Imagen del tercer gol del Barça, obra de Cesc a centro de Alves - EFE. |
Cuestionados a domicilio, donde atesoraban un gol más a favor que en contra y un par de victorias mínimas en El Molinón y Los Cármenes, los azulgrana se reivindicaron con un triunfo de autor en una cancha de prestigio como el Santiago Bernabéu. Una fantástica recompensa pese a verse con un gol en contra de Benzema a los 22 segundos en una jugada tan afortunada como la que supuso el segundo tanto del Barça, anotado en propia puerta de Marcelo tras una volea de Xavi, protagonista en su partido 600 con su club de siempre. Los visitantes habían empatado por medio de Alexis tras una genialidad de Messi y Cesc, fruta prohibida de Florentino Pérez, cerró una goleada (1-3) que le sirve a su equipo para colocarse colíder de la Liga junto al Madrid de Mourinho, que tiene un partido menos jugado y que fue retratado otra vez por los pupilos de Guardiola, valiente y humilde para rectificar el planteamiento inicial y cambiar a la defensa de tres y con Alves a sus anchas.
Ganó el Barça con la marca de su juego y sus valores. Con Xavi e Iniesta de mariscales, Messi de futbolista inalcanzable, Piqué y Puyol muy seguros, Alexis punzante y Cesc oportuno. Valores del mejor Barça de la historia, de un equipo que la semana que viene intentará coronarse como campeón en el Mundial de clubes, el título simbólico que otorga al vencedor el honor de ser el mejor equipo del momento. Los azulgrana llegarán al continente asiático satisfechos por haberse reafirmado ante su rival más respondón, a domicilio y tras superar un gol en contra cuando los jugadores penas se habían atado las botas. En poco más de lo que tarda Usain Bolt en correr 200 metros a Valdés le había dado tiempo para cometer su primer error de bulto en mucho tiempo asistiendo a Di María, que chutó. El balón rebotó en Busquets y le cayó a Benzema: gol y sonrisa de un delantero poco expresivo, pero al que la cesión de Adebayor hizo afinar la puntería. Mourinho optó por Benzema antes que por Higuaín, mientras que renunció al trivote por dar carrete a Özil, perdido como un pulpo en un garaje.
El gol más rápido de los clásicos
Del tanto más rápido en los 216 duelos entre los equipos más poderosos del planeta el Barça supo ver una oportunidad de insistir y defender su estilo, de crear desde la defensa y presionar y tocar y tocar sin descanso. Del esfuerzo combinado con el talento, el que le sobra a Messi, que dribla a su propia sombra y que exigió al máximo a Casillas en su primera gran jugada. En la siguiente, al borde de la media hora, Messi se zafó de Xabi Alonso y, acosado por Lass y Ramos, habilitó a Alexis. El chileno controló y concretó sin pensárselo y con poco ángulo: 1-1. Estuvo rápido y pillo Alexis, lo que le faltó a Cristiano Ronaldo en dos acciones muy facilonas, una en cada mitad. Goleador en la final de la Copa del Rey, se pierde en retóricas contra el Barça: piensa antes en la celebración del gol que en cómo lograrlo. Así CR7 remató solo muy desviado primero y tras el descanso se equivocó dándole de cabeza a pocos metros de Valdés y con Ramos y Benzema por detrás. Parte de la grada le señaló como culpable de la derrota.
Culpables de la remontada fueron Iniesta y Xavi, una pareja irrepetible ayudada por Busquets, el jugador que más trabajo invisible hace. Lo bordó el Barça tras el descanso y una primera parte discontinuo y con dos equipos más pendientes del error ajeno que de proponer. Guardiola mandó calentar a Pedro y a Villa y la respuesta del equipo fue una volea de Xavi desde lejos y de primeras que impactó en Marcelo y que Casillas sólo pudo observar.
Los azulgrana celebraron dichosos su suerte, mientras que al Madrid se le fundieron los plomos y siguió encontrando un muro en Valdés. Pepe estuvo a punto de llevarse por delante la rodilla de Messi y Coentrao fue directo al tobillo de Iniesta, quien replicó con una sombrero a Khedira. Nada más simbólico en un partido que ya había visto el tercer y último gol, de Cesc de cabeza pese a la oposición del propio Coentrao y que empezó con gotas en los primeros compases. Un toque más poético a un clásico al que se había llegado entre discuros cordiales y respetuosos, sin el tono visceral y polémico de las últimas citas. El objetivo era discutir en el césped por el presente y por una Liga, por prestigio y títulos y no por sandeces. Se olvidaron rencillas y Mourinho acudió a saludar en el epílogo a Tito Vilanova, que se está recuperando de una operación en la glándula parótida. Se jugó al fútbol y venció al Barça, líder con los mismos puntos que su rival. Un Madrid podrá volver a ser primero en solitario si el próximo fin de semana gana en Sevilla. Para entonces el Barça podría estar celebrando otro éxito, el Mundial de clubes.
REAL MADRID 1: Iker Casillas; Coentrao, Pepe, Ramos, Marcelo; Xabi Alonso, Lass (Khedira, min.63), Özil (Kaká, min.58); Di María (Higuaín, min.68), Cristiano y Benzema. BARÇA 3: Víctor Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Abidal; Busquets, Xavi, Iniesta (Pedro, min.89); Alexis (Villa, min.84), Cesc Fábregas (Keita, min. 78) y Messi. Goles: 1-0. Min.1 Benzema. 1-1. Min. 30. Alexis. 1-2. Min. 54. Marcelo en propia puerta. Min. 66. Cesc. Árbitro: David Fernández Borbalán (Comité andaluz). Mostró cartulina amarilla a Xabi Alonso (26'), Lass (61'), Pepe (62'), Sergio Ramos (69'), del Real Madrid y a Alexis (27'), Messi (36'), Piqué (48'), del Barça. Incidencias: 83.500 espectadores llenaron el estadio Santiago Bernabéu.
Ganó el Barça con la marca de su juego y sus valores. Con Xavi e Iniesta de mariscales, Messi de futbolista inalcanzable, Piqué y Puyol muy seguros, Alexis punzante y Cesc oportuno. Valores del mejor Barça de la historia, de un equipo que la semana que viene intentará coronarse como campeón en el Mundial de clubes, el título simbólico que otorga al vencedor el honor de ser el mejor equipo del momento. Los azulgrana llegarán al continente asiático satisfechos por haberse reafirmado ante su rival más respondón, a domicilio y tras superar un gol en contra cuando los jugadores penas se habían atado las botas. En poco más de lo que tarda Usain Bolt en correr 200 metros a Valdés le había dado tiempo para cometer su primer error de bulto en mucho tiempo asistiendo a Di María, que chutó. El balón rebotó en Busquets y le cayó a Benzema: gol y sonrisa de un delantero poco expresivo, pero al que la cesión de Adebayor hizo afinar la puntería. Mourinho optó por Benzema antes que por Higuaín, mientras que renunció al trivote por dar carrete a Özil, perdido como un pulpo en un garaje.
El gol más rápido de los clásicos
Del tanto más rápido en los 216 duelos entre los equipos más poderosos del planeta el Barça supo ver una oportunidad de insistir y defender su estilo, de crear desde la defensa y presionar y tocar y tocar sin descanso. Del esfuerzo combinado con el talento, el que le sobra a Messi, que dribla a su propia sombra y que exigió al máximo a Casillas en su primera gran jugada. En la siguiente, al borde de la media hora, Messi se zafó de Xabi Alonso y, acosado por Lass y Ramos, habilitó a Alexis. El chileno controló y concretó sin pensárselo y con poco ángulo: 1-1. Estuvo rápido y pillo Alexis, lo que le faltó a Cristiano Ronaldo en dos acciones muy facilonas, una en cada mitad. Goleador en la final de la Copa del Rey, se pierde en retóricas contra el Barça: piensa antes en la celebración del gol que en cómo lograrlo. Así CR7 remató solo muy desviado primero y tras el descanso se equivocó dándole de cabeza a pocos metros de Valdés y con Ramos y Benzema por detrás. Parte de la grada le señaló como culpable de la derrota.
Culpables de la remontada fueron Iniesta y Xavi, una pareja irrepetible ayudada por Busquets, el jugador que más trabajo invisible hace. Lo bordó el Barça tras el descanso y una primera parte discontinuo y con dos equipos más pendientes del error ajeno que de proponer. Guardiola mandó calentar a Pedro y a Villa y la respuesta del equipo fue una volea de Xavi desde lejos y de primeras que impactó en Marcelo y que Casillas sólo pudo observar.
Los azulgrana celebraron dichosos su suerte, mientras que al Madrid se le fundieron los plomos y siguió encontrando un muro en Valdés. Pepe estuvo a punto de llevarse por delante la rodilla de Messi y Coentrao fue directo al tobillo de Iniesta, quien replicó con una sombrero a Khedira. Nada más simbólico en un partido que ya había visto el tercer y último gol, de Cesc de cabeza pese a la oposición del propio Coentrao y que empezó con gotas en los primeros compases. Un toque más poético a un clásico al que se había llegado entre discuros cordiales y respetuosos, sin el tono visceral y polémico de las últimas citas. El objetivo era discutir en el césped por el presente y por una Liga, por prestigio y títulos y no por sandeces. Se olvidaron rencillas y Mourinho acudió a saludar en el epílogo a Tito Vilanova, que se está recuperando de una operación en la glándula parótida. Se jugó al fútbol y venció al Barça, líder con los mismos puntos que su rival. Un Madrid podrá volver a ser primero en solitario si el próximo fin de semana gana en Sevilla. Para entonces el Barça podría estar celebrando otro éxito, el Mundial de clubes.
REAL MADRID 1: Iker Casillas; Coentrao, Pepe, Ramos, Marcelo; Xabi Alonso, Lass (Khedira, min.63), Özil (Kaká, min.58); Di María (Higuaín, min.68), Cristiano y Benzema. BARÇA 3: Víctor Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Abidal; Busquets, Xavi, Iniesta (Pedro, min.89); Alexis (Villa, min.84), Cesc Fábregas (Keita, min. 78) y Messi. Goles: 1-0. Min.1 Benzema. 1-1. Min. 30. Alexis. 1-2. Min. 54. Marcelo en propia puerta. Min. 66. Cesc. Árbitro: David Fernández Borbalán (Comité andaluz). Mostró cartulina amarilla a Xabi Alonso (26'), Lass (61'), Pepe (62'), Sergio Ramos (69'), del Real Madrid y a Alexis (27'), Messi (36'), Piqué (48'), del Barça. Incidencias: 83.500 espectadores llenaron el estadio Santiago Bernabéu.
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