Cesc para aumentar la competitividad, para que "sepan que si se duermen otro jugará por ellos". El ex jugador del Arsenal llevaba la bandera del club colgada al cuello. El nuevo ha ganado tres títulos en tres partidos (las dos Supercopas, sólo jugó la vuelta de la de España en el Camp Nou, y el Gamper); Alves, con una peluca amarilla como Abidal. Keita, siempre más serio, cantaba el himno del Barça, que ya es el equipo con más títulos europeos (15 por 14 del AC Milan) y acumula 76 en total, uno más que el Madrid, su principal rival a batir.
BARÇA 2: Valdés; Alves, Mascherano, Abidal, Adriano (min.63); Sergio Busquets, Xavi, Iniesta; Pedro (Cesc, min.80), Villa (Alexis, min. 61) y Messi. OPORTO 2: Helton; Sapunara, Rolando, Otamendi, Fucile; Souza (Fernando, min. 77), Guarín, Moutinho; Hulk, Cristian Rodríguez (Varela, min.69) y Kleber (Belluschi, min. 77). Goles: 1-0: Messi, min.39. 2-0: Cescmin.88. Árbitro: Björn Nijhuis (HOL). Mostró tarjeta amarilla a Cristian Rodríguez (min. 30), Iniesta (min. 51) y Guarín (min. 82) y expulsó por doble amonestación a Rolando (min. 65 y min. 86) y por roja directa a Guarín (min.90). Incidencias: Estadio Luis II de Mónaco, 18.000 espectadores.
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