Kehsler, en un partido contra el Cadí La Seu - F. De la Hera / Diario Vasco. |
Nació el último día de 1981 en Santiago de Chile y no debutó en la Liga Femenina hasta dos meses y medio antes de cumplir los 30, cuando lo hizo en el Pabellón Hondartza con la camiseta del Hondarribia Irún y contra el Club Baloncesto Islas Canarias. No es que hasta entonces Tatiana Waleska Gómez Kehsler no tuviese propuestas para jugar en la máxima competición nacional, sino que la ala-pívot chilena simplemente estaba satisfecha con su vida deportiva y personal en Pontevedra, la ciudad en la que se enamoró y donde era el puntual del CB Arxil Comervia de LF 2. La jugadora valora otras cosas, como confesaba hace un año en una entrevista a Prodep, la agencia que la representa: “Quizás debería pensar de otra manera, pero a veces es mejor dar importancia a sentirse cómodo donde uno está y con la gente que está, que ganar más dinero o escalar en una carrera como ésta”. Entonces Kehsler se definía como una jugadora “un poco más rápida que el resto de pívots” y eso le sigue dando ventaja como bien pudo comprobar el Mann Filter Zaragoza, al que le metió 20 puntos. La chilena, las pérdidas (22) y los triples (2/16) fueron los grandes déficits del conjunto de Víctor Lapeña, que perdió 68-58 y se quedó sin opciones de meterse en las eliminatorias por el título de Liga: será quinto. El Mann Filter tenía que ganar y esperar una derrota en Vigo del Uni Girona, que tiene en sus manos su futuro: de vencer se enfrentará en semifinales al Perfumerías Avenida y si pierde, al Ros Casares, el equipo que ha hecho historia ganando todos los partidos de la fase regular. Algo que sólo había conseguido el Pool Getafe en la temporada 1996-1997 con Antonio Díaz Miguel como entrenador y con Blanca Ares y Amaya Valdemoro en la pista.
No lo está pasando nada bien el Mann Filter en los últimos meses, atenazado por la crisis económica y con unas jugadoras que hace tiempo que no cobran sus salarios. Y como denunciaba esta semana en El Periódico de Aragón Cristina Ouviña, a ella incluso le deben también de la temporada pasada. Una situación que llevó al equipo a dejar de entrenarse y que también le afectó en el rendimiento en la cancha. Para muestra, su partido en Irún, donde exceptuando el 0-4 inicial siempre fue a remolque. Reaccionó el Mann Filter en cuanto encontró a Queralt Casas y a Ouviña, para ponerse a cuatro puntos (39-35 a los 24m 03s). La irrupción de Blanca Marcos también a las visitantes, que hasta ese momento habían dependido excesivamente de Covington, que cogió 12 rebotes y metió 19 puntos. Uno menos que Kehsler, que junto con Ygueravide acabaron por desequibrar el partido. El Mann Filter, que llegó a ceder por 17 tantos, tuvo poca puntería y cometió demasiados errores de concentración.
Covington, demasiado sola
Para el conjunto de Lapeña siempre resultó un incordio Kehsler, que anotó ocho puntos en un primer cuarto. La ala-pívot fue la única en anotar tiros de dos para el Hondarribia, muy puesto entonces desde más allá de 6'75 con 3/4 en triples. Las locales sólo lo probarían dos veces desde esa distancia, pues prefirieron acercarse más al aro y aprovecharse de la puntería de Laura García y Franciele. En las visitantes Covington estaba demasiada sola (35-25 al descanso). El conjunto se animaría en el tercer cuarto, pero le faltó continuidad, acierto -se le salieron de dentro muchos balones- y le sobraron Ygueravide y sobre todo Kehsler y vivirá de otra manera el Celta-Uni Girona de esta tarde. El resultado no cambiará su situación: pase lo que pase será quinto y no jugará las eliminatorias por el título.
No lo está pasando nada bien el Mann Filter en los últimos meses, atenazado por la crisis económica y con unas jugadoras que hace tiempo que no cobran sus salarios. Y como denunciaba esta semana en El Periódico de Aragón Cristina Ouviña, a ella incluso le deben también de la temporada pasada. Una situación que llevó al equipo a dejar de entrenarse y que también le afectó en el rendimiento en la cancha. Para muestra, su partido en Irún, donde exceptuando el 0-4 inicial siempre fue a remolque. Reaccionó el Mann Filter en cuanto encontró a Queralt Casas y a Ouviña, para ponerse a cuatro puntos (39-35 a los 24m 03s). La irrupción de Blanca Marcos también a las visitantes, que hasta ese momento habían dependido excesivamente de Covington, que cogió 12 rebotes y metió 19 puntos. Uno menos que Kehsler, que junto con Ygueravide acabaron por desequibrar el partido. El Mann Filter, que llegó a ceder por 17 tantos, tuvo poca puntería y cometió demasiados errores de concentración.
Covington, demasiado sola
Para el conjunto de Lapeña siempre resultó un incordio Kehsler, que anotó ocho puntos en un primer cuarto. La ala-pívot fue la única en anotar tiros de dos para el Hondarribia, muy puesto entonces desde más allá de 6'75 con 3/4 en triples. Las locales sólo lo probarían dos veces desde esa distancia, pues prefirieron acercarse más al aro y aprovecharse de la puntería de Laura García y Franciele. En las visitantes Covington estaba demasiada sola (35-25 al descanso). El conjunto se animaría en el tercer cuarto, pero le faltó continuidad, acierto -se le salieron de dentro muchos balones- y le sobraron Ygueravide y sobre todo Kehsler y vivirá de otra manera el Celta-Uni Girona de esta tarde. El resultado no cambiará su situación: pase lo que pase será quinto y no jugará las eliminatorias por el título.
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