Las jugadores españoles festejan la tercera Eurocopa de la selección - AFP. |
¿Qué le dice un padre a su hija en un momento memorable? ¿Qué le dijo Fernando Torres a su hija Nora mientras ésta le sonreía contenta con una muñeca entre sus brazos? Italia fue eso, un vulgar juguete ante la mejor generación de futbolistas de la historia, la española, la única en levantar tres grandes torneos seguidos, dos Eurocopas y un Mundial, de Viena pasando por Johannesburgo para llegar a Kiev. En la capital de Ucrania España logró su tercera Eurocopa -con lo que iguala a Alemania- llevándose por delante por 4-0 a una selección italiana con encanto durante el torneo y recatada en una final sin emoción desde que antes del cuarto de hora Silva rematase de cabeza una jugada de arquitectos entre Xavi y Cesc, titular como falso 9. Jordi Alba, el jugador revelación del campeonato, marcó el segundo, mientras que Torres se apuntó el tercero y regaló el cuarto a su compañero en el Chelsea Mata, que no falló en el que era su segundo minuto en esta Eurocopa de Polonia y Ucrania. Una asistencia que le vale como valor añadido a Torres para ser Bota de Oro del torneo desempatando en méritos con los otros cinco jugadores que también han marcado tres goles.
Que Mata no dispusiese de ningún minuto hasta el último instante del último día y que Llorente se marche a casa inédito es señal de que la calidad del grupo es inacabable, por más que se pueda discutir que Del Bosque no recurriese a ellos. El técnico salmantino se ha cansado de las polémicas sobre la idoneidad de jugar con o sin nueve, de hacerlo con o sin doble pivote, pero ha salido vencedor en el césped y en el vestuario como gestor de un grupo de amigos. Siempre silencioso como aquellos que mucho saben y poco hablan, Del Bosque ya ha igualado al alemán Helmut Schoen como único seleccionador en lograr un Mundial y de la Eurocopa. Aunque el entrenador de España mejora dicho palmarés, pues además cuenta con dos Champions, números que no ha conseguido nunca ningún entrenador.
Motta se rompe
Cuajó España un partido redondo, dominando desde el principio a una Italia a la que le faltó malicia –“y carácter”, precisó Bonucci– y le sobró Casillas, preciso como un cirujano para birlarle de la cabeza un balón a Balotelli o para frustrar un tiro a bocajarro de Di Natale, segundo refresco de Italia, castigada también por las lesiones. Prandelli tuvo que cambiar a Chiellini por Balzaretti al inicio y Motta duró exactamente tres minutos tras entrar por Montolivo y romperse. Así que los italianos tuvieron que jugar con diez la última media hora, cuando Del Bosque empezó a mirar a su banquillo: Pedro entró por Silva, al que pareció no hacerle gracia el cambio, y Torres, quien lleva el 9 en el dorsal, por Cesc, el falso 9.
Con un gol de Torres a pase de Xavi en Viena se concretó el primero de los tres títulos en cuatro años de esta generación irrepetible: el delantero corrió y se la picó por encima a Lehmann sin que Lahm pudiese atraparle. En Kiev asistente y goleador se pusieron de acuerdo para cerrar el partido con el tercer gol de la selección y de Torres, que seis minutos después no dudó en darle el gol a Mata, su mejor amigo en el Chelsea. Una pareja histórica, ya que hasta ahora ningún jugador había levantado una Champions y una Eurocopa en el mismo año. Torres, además, ha sido Bota de Oro del torneo con los mismos goles (3) que Balotelli, Cristiano Rolando, Mandzukic, Dzagoev y Mario Gómez.
Los gestos
El camino de la selección hasta la final de Kiev no se entiende sin su solidez defensiva, sin su línea de cuatro inalterable (Piqué y Ramos como pareja de centrales del presente y del futuro, Jordi Alba por la izquierda y Arbeloa por la derecha), sin el doble pivote, Busquets y Xabi Alonso ni sin Casillas, memorable en las contadas ocasiones que los rivales le han retado. Se acumulan sus actuaciones de libro, como su parada a Moutinho en la tanda de penaltis ante Portugal o su intervención voladora ante Rakitic ante Croacia, cuando España estuvo al borde de la eliminación en la primera fase. Nunca una selección campeona de un Mundial o una Eurocopa había encajado un único gol, el que le hizo el primer día Di Natale tras un fallo defensivo y una asistencia de Pirlo, envuelto en lágrimas al final, mientras Buffon se abrazaba a Prandelli y Jordi Alba, hiperactivo e imparable durante la Eurocopa, se paraba a acordarse de quien siempre le han apoyado y mencionaba dos veces a Hospitalet, la ciudad que le vio crecer y formarse como jugador. Aunque para gestos, los de Cesc llevando una camiseta en la que se podía leer -[Dani] Jarque, Manolo [Preciado], [Antonio] Puerta y Miki [Roqué]-, Reina, poniéndose una del Betis con el nombre y el dorsal 26 de Miki Roqué, y Ramos, honrando de nuevo a su amigo Puerta.
“Hemos sido nosotros desde el primer momento”, resumió Piqué, con un trozo de la red de la portería colgando. “Ojalá esto se pueda igualar será difícil”, reflexionó el capitán Casillas, “será difícil”. Seguro que Torres le vino a decir a su hija Nora que algún día, cuando fuese algo más mayor, entendería que ahí, con una muñeca entre las manos vivió un momento histórico, el primer triunfo en partido oficial ante Italia, el tercer gran título consecutivo de la mejor generación de futbolistas de la historia. La tercera Eurocopa. Casi nada.
ESPAÑA 4: Casillas; Arbeloa, Ramos, Piqué, Jordi Alba; Xabi Alonso, Busquets; Silva (Pedro, m. 59), Xavi, Iniesta (Mata, m. 86); y Cesc (Torres, m. 75). ITALIA 0: Buffon; Abate, Barzagli, Bonucci, Chiellini (Balzaretti, m. 21); Marchisio, Pirlo, Montolivo (Motta, m. 56), De Rossi; Cassano (Di Natale, m. 46) y Balotelli. Goles: 1-0. M. 15. Cesc centra al punto de penalti, donde cabecea Silva. 2-0. M. 41. Jordi Alba define un contragolpe. 3-0. M. 84. Torres, de contragolpe. 4-0. M. 88. Mata, tras un pase interior. Árbitro: Pedro Proença (POR). Mostró la cartulina amarilla a Piqué, Barzagli.
No hay comentarios :
Publicar un comentario