Drogba celebra el único gol del partido - AP. |
No conserva
el físico ni la resistencia de cuando se peleaba con Eto'o por ser el
mejor jugador africano, pero Didier
Drogba (Abiyán, Costa de Marfil, 1978) continúa siendo un comodín
imprescindible del Chelsea después de su mala experiencia con
Villas-Boas. Ahora con Di Matteo vuelve a ser un puntal y después de
haberse caído varias veces al suelo en acciones fortuitas con
rivales derrapó en la hierba para festejar, en el descuento de la
primera parte, un tanto que define la filosofía de su equipo:
pérdida de Messi, asistencia larga de Lampard, control con el pecho
de Ramires, que cede para Drogba y éste define sin contemplaciones. Resultó la única oportunidad de los locales en toda la primera parte –y en
todo el partido– ante un Barça peleado con la puntería siempre,
tanto como para contabilizar dos palos, uno en el descuento de Pedro.
El Chelsea, como se preveía, consiguió mucho con muy poco y afrontará la vuelta de semifinales en el Camp Nou con un 1-0 a su favor. Le bastó a los ingleses con dicho contraataque y con
defenderse con todos menos con Drogba en un Stamford Bridge pletórico.
Le
faltaba mala leche para definir a los azulgrana, como si quisiesen
que el balón entrase en la portería en cámara lenta, como en la
resolución de Cesc, que levantó muy suave ante Cech, tanto que a
Cole le sobró tiempo para girarse sobre sí mismo y despejar bajo
los palos. A la madera había ido un tiro de Alexis, concreto para
hacerse con un pase del propio Cesc, pero demasiado retórico para
tirar. Fallaban los visitantes, agobiados por el entusiasta Cahill,
sustituto del lesionado David Luiz, y que estaba en todas: para
recibir en la espalda el lanzamiento de Messi, para fallar un remate
acrobático tras un córner y para empujar a Iniesta en el área después de una
jugada repleta de recortes del que fue protagonista del último
partido entre ambos equipos.
Ante
un autobús azul el Barça continuó intentándolo con tiros lejanos
y faltas lanzadas con ninguna puntería, aunque a Thiago le faltó
media bota para empalmar un cabezazo hacia atrás de Puyol y que
salvó Cech con una réplica fabulosa. No llegaba el portero checo al
tiro de Pedro, que se encontró con el palo en el descuento y
Busquets envió el rechace a las nubes. Esas fueron las dos últimas
oportunidades de unos azulgrana peleados con la puntería ante un
rival al que le salió el encuentro que quería y seguramente con el
goleador que pretendía, Drogba, algo exagerado al menor contacto. Se
le resiste el Chelsea a Guardiola, que no le ha ganado nunca, y a
Messi, que en siete partidos todavía no ha podido marcarle.
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