sábado, 8 de septiembre de 2012

Un trío ejemplar para eternizar una Vuela modélica

Contador gana su segunda ronda española tras sobrevivir al corazón de Purito, que no puede arrebatarle la segunda plaza a un Valverde corajudo en la victoria de Menchov en la Bola del Mundo

Menchov celebra su triunfo en la Bola del Mundo - EFE.

Es la nobleza de un trío de ciclistas autóctonos y la de sus entregados gregarios la que hará que esta Vuelta modélica se recuerde con admiración, por disputada, por los decibelios generados y el corazón encogido, al límite. Un golpe a ese ciclismo de calculadora que abraza a la fórmula científica e ignora el riesgo. Hasta el último día de verdad –la etapa con final en la Castellana es un fin de fiesta para esprínters– llegaron emparejados Alberto Contador, Alejandro Valverde y Purito Rodríguez. Los tres fueron a la par hasta el cemento rugoso y afilado de la Bola del Mundo, coronada por Denis Menchov, perdido a casi dos horas en la general, pero inmenso para vaciarse y  llevarse un gran recuerdo a título personal –“un triunfo muy importante para cerrar el año”–. El imperturbable ruso afincado en Pamplona recalcó que está orgulloso del Katusha y, en concreto, de su líder, Purito, que en la Bola del Mundo quiso soñar con algo más que el tercer lugar dejándose los riñones. El catalán  respondió al ataque de prueba de Valverde con dos más, suficientes para que cediesen tanto el murciano como el propio Contador, consciente de que su rival lo intentaría al final, “pero no se podían hacer diferencias”. A Valverde no le comieron los nervios y supo resistir para conservar su segundo puesto y recortar a 1m 16s la diferencia con Contador, satisfecho por su segunda victoria virtual en la Vuelta, con 1m 37s de margen sobre Purito. 

Resumió Contador que ha sido una prueba tremendamente exigente, de “piernas y de cabeza”, de fuerza bruta y estrategia. El corredor Pinto ha sabido llevarse el gato al agua después de varios meses alejado de la competición por sanción. A Contador, aunque a veces se equivocase en el punto para arrancar como le ocurrió en Montjuïc, no le ha faltado ambición, aunque sus cambios de rimo no tuviesen su explosividad habitual y le sobrase su sombra, Purito, sólo roto en Collado de la Hoz, donde se decidió la carrera. Un instante que no se pudo ver en directo porque TVE todavía no había iniciado la retransmisión. El instante decisivo fue anónimo hasta que empezaron a publicarse fotografías de agencias y los aficionados colgaron vídeos en youtube. 24 horas después la televisión estatal recurrió a la organización para pinchar ese instante de esa etapa con final en Fuente Dé de la que Valverde también sacó petróleo, birlándole la segunda plaza a Purito. 

Valverde, el silencioso

Valverde ha sido el sido el ciclista silencioso de la Vuelta: confirmó a última hora su presencia y ha llevado en algún momento todos los maillots posibles. El rojo, lo perdió en una caída en la que cedió casi un minuto. Pero Valverde, después de volver a cuestionar la ley no escrita de la ética del pelotón, se ciñó a ser protagonista en la carretera y lo hizo con una victoria de insistencia en Arrate y otra de explosividad en La Gallina, además de ceder poco ante Purito y Contador y recuperar segundos en los finales y las bonificaciones. 

Valverde ha puesto salsa a esta Vuelta, por más que algunos cronistas, cortos de miras o quizás por falta de espacio, hayan centrado sus textos en Purito y Contador. El ciclista de Parets del Vallès está en el mejor momento de su carrera, tras rozar el Giro y llevarse tres triunfos de etapa, además de vestir el maillot de la combinada y de la regularidad. Purito ha sido valiente hasta donde podía serlo, hasta la Bola del Mundo, donde le sacó 44 segundos a Contador y 25 a Valverde: “He ido bien, pero Valverde también, así que ha sido imposible”. Purito felicitó a Menchov, que llegaba a la Vuelta con bastantes más aspiraciones que un triunfo de etapa, pero que supo sufrir para llevarse un a victoria de postín. El botín por el que luchó la numerosa fuga del día. Boet, Capecchi y De Weert atacaron demasiado pronto y, más listos y con menos fuerzas, Porte y Menchov se quedaron solos. Con la misma tranquilidad con la que habla ganó el ruso, mientras por detrás el trío de autóctonos persistía, cada uno por su objetivo, después de haber resistido los mazazos de los gregarios de Contador, en especial de Majka y Jesús Hernández, de Dani Moreno, vital para Purito, y de Beñat, fundamental –como Nairo Quintana– para Valverde. Un broche de oro para una Vuelta modélica.        

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