El abrazo entre Pau Gasol y Kobe Bryant -EFE. |
Es posible que el speaker del North Greenwich Arena tuviese previsto desde el primer día el título de la canción después de la final de baloncesto de los Juegos. Sí, tenía que ser la que daba el título al séptimo disco de Bruce Springteen: tenía claro que iba a poner Born in the USA, Nacido en Estados Unidos en honor de los campeones previstos por casi todos, los estadounidense. Seguro que hasta el último instante el encargado de poner voz a lo acontecido en la pista se planteó cambiar el título y escoger otro representativo del rival, de una España grandiosa que le retó hasta el último aliento, ése en el que ambos entrenadores premiaron a los suplentes en un gesto indescriptible. Como la final, que acabó arrebatándole el oro a la generación dorada española (107-100). Kobe Bryant se fundió en un abrazo con compañero en los Lakers, Pau Gasol, a quien, uno por uno, abrazaron sus rivales como gesto de reconocimiento a su trayectoria y a su gran partido (24 puntos, ocho rebotes y siete asistencias) como puntal de un equipo desatado, descarado y corajudo que finalizó un torneo en el que se creció en los cruces para soñar con el oro hasta en una final de ensueño. España logró la tercera plata de su historia y Rusia, vencedora ante Argentina (77-81), en su primer metal desde la desintegración de la antigua URSS.
Los peros que se le pudieron acharar durante el torneo a España, esos fallos de concentración y parciales inauditos para su clase en el último cuarto. Despistes que el grupo de Sergio Scariolo no se permitió ante Estados Unidos, consciente de que para ganar tenía que cuadrar una actuación formidable, casi perfecta y estuvo a punto de hacerla y de llevarse el oro olímpico ante un equipo que tiene... 14. Y ante la generación más cercana al Dream Team de Barcelona. España retorció y exigió al máximo a Durant, máximo anotador de los tres últimos cursos en la NBA, que tuvo que llegar a los 30 puntos y al último MVP, LeBron James, con un triple que marcó las diferencias (102-93 a 1m 59s), por más que España persistiera hasta el final con Marc Gasol, Ibaka... Con todos.
Pau Gasol, asistente
La selección tuteó al favorito desde el principio, cuando su capitán, mermado desde hace tiempo por sus problemas físicos, aportó 14 puntos en un primer cuarto eléctrica en el que Pau Gasol no sólo aportaba tantos, sino que también sabía repartir asistencias: ¡cinco! La entrada de Sergio Rodríguez animó más a una España que estaba siendo golpeada por Bryant, Anhony y Durant, pero que se repuso bajo la dirección del base del Madrid, por fin regular e imparable en los últimos meses. Un triple de Llull, de nuevo ejemplar en su defensa ante Chris Paul o Bryant, volvió a poner por delante al grupo de Scariolo (41-42).
Era una oda al baloncesto, al deporte y a los Juegos y el pequeño no dejaba de crecerse pese a las adversidades, como que el propio Sergio Rodríguez cometiera la tercera, Marc Gasol la cuarta y Reyes, recambio de Pau, la tercera. Poco importó un parcial de 7-0 de Estados Unidos: ahí surgió el capitán Navarro, Rudy en Ibaka para reducir las diferencias al descanso (59-58). En las protestas de Carmelo Anthony por el criterio arbitral, tan malo para unos y otros, se resumía un partido indescriptible.
Durant, líder
Escuchadas las charlas de ambos entrenadores en el vestuario, Pau Gasol se zafó como quiso de Chandler y de Love y si los estadounidense aguantaron el tipo fue por James, Durant y Bryant en un encuentro sin medias tintas, sin miedo, jugado a corazón abierto. Con la intensidad de Ibaka, capaz de meter su primer canasta cuando le pusieron a Anthony para defender, con un mate de Pau y la velocidad de Sergio Rodríguez ante un Durant que asumía responsabilidades.
Al contrario de lo que le pasó durante los Juegos Estados Unidos nunca se escapó cuando apretó en defensa para correr al ataque. Ni tan siquiera cuando Bryant cogió un rebote ofensivo y puso la máxima ventaja (97-87 a 4m 25s). La réplica fue una canasta de Navarro y un palmeo de Rudy. No le perdió la cara al partido España, que con 102-93 pudo acercarse a seis de haber entrado un triple de La Bomba y en la siguiente acción, al límite, no falló Chris Paul. Hacía tiempo que Marc Gasol había vuelta a la pista y que Llull era el base. Todos eran ejemplares. También Bryant, que acabó abrazando a su amigo Pau Gasol, un comportamiento más acorde con lo que representa como uno de de los embajadores de la NBA, la Liga de más pedigrí y más músculo del planeta. Esta vez Bryant. Nada que ver con su absurdo gesto en Pekín pidiendo silencio tras meter un triple decisivo en aquella final que estaba considerada como la mejor de la historia del baloncesto y que ha encontrado una réplica aún mejor en Londres. No era fácil pero esta generación de oro del baloncesto español lo ha hecho posible.
ESTADOS UNIDOS 107 (35+24+24+24): Chandler (2), Durant (30), James (19), Bryant (17) y Paul (11) -equipo inicial-, Westbrook (3), Williams (6), Iguodala (0), Love (9), Harden (2), Davis (0) y Anthony (8). ESPAÑA 100 (27+24+24+18): Pau Gasol (24), Rudy Fernández (14), Navarro (21), Calderón (0) y Marc Gasol (17) -equipo inicial-, Sergio Rodríguez (7), Reyes (0), San Emeterio (0), Llull (5), Claver (0), Sada (0) e Ibaka (12). Árbitros: Cristiano Maranho, Christos Christodoulou y Michael Aylen. Rudy fue eliminado por cinco personales en el minuto 40. Incidencias: Partido correspondiente a la final del torneo olímpico de baloncesto disputado en el North Greenwich Arena ante 13.514 espectadores.
3 comentarios :
gran partido de los nuestros de los cuales hemos estar orgullosos pues no han perdido la cara hoy
Una final para enmarcar. El ejemplo de que todo es imposible poniendo el 200%. Una final para ver muchas veces.
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